INVENTARIO DE PÉRDIDAS
Guía de despacho, de Enrique Winter. (Cuatro Propio, 2010)
Por Marco Quezada
Intemperie: 9 de abril de 2011.
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Una guía de despacho es el documento comercial en el que se registra la mercadería trasladada de un punto a otro. Guía de despacho (Cuatro Propio, 2010) es también la tercera publicación del poeta y abogado Enrique Winter, luego de Atar las naves (2003) y Rascacielos (2008).
Organizado como el documento que le da título, cuya expresión más evidente es la numeración de los poemas en la parte superior de la página, este poemario dibuja la ruta de un viaje que transcurre tanto en el interior como el exterior del hablante, en una relación que se hace una, toda vez que lo observado a través de la ventana de un bus o de un camión que se detuvo con la señal de un dedo en la mitad del camino, va modificando sus parámetros, ensamblando de ese modo también la forma del texto y su contenido.
Partiendo de un “Emplazamiento” (título del primer poema) que antes de ser barrido por un maremoto estaba “flanqueado a la diestra por la usina (…) y a la siniestra por la ballenera”, pueblo olvidado y sobreviviendo en sus mejores días solo en la memoria de Fernando Agüero Catrilef, el viaje prosigue en medio de un desierto con casas a medio construir para evitar el pago de impuestos, pasando por un Sao Paulo contenido en el intento de autodefinición de una mujer, hasta llegar a algunas localidades perdidas al sur de Chile que provocan, con su inconexión, el reiterativo incumplimiento de una promesa para los catorce de febrero.
El comienzo metafísico del viaje se ubica en el momento de la pérdida de los referentes, de los límites ciertos, la perplejidad ante lo que se va dejando atrás: “Junta las copas del colegio/ bajo la buganvilia./ De mantel los diplomas posteriores./ A ver si aguantan la primera lluvia”.
Con imágenes claras, que en su construcción caen escasamente al hermetismo pero tampoco apelan al desborde de la coloquialidad, un tono intermedio, medido, forjado a partir de la plasticidad de distintos registros poéticos (desde el verso, pasando por el diálogo hasta la prosa), Guía de despacho delinea el pesimismo frente a la fugacidad de las relaciones que construye el ser humano en la época actual, consciente de que “un modo de vida es apenas un líquido viscoso/ espuma sobre otro modo de mar”, pero también apreciando la “belleza acuosa de la mezcla, de la inquietud previa al viaje”.
De este modo, el cargamento archivado en este poemario, inventariado en los treinta y siete poemas que lo componen, se construye como “Una serie de postales disueltas en agua, láminas del álbum, guías de despacho” que se instalan en la indefinida “hora posterior a que atardezca y anterior a la noche”, buscando describir con el olfato, para quien “no hay palabras (…) solo aproximaciones (…) ofertas”.
En ese sentido, esta Guía de despacho acompaña las transformaciones que la mercancía cargada en su punto de origen va sufriendo en el trayecto hasta el domicilio del receptor, poniendo en duda y llevando hasta sus límites la capacidad de clasificación del lenguaje. Un ejercicio que, por ende, se cuestiona también sobre el quehacer poético y su única herramienta, y que quien adquiera deberá decidir si firmar o no su recibo de conformidad.