ENTRE LA TIERRA Y LA ALTURA
Por Leonardo Robles
El Mercurio de Valparaíso /21 de septiembre de 2008
●●●●○ (4/5 estrellas)
“Rascacielos”
Enrique Winter
Editorial Literal, 99 pp. 2008.
Enrique Winter es ambicioso como todo autor de polifonías. Ya Giovanni Papini en su obra inconclusa "El juicio final", trató de abarcar como tema la justificación del hombre ante Dios. Para esto incorporó en su libro a un espectro de motivaciones y dilemas morales bastante desigual que permitiera retratar a la humanidad entera. Misión infructuosa en la imposibilidad de su realización y que se extendía al infinito, como tantos seres humanos de todas las culturas pudieran haber existido o existir. Así desfilaron por sus páginas desde la hueste de los ángeles luciferinos, pasando por cavernícolas, hasta Dostoievsky.
Enrique Winter, en "Rascacielos", de igual modo proyecta imágenes caóticas y contradictorias en sus diversos poemas que, sumados, forman el cuerpo poético de una pretendida polifonía marginal, la que en ocasiones llega a adquirir tintes etnográficos, como cuando el autor fantasea respecto de ser una adolescente mexicana o un joven pastabasero chileno.
Etno-poemas que desde interlocutores distintos cuentan historias de una falsa transición democrática basada en mentiras, o si quisiéramos indagar en el espectro sicoanalítico vemos como un tema álgido, la relación del poeta con sus padres, que según algunos es lo único que se cuenta al escribir, de diferentes formas, hasta el final de nuestras vidas.
En "Rascacielos" surge una mirada compasiva de Winter hacia el otro, que de alguna forma lo define a él mismo en su diferenciación, en su ansia de ser marginal sin serlo. El poeta siente que cada persona tiene algo valioso que contar y de esta forma rescata discursos olvidados por banales que, sin embargo, dignifican la pérdida como la obsesión de lo que pudo haber sido y no fue: "Lo que persigo y apetezco es la pérdida", escribe Winter en un poema, mientras en otro añade que "...Viajar: no se recuerda a quien se quiere/ (los pasajeros fuman los cigarros)/ sino lo que pudo haber sido/ con quien se deja de querer...".
Formalmente hay una cierta tensión en la armazón de los constructos, producto del ritmo escogido por el autor para narrar que se devanea entre la caricatura de lo políticamente correcto y su opuesto.