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POESÍA CHILENA RECIENTE

Por Enrique Winter
Revista Viento en Vela Nº 13 - Ciudad de México

 

Esta foto nadie la tomó, y es el último minuto para que no salga enteramente movida. Nadie tomó esta foto, porque los autores nacidos en los setenta tuvieron sus propias vías de difusión, desde seminarios universitarios a bombardeos aéreos, justo antes que los acá incluidos publicaran sus primeros libros. A esa generación tan claramente delimitada desde su enunciación por Cristián Gómez y los ensayos “Los Náufragos” de Javier Bello a mediados de los años noventa, la cual cronológicamente terminó con la precoz Damsi Figueroa (1976) y en la que se antologaron finalmente en México, Pedro Montealegre (1975) y Gustavo Barrera Calderón (1975); le siguió un silencio mediático, interrumpido por los autodenominados Novísimos, organizadores del Encuentro Poquita Fe en 2004. Como reacción a una lectura de aparente academicismo en Los Náufragos, algunos de los poetas más jóvenes se apropiaron de discursos utilizados en los años ochenta (Carmen Berenguer, Raúl Zurita), además de los visos realistas de la generación del ’87 (Sergio Parra, Víctor Hugo Díaz), matando al padre y rescatando al abuelo, por así decirlo. Pero esta nueva foto tenía más bajas que titulares, si se juzga la amplitud estética de la poesía que comenzó a publicarse y que urge presentarles.

Es el último minuto para que la foto no salga enteramente movida, porque sorprendentemente proliferan muchos poetas jóvenes en nuevas editoriales, la mayoría caseras con proyectos que mezclan poesía con plástica (Ripio Ediciones) y audio (Editorial Alquimia) o que editan plaquetas en la provincia (Editorial Fuga). He leído poemas inéditos notables por parte de Christian Aedo, César Cabello, Marco Yupanqui, Matías Cociña, Jorge Polanco y Ángel Valdebenito, los últimos tres con un primer libro publicado, pero es irresponsable antologarlos, habida cuenta de la imposibilidad de cotejar todo aquello que sigue en el ámbito privado. Seleccioné con propiedad entonces entre los textos publicados en Chile por autores nacidos entre 1976 y 1983, que llevan años circulando. El criterio de la publicación es justo, pero tendiente a la centralización. Rara vez poetas así de jóvenes publican en la provincia y si bien la mitad de los aquí incluidos nacieron en ella, la gran mayoría vive hoy en la capital. Los poetas no están ajenos a la migración económica. Saludable es, en cambio, la presencia cada vez mayor de mujeres, seis en esta muestra y muchas más fuera de ella, que casi ni requiero llamar la atención al respecto. El borde más joven de la foto está abierto y borroso, pues lo empujan Carlos Cardani (Santiago, 1985), Guido Arroyo (Valdivia, 1986) y Camilo Herrera (Santiago, 1986); que conforman hoy ambiciosas obras que van de la doxa militar a la experimentación matemática.

Antes de la avalancha entonces, cabe este recuento del recambio que la provocó. Recambio que veo comenzar claramente en “La Enfermedad del Dolor” que Alejandra González Celis publicó en 2000 por Ediciones del Temple, cuyo catálogo de poesía joven cuenta ya con veintitrés títulos. En el escenario de un hospital extrema la experiencia del encierro. Casi acordada es la arista opuesta con que comienza esta generación: la alegoría en “Teseo en el Mar Hacia Cartagena” (2001) de Marcelo Guajardo Thomas. Una escritura que continúa el trazado que Tomás Harris dejó en cuanto a reinventar la construcción épica, pero tangible, de nuestro país, desde la visión y la locura. Y esa tangibilidad la carga Carlos Soto Román como una poética propia: la de relatar los sucesos con la sequedad no de los ingleses, sino de nuestro desierto. Es poesía social y la falta de cinismo no implica falta de ironía, ni de sospecha del lenguaje. El sufrimiento personal de “La Enfermedad del Dolor” es estructural siete años después en “Haikú Minero”, el segundo libro de Soto Román. Lo publicó la editorial La Calabaza del Diablo, cuyo catálogo incluye a Raúl Hernández, Gladys González y Pablo Paredes, pero también a poetas mayores, que dan cuenta de la artificiosidad inevitable del ejercicio etáreo al que me remito. Si leer a Andrés Kalawski desde la antipoesía de Nicanor Parra es lo más obvio, esto se expande en los juegos metafísicos que plantea el autor, en un escenario dudoso como la palabra. Por eso Rosario Concha la precisa, en una poética de la contención sumamente arraigada en este país, que concluye con éxito Ernesto González Barnert. El erotismo que se descubre a sí mismo en Rosario Concha, se manifiesta en González como sensorialidad y vaticinio.

La de Claudio Gaete Briones es una poética que poco tiene que ver con las anteriores, y que suele ligarse a la que venían desarrollando los poetas de los noventa: la del merodeo, como él mismo la define. Una decantación posmoderna y necesaria al larismo que el centro espera de la poesía de provincia, y una duda menos histriónica respecto a los referentes de la vida moderna. Desde la acumulación de elementos a la Ashbery intenta una poesía total, gesto sutilmente mallarmeano que Héctor Hernández Montecinos extrema como gesto basal de su obra. Ésta es de las más influyentes actualmente al recurrir a los gestos teóricos franceses desde un escudriñamiento de los márgenes de la escritura y de lo pop. Allí Diego Ramírez mete el Canto General de Neruda al bolsillo de un pantalón ajustado, y bajo las luces de una permanente discoteca andrógina, propone una estética que rija sobre las éticas mayoritarias. También es original al respecto la propuesta de Paula Ilabaca, que reconstruye idearios a partir de la pérdida, y no sólo personal. Su preocupación por el ritmo la lleva a encabalgar ese único poema que es La Ciudad Lucía, hasta que el lenguaje termina desconfiando de sí mismo, perdido en un vaivén que también cuestiona convenciones sociales. Aunque se les suele agrupar a ellos, la obra de Felipe Ruiz y de Gladys González tiene mucho menos de derrame en su posicionamiento. Ruiz asume proyectos escriturales que van de la violencia intrafamiliar a relecturas austeras de Pound o en clave hip hop del mismo Neruda. Gladys González se apropia vehementemente de la calle, con una claridad que no necesita experimentaciones formales. La misma calle que Pablo Paredes grafitea, desde un compromiso político que da cuenta de detalles raramente retratados de los barrios chilenos.

