"Guía de despacho" de Enrique Winter, Editorial Cuarto Propio.
Metáforas de una Guía de Despacho
Por Romina Bajbuj
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Una guía de despacho hecha poesía puede resultar incomprensible, un documento comercial transformado en palabra puede ser sospechoso. Y es desde esa sospecha de la palabra que el poeta Enrique Winter nos habla en Guía de Despacho, su tercer libro que fue presentado en Valparaíso y Santiago bajo el sello de Cuarto Propio.
No alcanza las tres décadas pero tiene ya tiene tres libros editados. No tiene formación profesional en literatura, pero se aboca a este oficio con la rigurosidad y el detalle de un orfebre; por eso Guía de Despacho y sus motivos son fruto de una búsqueda nada azarosa.
Este libro comienza desde la alegoría de un pueblo hundido por un maremoto, y desde allí evidencia los modos de vida y producción de una ballenera que van cambiando o se van perdiendo. Es justamente este movimiento, este cambio lo que Enrique aborda en su poesía.
“Por eso las palabras se asemejan a una guía de despacho que, en términos comerciales, registra lo que se recibe o lo que se pierde, sin dar cuenta del objeto ni de su pago sino que es un registro impreciso”.
Esta huella que deja el movimiento va generando sospechas sobre la palabra y lo que se quiere decir en todos sus niveles. La sospecha, por su parte, no nace de un capricho sino de ir comprendiendo el oficio poético en todas sus dimensiones.
- Pero no se sospecha sólo de la palabra…
-“También se sospecha de todo lo que uno ha experimentado en términos vivenciales, pérdidas dolorosas o incluso cómo la fugacidad que nos impone el sistema económico afecta a las relaciones humanas que empiezan a operar con una rapidez cada vez más doliente”
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Esa sospecha ya empieza a notarse en Atar las Naves y Rascacielos, que va planteando una evolución, que también nos plantea un movimiento….
-“Es que hay un momento que esto de escribir te agarra, uno no le puede estar haciendo el quite, ya estás adentro de esta operación artificiosa que es la escritura, ya no es un medio para un fin comunicativo sino que es la materialidad misma con la que se trabaja.
Entonces es lógico que este libro sea en respuesta al anterior en términos vivenciales, porque escribo desde lo que el impulso, desde algo que me provoca, desde lo que observo de tratar de ser el otro. En Atar las Naves trabajo desde el no movimiento; en cambio Rascacielos tiene que ver con un movimiento que se busca, con lugares que ya en Guía de Despacho empiezan a diluirse, a perderse.
El movimiento tiene que ver con que el maravillarse con el mundo cambia, y ya no importa tanto lo que se ve, sino que haya una mayor profundidad para enfrentarlo”.
En Rascacielos (2008), el poeta da voz y corporalidad a diversos personajes que deambulan y proponen distintas conflictos, Guía de despacho vuelve a lo particular, a mirar al poema con su movimiento propio. Sin embargo, este libro contiene varios registros distintos, que nos abren a la posibilidad de una voz poética propia, donde literatura y biografía se mezclen.
-“En Rascacielos hice un esfuerzo serio por ser el otro, pero eso tiene consecuencias. Uno no es un testigo impoluto, a uno eso que vio le empieza a generar algo. Además el ser siempre testigo es tomar cierta distancia que finalmente implica no pertenecer a nada, entonces hay ahí una contradicción con el mundo que uno quiere armar”.
- Esta dicotomía se deja ver en tu escritura que a pesar de tener una veta social fuerte no cae en lo panfletario…
-“Creo que hoy hay una falta de sustrato crítico en torno a darse cuenta y asumir ciertos modos de vida, hoy hay que elegir de qué modo quieres vivir, empezar a decidir y hacerse cargo del sin sentido y de las contradicciones. Está lleno de pequeños detalles: las relaciones del poder, las relaciones de la producción y cómo ellas terminan siendo muy similares a la manera de consumir. Es hacerse cargo de esos temas que están ahí pero que la poesía no trata, entonces el mundo no se ve interpretado en la poesía que ha dejado de ser un espacio de reflexión por asimilarse a la rapidez de otros mecanismos de producción, por eso me interesa develar estos mecanismos, hay decisiones que tomar en torno a los discursos que estás armando”.
