Guía de despacho, poesía de Enrique Winter
IMÁGENES DE LA FRAGILIDAD
Por Karen Bascuñán P.
Intemperie. 9 de abril de 2011.
http://www.revistaintemperie.cl/
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Enrique Winter (1982), poeta y editor de Ediciones del Temple, presenta su última publicación “Guía de despacho” (Cuarto Propio, 2010), donde tenemos la oportunidad de reencontrarnos con los escenarios y un lenguaje que ya nos ha mostrado en sus publicaciones anteriores (“Atar las naves”, 2003 y “Rascacielos”, 2008).
La poesía de Winter nos invita a girar la mirada, posarnos en otros parajes que susurran cercanos y nos llegan como ecos de una bitácora de viaje por rutas que podemos recorrer en el trazo privado de esta obra. Es en esta intimidad que el autor se detiene para exponernos su poética mostrándonos otros lugares, especialmente aquellos cubiertos por un velo o aquellos nublados por los escenarios inventados para homogeneizarnos: “las películas nos robaron hasta el atardecer./ El bus nos ha robado el viaje.”. También nos señala en este viaje el deseo imbricado, como siempre, con lo ausente, las palabras que buscan el lugar tanto de lo perdido, como de lo que nunca se ha tenido: “porque miran juntos a un punto muerto:/ el mar, la tele o la avenida mientras una maneja y ambos cantan/ la canción de la radio, tan parecida a lo que les ocurre./ Uno sólo sostiene lo que suelta.”
El viaje de Winter nos trae ecos de la presencia del lar, que nos han mostrado Teillier y otros poetas. Se desplaza por rutas internas, menospreciadas por otros, vinculadas a lo perdido y el pasado que se hace presente silencioso. El autor escenifica la pérdida de significaciones de claves que hemos escuchado hasta el hartazgo, la repetición de fechas relevantes que no son lo conmemorado o son su opuesto, donde la reiteración de formulas dialogantes pierden sentido y nos vemos empujados a salir en búsqueda de nuevas palabras y simbolizaciones particulares, otras formas de hilar.
Y en esta búsqueda, los despojos en la adultez que se quedan circulando como fantasmas: “Como ateo en la guarida/ del convento en la edad media,/ de miedoso entro al trabajo./ Qué terrible estar afuera.” o “Que al hacerse más grandes/ den cuenta de lo que significa hacerse grande: f r a g i l i d a d .” La poesía de Winter nos instala en una atmosfera grisácea, flotante como los recuerdos, donde esa fragilidad se posiciona como uno de los hilos que hilvanan esta obra.
Las sensaciones e imágenes a las que nos enfrenta, adquieren una profundidad mayor e ineludible cuando aparecen los recuerdos que dan cuenta del dolor en la historia reciente de Chile “a falta de una séptima cuerda/ cuya sola pulsión escucharía a los detenidos/ que jamás pudimos enterrar.”, cuerda-pulsión-sonido inexistentes, deseadas para poder procesar donde no es posible instalar significado ni sonido que llene ese vacío; verdades que no pueden sepultarse y que atraviesan el malestar cotidiano, como también podemos visualizar en “afuera está la noche. La luz es cáscara y costra/ apenas un papel”; lo que se deja ver es el rastro de la herida, cubierta que señala la marca.
Fisuras, pérdidas, heridas, procesadas desde la fragilidad en estructuras que soportan el cotidiano, sin despojar la posibilidad de seguir buscando rutas propias. Y en estas huellas que recorre, es inevitable enunciar las marcas en lo amoroso: “Uno pierde el placer de estar solo./ Uno pierde la capacidad de amar a una pareja./ Y queda la performance:”, imágenes cargadas de las imposibilidades y portadoras de la violencia y el erotismo: “–el miembro de tortura china/ cava inocente en este pubis de condenada/ un agujero hacia la muerte–”.
Este trazado que nos presenta Winter, decanta certezas de pronta adultez, evidencias de (des)encuentros, claridades que enfrentar para seguir el viaje: “Lo deseado no llena esta botella/ sólo la arropa como una bolsa o una tapa. (…) pegado en cómo lo alguna vez deseado ya no existe,/ pues lo deseado muta./ Y uno no.”
Guía de despacho, es una obra que nos permite entrar en un itinerario personal que nos involucra. Las imágenes presentadas, a modo de fotografías en las que podríamos estar, nos interpelan, nos convocan a recordar los propios viajes, las preguntas y las claridades tristes con las que nos hemos encontrado tanto en nuestra biografía como en la historia de Chile, donde -a pesar de ellas-, decidimos continuar, compartiéndolas, buscando el lugar donde posarlas.