Al igual que ellos, Raúl Hernández se formó en los talleres de Balmaceda 1215, pero descreyó de sus maestros, cultivando la mirada del flaneur, contemplando la ciudad como si fuera naturaleza. Sus poemas son breves y dejan el aire de la espontaneidad que también respira Víctor López. Su mano suelta en el tono confesional se funde con un ojo crítico y detallista, desde el que proyecta las imágenes sobre las imágenes. Marcela Parra en tanto, desconfía de las diferenciaciones, problematizándolas tanto desde el lenguaje como desde la experiencia. Historiza la violencia simbólica a través de voces distintas, de las que se apropia bajo un aparente objetivismo. Úrsula Starke utiliza una sola voz familiarizando al lector con un dolor personal, mas no unívoco, lo que la vincula a Alejandra González quien abre esta muestra. La más joven de ésta fue también la más joven en publicar, dándole otra vuelta a esa poesía puertas adentro que de algún modo es también una alegoría. Poetas que viven el Chile pluralista de discursos, pero unidireccional en acción política.

Valparaíso, diciembre de 2007.

* * *

ALEJANDRA GONZÁLEZ CELIS (Santiago, 1976)

 

LOS HABITANTES DE LAS CUEVAS DE CATÉTER

Nosotros
los niños enfermos
seguíamos jugando
en las esquinas de las salas comunes

unos amontonados en sillas de ruedas

otros sujetos a una cama donde descansaban
nuestras cabezas condenadas a cascos respiradores
de astronautas abandonados en atmósferas extrañas

o atornillados
a balanzas que mantenían nuestras columnas en su lugar

A la mayoría de nosotros le habían nacido alas de aviones
que obligaban a nuestros brazos
a ser amigos de sueros y calmantes

Cada vez que volvíamos de ser abiertos
seguíamos jugando
y entre mareos posteriores al sueño anestésico
nos contábamos del tiempo
anterior a la morfina
y a las cicatrices

de nuestras casas con sábanas dibujadas
de nuestro propio televisor
de las peleas con hermanos sanos y ausentes
que no dejarían entrar

No llorábamos por las heridas
ni por las enfermeras
ni por el constante perforar de pieles
no acostumbradas a ser cuevas de catéter

ni por la comida que ingeríamos sin molestar

o la continua carencia de padres

Llorábamos por las noches
por el niño nuevo de la cama de al lado que lloraba
que se iría en uno o dos días

que nos recordaba la obligación del llorar.

 

SÁCAME A DAR UNA VUELTA

Sácame a dar una vuelta
una vuelta larga
de ésas que no se sabe bien cuándo se vuelve
de las de atardecer
que no me signifique doblar en ninguna esquina
que tenga siempre que ir caminando en una
interminable rotonda
inútil

Sácame a dar una vuelta donde mis pasos no vayan a ningún lado
donde no aproveche de comprar algo
donde no me encuentre con nadie

Sácame a dar una vuelta
un ratito
un ratito que demos vueltas

alrededor de este cuerpo
vacío

 

* * *


MARCELO GUAJARDO THOMAS (Santiago, 1977)


TESEO EN EL BARCO, SALIDA DESDE EL PUERTO

“Y en efecto, cuando, pasados los años, encontramos a las mujeres a las
que ya no amamos, ¿no está la muerte entre ellas y nosotros, lo mismo
que si ya no fueran de este mundo, porque el hecho de que nuestro amor
no exista ya convierte a las que eran entonces o al que éramos nosotros?”
Proust

Fue la vida el soplo asmático de los lobos en los desiertos
algo de placer
algo de furia.
Sobre la barca, tres soles le tocaban las jarcias
y las manos de las doncellas que arrastraban el barco como a
            recuerdos inmemoriales.
Tres soles amontonados en el cielo,
no eran hombres sino mujeres las que tiraban del barco.
Ellas habían llegado a los muelles a despedir a los expedicionarios
los mapas eran arrastrados por el viento
cientos de mapas verdaderos para cruzar el océano
y no morir en las fauces de los leongallos,
mastines negros que emergen de las olas
y huelen a distancia a los exploradores.
Debajo del casco se agolpaban luciérnagas
que con fauces que no habíamos conocido
despuntaban a los moluscos en la madera.
Entonces les lanzamos versos,
ellas adoraban los versos de Verlaine
y se entristecían con los de Teillier.
Las niñas observaban a sus padres masturbándose
desde las lejanas ventanas de oropel.
Sus mujeres los despedían en las puntas de los malecones húmedos
sal,                              bestia en el mar.
Leongallos en las olas que no mueren en las rocas
luciérnagas hambrientas debajo de los cascos del buque
los expedicionarios beben la miel de los mástiles
preparándose,
antes que el mar les tienda las manos.

 

[EL CIELO DE LA IRA: 12 CONSTELACIONES SOBRE EL MAR EN LLAMAS] 12

            La ballena
                        se hunde hasta las profundidades y permanece
inmóvil

                                                                       la luna
su gemelo hecho de hipocampos

 

levanta de un golpe de lengua
                                   el enorme barco deshabitado

                                               (quien nos arrojó al mar oscuro)

en la extensa playa de Cartagena

todos los huesos de los muertos
                                  
                        luego del naufragio

                                                                       amontonados
entre las piedras

del                   laberinto

se confunden
                                               con la arena de la playa.

