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La palabra como un hueso de espuma
Presentación de Basurita Cósmica de Fabián Burgos (plaquette)
Ediciones Periféricas, 2016-2017
Por Pablo Lacroix
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Este avance del poeta Fabián Burgos nos propone una poética doble, donde la voz inicial de Fabián se enfrenta con un nuevo uso del lenguaje, uno que torna contemporáneo, local, incluso con tonos coloquiales, pero que resalta una nueva palabra dentro del imaginario de Burgos. En este plaquette aparece una nueva disyunción, la que se explica mediante la relación del hombre con el lenguaje, el cosmos y las leyes científicas que sostienen lo real, o aquello que 
consideramos como real, en títulos como La genética, El sonido, La luz, o en algunos versos como “El conocimiento humano se expande al mismo tiempo que lo hace el Universo. Nunca lo podremos saber todo, pero la carrera es inevitable. El corazón es un placebo”.
Si comparo este avance con Paralogismos de la sombra sin mundo, el primer libro de poesía de Fabián, puedo constatar que en su primera publicación aparece un discurso moderno, un supuesto megarelato que se enmascara con la fragmentación propia de las teorías postmodernas. En Paralogismos el uso del lenguaje poético funciona en pos de la identificación de un rol, de una poética o un estilo de escritura que trata de abarcarlo todo, posicionando al hablante y lector en el vacío, y desde ese vacío iniciar el recorrido. Existe una localidad, que si bien es plural proviene de una base: es moderno en términos técnicos, es posmo en el sentido estético. Los Desapariciences, las palabras tachadas, el desorden estructural del verso, el juego de las formas e incluso el formato del libro, todos estos elementos trabajan en Paralogismos como una operación reveladora: estamos ante la presencia de Burgos y una voz que se aleja del campo generacional de la poesía chilena, pero que también hace guiños para pertenecer.
Situación semejante y a la vez muy distinta se manifiesta en Basurita Cósmica. Ya incluso en el título notamos una discrepancia, el uso del doble enunciado, un envolvente, como es el cosmos, y un particularísimo, en diminutivo, como es la basurita, que también es lo mínimo, lo minúsculo o eso que desaparece, que existe pero que está invisible ante la mirada canónica, lo tradicional, pero que se mantiene ahí, entre el centro y el margen. Su primer libro en cambio posee un título imponente, filosófico, serio, en Basurita Cósmica se apela a la ironía, al absurdo, a lo cómico. De hecho aparecen poemas que nos manifiestan una poética renovada, centrada más en el ahora, en la situación literaria chilena, en la biografía del autor, en el devenir nostálgico de un poema que reflexiona sobre su obra, su proceso y también sobre el tiempo, o la pérdida del tiempo. Que critica al resto pero también se critica a sí mismo. Se podría leer este avance incluso, como una biografía experimental.
“que no nos confunda el bruxismo
ni los cabezazos contra las vitrinas
de los grandes centros comerciales
ni la ruleta rusa
ni el canto del pájaro que evolucionó junto al habla”
Es interesante recorrer este libro como un manifiesto, como un manifiesto donde prima la intimidad. Es interesante también, para un lector refinado o maniático, subrayar las referencias de lectura de Fabián, no las filosóficas, que son obvias, sino que las poéticas, donde el motor es Juan Luis Martínez, pero con la certeza de la imposibilidad, ya que Fabián sabe que no puede superar a la Nueva Novela, y quizás por eso se apropia del recurso Rokheano, como también del poema callejero, de lo urbano (acercándose a la última generación de poetas chilenos, aunque Fabián ya está más viejo), mezclando matices para así llevarnos a la ambigüedad retórica. Burgos expone en este adelanto un campo introductorio, una basurita que se pega en el ojo y te obliga a pensar, a investigar o simplemente imaginar qué está tramando. El lenguaje científico se repite en varias ocasiones, pero también el coloquialismo, que en este texto, pega fuerte:
“¡DEJO CONSTANCIA A LOS/LAS SIN NOMBRE!
que se culiaron hasta la antimateria,”
Fabián ensaya un cuerpo poético doble, pierde en el ensayo y también logra la victoria. Fabián está probando, indagando roces, forzando líneas. Fabián manifiesta una sola perspectiva pero destrozando el marco, rompiendo el vidrio, fragmentando la lectura.
“No me leen los poetas consagrados
Ni los jóvenes que en revistas y diarios de circulación nacional
Pusieron su nombre sin que tampoco nadie los leyera”
Como si fuese una loca película de Baudrillard o Lyotard (que obviamente no son cineastas), como si fuese una parodia a la odiada y constantemente mencionada condición postmoderna. Como si los nichos de escritura fuesen campos eternos de un cementerio olvidado. Como si la metafísica del lenguaje fuese un hueso, un hueso de espuma, vacío pero con moléculas que le sostienen la forma. Basurita Cósmica es eso, un diálogo con la espuma, un diálogo con la naturaleza y el caos, un diálogo con los vicios del hombre clase media, un diálogo con la empatía, con la envidia y rabia por los poetas consagrados, una lástima, burla y respeto por los poetas jóvenes que nos parecen famosos o les parecen famosos a ustedes, o a nadie. Un envío periférico que lucha por ingresar al centro, pero que no lo necesita, porque ese tipo de poéticas pertenecen a otro lugar, uno como este, o como nosotros. Basurita Cósmica es un caldo primitivo que aún necesita fundición, necesita roce, sangre y labia, necesita más basura y el doble de cosmos, y para eso es esta entrega, para alimentar el mordisco, para saborear la espuma. Para incrementar el odio y burlarse de ello.
“No creas cuando te digan que eres una promesa
Que terminarás siendo parte de sus guerrillas literarias”
Espacio Radicales, junio 2017