- ¿Y cuáles fueron tus decisiones?
- “Yo creo absolutamente en un modo de vida comunitario. Creo que hay que rearmar los espacios de encuentro. La industria del ocio está tan ordenada que como lo digo en uno de los textos de Guía de Despacho, da exactamente lo mismo 
ir a una fiesta en Coyhaique, Rabat o Londres. Los espacios de encuentro tienen que ver con lo cotidiano: una huerta, un jardín o un libro de poesía desde ese diálogo interdisciplinario. Y ahí está el problema, las disciplinas se han alejado cada vez más, se preocupan cada vez más de sus grupos más reducidos para conservar pequeñas cuotas de poder, entonces todo el mundo publica porque quiere decir algo pero no hay un encuentro, yo creo que hay que hacer lo contrario: volver a encontrarse”.
La convergencia sólo es posible si se asumen las diferentes formaciones que tiene una persona: profesión y oficio pueden integrarse en plenitud. Enrique es abogado y señala que en Guía de Despacho se deja ver cierto conocimiento de las dialécticas del poder y los micro poderes que pueden estar asociados a la actividad profesional “me interesa ver cómo operan estos micro- poderes y cómo esto incide en la relación con las personas, cómo uno se hace cargo de esa responsabilidad, señala Winter.
Hablamos entonces de poder aportar, de poder recuperar o abrir nuevos espacios desde la literatura porque “yo estoy de acuerdo con que el mundo se está cayendo a pedazos,
pero, a pesar de ser profundamente pesimista; creo que se trata de aprender a disfrutar de los grises de la vida y poder proponer algunas soluciones. Se trata de volver a poner a los seres humanos en el centro con sus relatos y su memoria, por ejemplo ¿qué es lo que hace que un trabajador se acuerde al detalle de la ballenera donde trabajó pero olvida el nombre de su hija? Apunta Enrique, haciendo referencia a su Guía de Despacho.
El poema como trama y huella
Así concebida, la poesía se vuelve una trama ocupada de las huellas que las personas y sus actos van dejando en sus mundos pequeños y colectivos construidos a puro pulmón y a pura letra en la obra de Enrique Winter.
“Si están sucediendo tantas cosas, cómo alguien puede conformarse con seguir diciendo lo que le sucede a él - en referencia a cierta sobreexplotación los excesos y el pesimismo-, entonces hay riesgos que correr cuando uno se aleja de los temas que están más allá de tu nariz; lo extraño es que pese a eso, este libro está más cerca de mi nariz que el anterior. Pero el riesgo es natural porque uno vive pensando de formas muy distintas siempre. Además cuando tú te dedicas por completo a algo, el oficio te sale en cualquier cosa que hagas”.
- Y en este entramado, qué significa para ti escribir
- “Yo escribo porque no tengo otra forma de deshacerme de lo que tengo adentro, uno tiene que soltar cosas que están adentro y tienen que salir. Ahora de ese proceso de escribir constantemente, lo que sale son tres libritos porque es lo que me parece que es lo que tiene más sentido en términos del diálogo social a plantear. Una cosa es el proceso escritural y otra, si lo que se plantea me parece relevante para que el mundo la conozca.”
Esta relación con el mundo en constante movimiento provoca que Enrique defina siempre a sus libros como “ un libro y medio”, ya que hay procesos, temas y obsesiones que quedan dando vueltas, que no alcanzan una conclusión.
Los problemas y las imágenes que están en Guía de Despacho como las bellas artes desde la contingencia, la no pertenencia y la vida como sucesión de eventos, se entraman con el amor filial, el amor de pareja o la experiencia de un cumpleaños.
Por eso, esta obra recoge también distintos lenguajes y espacios de habla desde las redes sociales y distintos perfiles que se articulan artificiosamente y se ofrecen en una lógica de mercado que ha alcanzado todos los mecanismos de producción, “me interesa ponerlos en evidencia porque la palabra es esencialmente revolucionaria y es la llave para liberarse de ello” concluye el poeta con una guía de despacho que luego de su lanzamiento en Santiago y Valparaíso seguirá recogiendo huellas en el contacto con el lector.