 

* * *


CARLOS SOTO ROMÁN (Valparaíso, 1977)


EL FESTIN DESNUDO

“Una mirada de inteligencia se cruzó entre los obreros. Conocían la táctica y sabían
de antemano el resultado de aquella escaramuza. Por lo demás estaban ya resueltos
a seguir con su destino, no había medio de evadirse. Entre morir de hambre
o aplastado por un derrumbe era preferible lo último: tenía la ventaja de la rapidez”.

Sub Terra, Baldomero Lillo

Y el festín duraría
lo que durara el martirio.
Una solidaridad que complicaba,
éticamente hablando,
a los que rasgaban la roca
con las manos.
Nunca antes ellos y sus hijos,
se habían alimentado tan bien...
El jamón, las sopas calientes,
los cigarros, el calor de las frazadas,
sabían tan distinto
al pálido té matinal,
al pan duro y enmohecido.
A las migajas.
Pero había que pagarlo todo.
día y noche,
en turnos impensables,
cavaban, cavaban
y seguían cavando.
Por las tripas,
que esto nunca terminara.
Que ellos cavaran eternamente
y que los compañeros enterrados
resistieran
entre sopas y sueros.
Pero las candidatas a viudas
estremecían con sus llantos.
Y los huerfanitos los miraban
con esos ojos vidriosos
que hacían que se secaran
Todas las gargantas.

 

SUCH IS LIFE

“Más dónde está
la lenta procesión de estaciones
que fue un alba infinita y sin caminos
dónde la larga espera, cuál es el nombre
del vacío que nos invade”

Eugenio Montale

Pero… y para qué
para qué sirven
estas delgadas cuerdas
ariscas y rugosas como nuestras manos.

Para que sirve este ridículo y abollado casco,
estos miserables calamorros,
estas oxidadas y herrumbrosas herramientas.
Para que sirven estas enjutas y ensimismadas mechas.

Para qué esta pólvora.
Para qué este carburo.
Para qué estas camionadas de carbón marchito e impune.
Para qué
sino para morir.
Día a día, para morir...

Para morir tratando
de hacerse una vida.

 

* * *

ANDRÉS KALAWSKI (Santiago, 1977)

UNO DE NOSOTROS 

. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. . A Matías Cociña, hace tiempo.

Un hombre camina
hasta la puerta.
Golpea.
Nadie le abre.
El mismo hombre
se aleja triste.
Ha golpeado por dentro
su propia casa.

 

THEODORO 

hombre abrazado a oso de peluche
hombre que no le teme a la oscuridad
se escuchan golpes vidrios gritos de mujeres
pero hombre abrazado a oso de peluche
no siente miedo
cuando está solo cuando se siente solo
hombre llora mojando el hombro peludo
y busca consuelo en los ojos negros
y duros y que se pueden tocar
hombre solo muerde pelo
aprieta fuerte
pone oso en vez de espejo
hombre abrazado a oso de peluche
duerme por la noche
oso abrazado por hombre
no puede cerrar los ojos.

 

* * *

ROSARIO CONCHA (Santiago, 1978)


ABANDONARSE

dejé de ir a los templos
cuando vi que todo en mí era sagrado
los ojos amarillos
desprendidos de la carne
dios prendido de la carne

 

SIN TÍTULO

un desgarro de entraña
saliva ajena en la boca propia
amor de esperma y tacto
el sudor aroma enrarecido la pleitesía
desnudez involuntaria de las bestias
éste es el mismo amor que le hicieron a mi madre

 

* * *

CLAUDIO GAETE BRIONES (Valdivia, 1978)

Alguien te regaló un poema y escribirlo es ahora tu deber.
Eso es todo. La poesía es cosa de fidelidad.
Si los ojos brillan no será del sol exactamente
sino más bien por la mirada de los otros. Anoche
el pueblo quemó a Judas y en monedas lo destripó
los niños van recogiendo esas brasas sonoras
... .. .. e indiferentes a toda traición
... .. .. nos observan recién llegados
a esa puerta que como los párpados, nadie puede abrir por ti.
Un honor muy breve, si se piensa
pues no habitas una ciudad sino una escalera:
el último peldaño es el cuerpo de los muertos bajo el mar.
Una gaviota que va escribiendo sobre la losa del cielo
un epitafio tan largo, tan vago y en verdad: qué aburrimiento
... .. .. la hora de estos queridos disidentes
... .. .. y su querido cementerio.

 

Después del gran terremoto que afectó al litoral, la televisión llevó
a nuestros hogares la imagen de una niña de alrededor de 10 años, cuyo
cuerpo se encontraba atascado entre las ruinas. El personal que
entonces se hizo cargo de las labores de rescate vióse obligado a elegir
entre las únicas dos estrategias viables

... .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . ... ... . ...... .. .. :cortar sus piernas
.. .. .. .. .. ... .. .. ... ....... .. por la parte superior de los muslos
...salvando así—aunque al costo de una horrible mutilación—
... .. .. .. .. .. .. .. .... . .. .. .. . .. ... . .. .. .. la vida de la niña

... .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. .. . ... ... .. .. . . . ........ .. o bien

. ... .... .:remover cuidadosamente los escombros y cortar los
.diversos materiales de construcción que la aprisionan, en un
. .. ......... .proceso de peligrosa lentitud que, si bien ofrece la
. .. .. .alternativa de rescatar íntegramente su cuerpo, corre el
. .. ................................. .riesgo de hacerlo demasiado tarde.

... (Desde luego, el personal de rescate optó por este segundo
.. .. .. . ... . .. .. .. .plan de acción. Sin embargo, la niña murió.)

 

. ... . ... .—Saúl está dentro del mundo, pero no pertenece a él.
. . .. .Integrarlo a nuestro mundo es una empresa no sólo difícil
. . .. .. .. .. . .. . .. . . . .. .sino simplemente imposible (el infierno
. . .. .. .. . .. . .ha sido previsto en los diseños urbanos del cielo).
. . .. Mutilarlo es una acción que nadie está dispuesto a realizar.

 

* * *

ERNESTO GONZÁLEZ BARNERT (Temuco, 1978)


[ALGUIEN TE DIBUJA CON LOS OJOS CERRADOS]

Alguien te dibuja con los ojos cerrados
y no teme
propasarse en algún trazo,
equivocar el ejercicio de sentar la belleza.
Raya de quien insiste
desde la propia inclinación
arrebatado de luz
-fosforece el misterio-.

Alguien te dibuja con ojos cerrados
y esboza su ceguera.

 

EL TALLADOR DE CRUCIFIJOS

Talla mal al Cristo,
el dolor como si fuera el suyo,
los ojos como si le vieran misericorde
a cada sacado.

Y falla.

Falla cada golpe con que exacerba las llagas
como si no tuviera suficiente ya.

Falla al recordar con odio en sus oídos las risotadas
con que le hicieron subir a la colina.

Falla si los clavos que cruzan sus rodillas no son también los clavos
que atraviesan a todos los arrodillados que no son escuchados
esta noche. No pueden esperar más.
Esos que rezan con miedo, desesperación
a la orilla de una cama o en una sala de clases y apenas juntan las palabras;
esos que un pasillo de hospital o templo
cierran los ojos y te piden con su propia vida a cambio
y no son escuchados.

Talla mal al Cristo y lo sabe.

Como sabe que quien trabaja en la madera de los hombres,
su arte,
no dice basta. Orden.
Impune canta: "no a la usura", "yo no busco tocarle las bolas al becerro de oro".
Y su familia muerde el pan exiguo.

Talla mal al Cristo
si hace que las espinas corten;
las uñas no estén sucias de tierra y arena
sangre y tinta;
Porque ya no es un juego.
Porque la iglesia a esta hora es una cueva de ladrones.
Porque soy un hombre que no ha perdonado
y lo que sale de mis manos
no sirve para vivir
en temor de Dios
o en amor al prójimo.

 

* * *

FELIPE RUIZ (Coronel, 1979)


COBIJO (Selección)

La tormenta destruyó
El nido lárico
Brutal farsa
Compartimos
Con otros de nuestra especie
No parlamos el mapudunzu
Nunca oímos el río de la infancia
Qué río
Un canal pasaba por mi patio
Mi abuelo más idiota que sabio
Los pájaros conocieron no
Nuestros nombres

Nadie me espera de vuelta

Adiós a la dulce infancia
En las calles de barro
Sufrí desde que tengo
Memoria
Hasta sufrir de memoria
Sin saber por qué
Nos castigaron
Hasta cuando santos

Guagua que no llora no mama
Perro que ladra no muerde

Pero lloré y no mamé por eso ahora ladro y muerdo de rabia

Cuando llegué a jugar
Los niños
Se escondieron
Lo sé
Los oí reír tras los arbustos
Dónde están?

Jugando?
Están jugando!

El padre se baja la cremallera
Muestra
Su verdadera intención
Pequeñas plantillas
De hermanos prematuros
Siguen
Por el camino
Hasta mi patio
Sus risas aún tras la brecha
Están jugando
Están jugando!
Siguieron
Los globos de cumpleaños
Sin saber
Que nunca vinieron
Y no eran globos
Sino
Placentas enfermas de mi madre

Mis hermanos idos
Lo ignoran
Quieren jugar
Andan por ahí escondidos
Mis hermanas vírgenes
Peinan las trenzas pálidas de sus muñecas
Para fantasmas fiestas

Mis hermanos fueron
Piedras

Erinias
Heridas
Hernias
Hemorragias de mi madre
Caían lágrimas amnióticas
Por todas
Sus pérdidas

De las contracción de su piñata
Salieron mis hermanitos de malva
En negro rojo y gris
Sangrientos
Muertos
Antes de vivir

 

                                   *

 

Recuerdo nuestros soldados trabados en la muralla china
Recuerdo nuestras barcas de papel por la canaleta viento en popa
El sol reflejado en el charco de un grifo abierto
Un solo como una uretra roja
Un sol a barlovento que me dijo:

NUESTROS DÍAS PERVIVEN EN LA MEMORIA

 

* * *

HÉCTOR HERNÁNDEZ MONTECINOS (Santiago, 1979)


EL SUEÑO DE LA CASA PROPIA

Con las migajas del pan nos hacía máscaras para cada uno de nosotros Luego rompía las bolsitas de té y convertía las hojas en pelucas Nos maquillaba el rostro con margarina y manjar Le sacaba las patas a la mesa y nos decía que las usáramos como bastones Yo le preguntaba para qué hacíamos esto pero se mojaba el dedo y comenzaba a frotarse los brazos y la espalda Cuando tenía unos diez centímetros de gusanito blanquecino me lo pegaba debajo de la nariz y me preguntaba si acaso también iba a querer barba

Una casa siempre es contemporánea de sí Es un pliegue en el entramado urbano que podría poner en riesgo cualquier forma de cuantificación La casa es desplazamiento intempestivo Un cuerpo cerrado y abierto a su propia identidad
La pared norte del comedor tiene unos pelos inmensos cerca del techo Yo siempre ando con una pinza para arrancarlos cuando ellos no se den cuenta Pero no hay vez que no me descubran subiéndome a la silla y tengo que decir que sólo quería oler el muro de más cerca y sin más estiran la mano para que yo ponga en ellas mis pinzas

Una casa casi nunca es material Los sillones laten Los veladores laten Los lavamanos laten Los libros laten Las ampolletas laten Los espejos laten Los guardapolvos laten Los azulejos laten Los hornos laten Las copas laten Las manzanas laten El detergente late La casa es un exceso de intensidades fisiológicas

De su bolsillo izquierdo salía una potente luz Yo le pregunté que guardaba allí y me dijo que era una fotografía del sol Entonces me alegré y le pedí que me la enseñara Él saco de su bolsillo una cosa rectangular y me reí mucho porque en realidad no era una fotografía sino que una ventana abierta

Una casa no es el mejor lugar para guardar algo Porque dentro todo está roto y multiplicado por el número de las paredes que la contienen La casa proyecta un reconocimiento significante y luego se ríe Impenetrable e indisoluble frente a los gestos que son trampas y zonas de escozor

Tenía las sábanas desordenadas Estaba a medio vestir Cuando entré al dormitorio me dijo tenemos que hablar y apagó el cigarro ¿De qué? Le pregunté Estoy embarazada de ti Pero ¿cómo? Acaso el semen que dejas en el respaldo o debajo del colchón crees que desaparece por arte de magia Lo único que sé es que vas a tener que hacerte responsable de la cuna Entonces él comenzó a preguntarse qué nombre le podría dar a un hijo mitad humano mitad cama

Una casa acontece Realidad es sinónimo de turbulencia indagadora La casa es primera persona plural El plural es la resistencia propia de las hablas El habla es extender un trozo de lengua en alguna parte La alfombra es una lengua Un mapa histórico para la bajada de la cama

El televisor es nuestra mascota favorita Lo dejamos que recorra toda la casa e incluso que se suba a las camas No tiene ninguna marca pero parece que tiene que ver algo con el japón Cuando nos sentamos todos a conversar él viene a nosotros para que miremos como sus pulguitas se mueven Entonces siempre soy yo quien va a buscar su antena y lo sintonizo

Una casa siempre tiene retenida a otras casas relegadas en los intersticios de su deseo Reponiéndose en sus diferencias y buscando provocar el equívoco de la espacialidad La casa se traduce a sí misma en su habitarse desde el delirio regular hasta el asco desmedido
A pesar de que las puertas se han esforzado en escupirme y me han sustituido como un huésped de la seducción glacial el calor ha transitado por mis células padeciendo de la abstracción que sienten por las acuarelas y he tenido que trasplantar las cicatrices y los ciempiés para abrirme paso entre los pic nic y las perspectivas turísticas que podrían ser el implícito de cualquier puerta

Una casa siempre tiene esas lineales grietas que se abren en los vértices de las paredes y para nada es un signo fatal porque la muerte es una inmortalidad con averías La casa deviene puntos de fuga en las perspectivas de todos los posibles planos que podrían haberse trazado en su construcción Pero ninguno de ellos se hizo

No sé qué les dio pero de un día para otro dijeron que nadie se moviera Así estuvimos por siete años justitos hasta que volvieron a decir que nos podíamos volver a mover y terminé de echarle azúcar a mi café

Una casa comparte el mismo relleno con quienes la habitan porque una casa aunque esté llena de personas siempre está vacía La casa es una intensidad centrífuga que inunda todo de presencias que no saben más que mirarlo a uno como diciendo hijo de puta nosotros también existimos como tú

Me equivoqué Estoy seguro de que me equivoqué No le achunté al baño Aunque los mojones rueden retrete abajo hasta la cocina y entren a la despensa a encaramarse por las ollas y dar vuelta los platos de almuerzo sin importarles quemar a cualquiera de nosotros Me equivoqué y les pido perdón a todos

Una casa siempre está llena de hombres sueltos y de cuerpos suspendidos De una música natural de una fiesta que sucedió hace miles de años A veces se encuentran puntas de lanzas adentro del microondas Otras veces son flechas y arpones de hueso los que aparecen debajo de las sábanas La casa es el recuerdo de una generación y una genealogía que comparte la misma sangre manchando el piso

Deciden la cantidad de agua justa Le agregan zanahoria picada en cuadritos Harto cilantro y perejil Sal y pimienta El aceite y la carne la pongo yo Ese sabor tan natural que dicen que tengo Chapoteo un rato hasta que se sueltan todos los jugos y la piel se pone blanda Luego me salgo de la tina y todos traen sus cucharas

Una casa que se pregunta a sí misma si los poster son curitas De ser así cuáles son sus heridas y quién las hizo La casa misma resuena con estas interrogantes para poner a prueba su propia arquitectura Pilares y hormigón no son más que sensaciones epidérmicas que rechazan cualquier frontera
Lo único que quiero en la vida es comerme el alfajor que está sobre el mueble de la cocina pero algo en mí me pregunta si comería grasa bovina? si comería lecitina? si comería bicarbonato de amonio? si comería fosfato monocálcico? si comería dióxido de titanio? si comería carboximetilcelulosa? si comería propionato de sodio? Entonces me paro y huyo estremeciéndose mi cuerpo por completo

Una casa es siempre antológica de las pasiones más abiertas y de los odios más cerrados Con la hermenéutica y la repetición cualquier novela que esté en los estantes será la novela familiar y la novela del hogar Una casa es la tachadura y la suspensión de su propia lectura Lo que en último término quiero decir es que toda casa sea como sea es una casa humana

 

* * *

PAULA ILABACA (Santiago, 1979)


DESTROYADA

Quise ser Helena
y soñé muchas veces con un hombre
que nacía entre fuego desde su madre
me convencí de mi padre-cisne
de mi origen en un huevo divino
Quería ser Helena
y armé mi propia Guerra Destroya
con el caballo de palo de mis hermanos
Lloraba en mi ventana
convencida de la Grecia tan lejana
(ahora instalada en los techos vecinos)
de los 99 hombres a mi siga
la mujer más hermosa de la historia
Sin embargo:
nadie vino a robarme
el hombre desapareció repentinamente
mi padre-cisne convertido en porcelana
el huevo de mi nacimiento sin existencia certera
el caballo de mis hermanos podrido en el patio

 

LUCÍA CANTA (Selección)

“She makes me wanna die”
Tricky.

bésalo por mí mamá
cuando se duerma
para que no tenga más pesadillas no
para que tenga un poco más de
compasión
bésalo en la boca mamá
cuando se duerma para que le saques mi corazón
de entre sus dientes
para que se lo saques
y todo quede sellado mamá
lucía di y que todo quede sellado
en la forma mamá
en esa manera que tiene de morder
incluso mientras duerme

                        *

al momento de ceder mamá al
momento de apretar
cuando bate las alas escupe
y me llena la cara de barro
cuando bate las alas y no puedo respirar
o como cuando se queda
en un rincón de la ciudad
y hostiga
por ejemplo mamá esa es su nueva forma de
joder
lucía dice se queda en un rincón
con los ojos cerrados y dice mientras duermes
y dice se supone que esta noche no debes
dormir
mi niña mi
pedacito carmesí
se supone que esta noche no debes
siquiera pensar en poder dormir
porque mientras yo pateo y jodo en el barro
la ciudad no
la ciudad no descansa no
la ciudad solo debe padecer
lucía di
la ciudad solo debe padecer

                        *

me merezco la cara llena de barro?
lucía se pregunta en la manía de su comisura en esa manera que tiene de
me lo merezco me lo merezco
el corazón que chorrea tanto barro mamá me lo merezco?
me lo he lavado me
lo he sacado sin compasión
por las noches mamá cuando nadie ve
cuando se supone que debo dormir
cuando el ángel me mira desde el barro
cuando el ángel se me acerca volando
yo no sé mamá yo no sé
cómo vuela con el barro pegado a las alas
yo no sé cómo
se puede volar
pero se acerca mira cómo se acerca
bésalo por mí mamá
cuando lo veas dormir
antes de que vuele mientras duerme
y sácale mi corazón de entre los dientes
para lavarlo
para sacarle el barro que chorrea
hasta que mi pobre corazón me diga que no
lucía dice
hasta que me quede limpio
me merezco todo este barro mamá en mi
me merezco todo este barro en mi corazón?

 

* * *

RAÚL HERNÁNDEZ (Santiago, 1980)


ZENITH

Tengo fotografías
de actores y actrices de cine,
las veo una vez más
tomo las llaves desde la mesa
y salgo a la calle.

Busco nuevas noticias de la luna
pero me encuentro con amigos
que siempre están dispuestos
a gastar dinero
en una botella de Bodega Uno.

Nos emborrachamos con gracia         lentamente
con la inevitable espera del tren del suicidio
en una vida
que no quiere ser fotografiada.

 

POEMAS CESANTES (Selección)

Compras el diario donde se anuncian los empleos.

Tomas el lápiz
y subrayas uno.

Es un trabajo sucio
pero alguien tiene que hacerlo.

 

                        *

 

En el paradero 12 de Santa Rosa
hay un perro muerto en la calle.

Sus ojos reflejan
el anuncio de Copec.

 

* * *

MARCELA PARRA (Temuco, 1981)


GUERRA

Si no dividimos cara
y cuerpo, cuerpo
y mente, mente
y alma, gato
y porcelana, mundo
y universo, femenino
y masculino, oriente
y occidente, el otro
y yo.

 

Llegaremos a una apretada masa oscura (la
suma de todos los colores) una masa sin
temperatura (la ausencia de todos los sabores) un
paisaje sin lenguaje (      . .. .. .. . .. .. .. . .. .      ) 
lleno de imágenes latentes que sólo podrían ser
reveladas mediante uso de la violencia.

 

BREVE HISTORIA DE LAS PERSONAS EN OCHO PASOS

Observen a las personas:
                                  
1)         esta es una persona escribiendo
así escriben las personas.

2)         lo que escribe una persona puede ser escuchado por otra
observen cómo escuchan las personas.

3)         En el siguiente verso imaginen a las personas saltar
(una persona puede impulsar su cuerpo contra la ley de gravedad).

4)         Así como salta una persona cae
observen caer a la persona.

5)         Una persona puede hablar y moverse, cuando una persona pasa
Produce un leve escalofrío en otra persona:

a) Una persona puede llegar a violentarse por otra,
una persona tiene boca.
b) La boca de una persona puede exhalar un conjunto de fonemas.
c) Una boca y sus fonemas pueden mutilar la respuesta de otra boca.
d) Una boca y sus fonemas pueden incitar a la violencia.

X Ej:
El tímido aleteo de R. Mutt puede generar tarjados en Xuan de Dios.
El tímido aleteo de R. Mutt puede generar casas sin puertas
con personas extraviadas que las habitan
por ausencia.

6)         Una persona cae y deja caer:
Una persona puede producir el viaje en una gota de aceite
una gota de aceite
no cae por la gravedad,
una gota cae porque viaja hacia el futuro.

7)         Las personas saltan, escuchan, caen y escriben:
Para tarjar una escritura, las personas
hacen viajar el lápiz de derecha a izquierda,
observen a las personas viajar por medio de su lápiz.

8)         El conjunto de viajes de las personas
produce una combinación exacta
que sirve para abrir cualquier nombre o apellido, ciudad
o país, color o cosa, animal o fruta.

a)La combinación producida por el conjunto de personas
suele llamarse historia.
b)La combinación producida por el conjunto de personas
va en perfecta armonía con el mundo
y su desaparición.

 

* * *

GLADYS GONZÁLEZ (Santiago, 1981)

PARAÍSO

Aquí no hay glamour
ni bares franceses para escritores

sólo rotiserías con cabezas de cerdo
zapatos de segunda
cajas de clavos. martillos. alambres y sierras
guerras entre carnicerías vecinas y asados pobres

este no es el paraíso ni el anteparaíso

 

HILO ROJO

Debo decir
que me duele un hombre
en todo el cuerpo
fotocopio su rostro
y lo pego en los paraderos tristes
de Gran Avenida

bordo su nombre con hilo rojo
en mi ropa interior
me tatúo las costillas
por si acaso un día te saco de adentro
tomo té 9 veces al día
hablo con los pájaros
hago mandas al niño Jesús de Praga
prendo inciensos
leo el Kamasutra
mando a revelar tus fotos antiguas
no duermo buscando algo más que ofrecer

me corto la yema de los dedos
y camino goteando las calles
con los brazos caídos
y la cabeza semirapada

 

* * *

DIEGO RAMÍREZ GAJARDO (Antofagasta, 1982)


EL ORIGEN DEL BAILE

«De noche todos los chicos brillan como sirenas
Dicen cosas confusas mientras cruzan las piernas
Sueñan con chicos guapos que les quiten las penas»
Cristina Rossenvinge

No hay nadie esta noche que se atreva con nosotros

No hay nadie esta noche que nos permita escribirlos sin el deseo
de mirarlos tanto

No hay nadie esta misma noche que me lleve a sus espectáculos de
iluminación láser, de sus pantallas gigantes, de sus chicos de acrílico
desfilando la marca especial boys

No hay nadie que puede venir a cambiarme las cosas o generalizar
otra miradita, si ya los tengo a todos bailando como reliquia
pop, como pastiche de moda

No hay nadie en esta noche que me enseñe el amor de estas formas,
escucha parece que alguien me dice cosas, mientras me besa, escucha
como apenas rozan las cicatrices de no dormirse juntos

No hay nadie esta noche, y sin embargo sólo les escribo a estos
niños que se saben resignados y felices en el baile general de lo
que queda de país

En este baile sólo invitamos a los que respetan el rito del abandono.

 

BARBIE

Me dice barbie,
Me lo dice el revolucionario sin banderitas presentes
Me asegura que se emociona hasta las lágrimas
De verme tan maquilladita la híbrida disco de mi cuerpo
Exhibiéndole toda la tragedia de mi territorio en plena Alameda
Dice que lleva años de guerrilas y silencios
Para verme así, toda resplandeciente de bailes
a mí y a mis amigos
Desfilando la fatalidad del tul y los faldeos neo dark
Dice que soy toda una barbie espléndida
Equivocada en el amor y desquiciada en los gestos
Pero que lucho tanto por la patria libre
Que no puede convencerse del acto libertario
De esta nueva canción
De este nueva generación recortada en los brazos y rebeldes
desde las formas del pelo

Que lo dejamos sublime
Y menos derrotado
En su utopía ficcionada
En su generosidad masculina
De prometernos que aceptará a su hijo
A que ame libre en esta moda del gesto y el labial
Dice que valió la pena
Tantos años
De protestas y muertes
Para vernos a nosotros, así
Como cenicientas bailables
En medio de su noche cervecera
Tan cómplice con este extraño gesto
Con nuestro trajecito sacado de musicales nipones

Me dice barbie, y yo le sonrío
Le digo despacito entre mis mis dibujos japo
Que esta noche compañero de traiciones
Mi rebelde sin país
Estamos juntos desafiando la otra revolución
La estética esta que me cuelgo del traje corporal
Míreme el consumo descariñado de mis padres
mire lo que ha hecho la publicidad con nuestras formas de
caminar,
con nuestras formas de amar en los parques y en las discos
Mire, compañero de luchas pasadas
Cómo me duele a mí también la derrota de mi barricada
plástica y bella, al mismo tiempo
porque mi única forma fue decirle a todos los otros
Que me hago la niñita sola, cuando tengo con quien bailar
Mire la moda, cómo nos inventa canciones homofóbicas
Que mis compañeras de deseo
No entienden y bailan gimiendo
La risa sarcástica de la humillación
Mire mi amigo masculino
Como yo también me emociono con
Su otra rebeldía todavía latente
Entre tanta ficción inventada
De este inverosímil país

Me dice, que habla bonito la barbie
Y yo cómplice y poética
Le escribo
Le escribo cuando hablo
Le cuento que la revolución es eterna
Y que se atreva a soñar conmigo
que se atreva a mirar de lejos esta política del baile
le digo que por favor entienda y justifique la inmensidad de esta
violencia
la radicalidad de estos cuerpecitos equivocados
y que también juegue conmigo
que se atreva a seguirme esta misma noche
en esta misma calle perdida del miedo.

 

* * *

VÍCTOR LÓPEZ (Curacaví, 1982)


PANORAMA

Cuanto se puede estar esperando que las ondas de la marea bajen
que el chico rubio del bodyboard tienda su toallita en la playa.

Estar en un país sin más remedio que esperar.

Sacarse unas piedras negras de las uñas
para que luego caigan rodando en la tormenta.

Que se inició entre el dormitorio y el televisor.

Entre el dormitorio y el televisor hay ciertas líneas divisorias
que no son más que la naturaleza de un lenguaje que se pierde

como no se pierde siempre la cresta de la ola al final del corredor.

Estar aquí o allá, al vaivén.

Ser uno más en la larga fila del banco
donde no hay dirección.

Ni tampoco una brisa que refresque
ya que todo se ha venido mezclando con el paisaje.

 

FOTOGRAFÍAS

Quedarse a solas
En el cuarto de tu chica
Cuando ella ya se ha ido
No es precisamente
Una de las mejores ideas
Estás ahí
En medio de la habitación
Tirado
Observando en la pared
Fotografías de otros chicos
Que posiblemente
Al igual que tú
Estuvieron en esta cama
Y piensas en algún día de estos
Cuando concluya el verano
Tal vez
Tú también habrás de estar
Allí adosado
Con los ojos detenidos
En un punto
Que ya no te pertenece

 

* * *

PABLO PAREDES (Santiago, 1982)


AL RITMO DE LA CUMBIA

Ay! mis guachos pobres, mis amigos de chico, mis enemigos de chico. Se acuerdan de mi casa? Se acuerdan de las onces? De los cumpleaños en que preguntaban con vergüenza si podían entrar aunque no trajeran regalo? Se acuerdan del carrito con ruedas de rodamiento? De la bicicleta amarilla con freno torpedo? De Tito? el argentino del pasaje de al lado al que el Yerón casi le revienta la cabeza en la reja del Eduardo, todo porque el Tito no era chileno, y el Tito con su carita de rucio pichí, gritaba: pero si la calle es libre, si diosito no es chileno, ni argentino, ni peruano, ni nada. Yo no lo pude salvar, miré como esos pendejos lo masacraron y no hice nada porque yo era más chico, porque era más cobarde, definitivamente mariquita como ellos decían. También me acuerdo del papá del Giovanni que vendía helados y un día se mató y desde ahí la cumbia siempre estuvo sonando fuerte en esa casa. Y del tío del Paulo que decían que vendía coca y que mira como con rabia y con ganas de culiarme, me mira como mira el Diablo. Otro era mi amigo Juanito que siempre fue bueno, a mi mamá no le importaba que estuviese todo el día en mi casa, pero un día el pobrecito se tentó y se robó dos billetes de a mil que mi papá había dejado arriba del refrigerador. Todos robamos, a unos nos pillaron a otros no, pero todos robamos, de puro pobres o puro aburridos. Yo al Juanito no tengo nada que perdonarle, en cambio al resto de los huevones, menos a los amigos de mi hermano chico, les deseo el mal del mundo, que los piquen todas las culebras, que les roben para siempre las bicicross, que tengan miedo de ir a comprar pan, que los escupan, que les griten cosas feas, que los engañen, que les rompan las cosas más lindas que tengan, que los hagan sentir miserables, que los encierren en sus piezas, que terminen leyendo, no para gozar, sino para salvarse de algo de lo que nunca se van a salvar.

 

CUIDADO CON EL PERRO QUILTRO

Me gustaba que se llamase Yasna, me gustan los nombres que avisan la pobreza, esos nombres como Jhonatan y Jenifer, esos nombres que dicen cuidado con el perro quiltro, que marcan terreno, que avisan la selva.
La Clase Media hace chiste con esos nombres, les parecen ridículos y graciosos sobre todo cuando son deformaciones anglo que se mezclan con un pobre Pérez o un pobre Carrasco, se ríen y en la noche se van a la fiesta kitsh de La Blondie. Se llamaba Yasna y la amé tanto. La clase media se ríe en función de los nombres connotadores de pobreza, ahí intentan marcar su diferencia, sus privilegios, su idílico origen común, pero la Clase Media omite los apellidos, ellos también son Martínez y Hernández, aunque antecedidos por Camilos, Ignacios y Franciscas. No se meten con los apellidos, porque desde ahí son desplazados. Lo que representa Deivid para la Clase Media, es lo mismo que representa Soto para la Clase Alta. Se llamaba Yasna Rivas y la amé tanto.

 

* * *

ÚRSULA STARKE (San Bernardo, 1983)


EL ROJO AMANECER DE LAS VIDAS

Somos generación de almas sin vida.

                        Hijos no deseados
De Dios.
Ni siquiera tuvimos olor a leche
Nacimos siendo obreros
Con el color del cansancio en la boca.

Pobres vástagos
Buscando lo imbuscable.
Lo escondido en la escoria
Del sentimiento paterno.

Porque hubo que ser padres,
y tuvimos que ser hijos.

 

LAMENTO VIII

Desarmo esta prosa de andamiaje precario y encuentro la falta absoluta del picoteo sustentable. He escrito unos cánticos de feria libre, templados en el emprendimiento, pero sórdidos e inconsecuentes en su tuétano, un esqueleto poroso de otros libros, plagio tremendista de quienes supieron estructurar la desgracia.
Pero no tengo miedo de la factible caducidad de estas hojas. Ya se dispersaron en la abulia sangrona de mi cortejo verborreico, ya se multiplicaron sus palabrones en la escasa liturgia de mi discreta posición artesanal, ya no importa el enigma artificial del sustantivo penoso, del adjetivo pustuliento, de anáforas y sincretismos fuleros, porque me vengo hasta aquí, hasta esta lumbre de trucos gramaticales para relacionar la poesía tangible con estos infames coloquios de indigente subterránea, repleta de modismos ampulosos y adverbios de peste corriente. Es lo único que aprendí de esta patria. Mi escritura es el poder genotípico con el cual me iré a la tumba, gruesa y sonrojada, pues mi vida momentánea circula en la tristeza de nacer bajo la lluvia poética, principio y fin de mi amargo pulso vital.
Confesar a esta hora los pecados íntimos de mi tragedia, sería cortar las raíces de esta penumbra lírica, sería encarar a las momias familiares de punta en negro, vistiendo la sotana de chica obsesa y clínica que oculta el verdadero croar de ranita imbécil que tanto he querido plastificar para embellecerme en suicidios y ansiedades. Es por esta vergüenza de lazarilla ciega que no deseo confesar a esta hora mi ciclo menstrual de engaños.
Porque hubo una vez una mantenida, una achocolatada virgencita de voz quejumbrosa, una infeliz fumadora de robos paternos – aunque fue su sangre rucia la que me contagió el vicio – que no sabía escribir cartas navideñas, que no soportaba horas laborales, que no terminaba sus combates básicos, porque había sido parida en un hospital oscuro, con la cobardía de los zorzales cuando ejecutan sus asesinatos primaverales. Esa mantenida, esa inútil de puño y letra, soy yo con insignia y código, pues nadie puede confundir mi sopor artístico con el tedio de las doncellas sistemáticas, porque ya he pactado las reglas subestimadas del oficio nulo y melodramático de la poética, aunque todavía no logre darle metáfora a la metáfora.
Desarmo esta prosa de andamiaje precario, guardo mi identidad de polilla en el cofre que me regaló mi hermano, para que el resto siga creyendo que camino sobre el agua, que represento en cuerpo vivo la encarnación de la diva dantesca, para que vean en esta cortísima estatura, los deseos húmedos de su inspiración gótica y siga yo espolvoreando purpurina sobre el vidrio sucio de la leva literaria.


 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2009 
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POESÍA CHILENA RECIENTE.
Por Enrique Winter.
Revista Viento en Vela Nº 13 - Ciudad de México