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Una Crítica Absoluta con reiteraciones.
Prólogo para la reedición de Paralogismos de la Sombra sin Mundo de Fabián Burgos. Diciembre 2018
Por Jorge Álvarez T.
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Reviso dos versiones que tienen diferencias en su diseño gráfico y títulos. Una edición chilena del año 2014, Ajiaco ediciones y la mexicana del año 2015, Editorial Montea. La primera lleva por Título “Paralogismos de la Sombra sin Mundo”; la segunda “Textos Introductorios para un Proyecto de Poema Absoluto”. Estos comentarios son para una segunda edición de la versión chilena. En esta reedición hay algunos cambios en los Títulos: se conserva el Título de la primera edición en su carátula y en la Portadilla al título se le agrega un paréntesis “Textos introductorios para un proyecto de poema absoluto”; nuevos epígrafes y otros textos en su última parte, “Introducción para Cosmogonía para lo Salvajes (Plegaria de Bencina y Sangre)” ausentes en las ediciones anteriores.
Desde el Título leemos el equívoco (paralogismos) para luego ser partícipes de un proyecto, algo en preparación, además de ser Textos Introductorios, lo que implica que el texto a que hace alusión, es un texto referido, que no se va a encontrar en este “Artefacto” , tensionando, contrastando con lo referido a el Poema Absoluto. Lo absoluto ya en sí puede ser una búsqueda de trascendencia, de universalidad. Inmediatamente pensé al escuchar el título en una especie de hipertexto, el Libro que contiene todos los Libros, pero hay una asociación que creo que es más pertinente, y que da con este concepto “Absoluto”, y es que este poema -no puede ser de otra manera- es así como se presenta, absoluto. Lo que presento es una crítica absoluta - en preparación- para un poema absoluto que - se encuentra en proyecto-. Lo que leo son “textos introductorios”, o sea: lo que se presenta como algo diferente a ese poema absoluto. ¿Será oxímoron, paradoja, paralogismo? (1)
Seguramente yo leo otro libro, todo lector lee otro libro, el mismo Autor (primer lector) lee otro libro. En algún momento de mi digresión utilicé el concepto Artefacto para señalar un contexto para este Libro, en donde lo conceptual (2) se manifiesta ya en su visualidad, que nos remite a otros procedimientos que lo atraviesan: la Tachadura, reconocible en Juan Luís Martínez, poeta bastante consultado por la vanguardia poética, y que también se lee desde ese descalabro que significó el Antipoeta Parra; distintas anáforas y reiteraciones, tropos que remiten a la forma, y procedimientos visuales en relación al tamaño y presentación de los grafos sobre la página.
Hay que señalar en este juego de aproximaciones ciertos nexos que son evidentes en esta especie de tradición de las poéticas en Chile. Tradición manifiesta en un plano práctico (textual), esto es la producción poética, el por qué, o sea desde dónde, cómo logro tener una lectura de estos “artilugios poéticos”. Quisiera señalar algunas evidencias:
(a) La recepción del libro en cuestión se presenta diferente a la simple lectura de distintos poemas ordenados en un corpus más convencional. La distribución, el orden de los poemas interactúan con elementos de la gráfica del diseño total del libro; el mismo concepto libro como un elemento diferenciador con respecto a la unidad que puedan tener cada texto por separado, lo que hace expresamente remitirnos al Libro como objeto, el tránsito de lo específicamente sintáctico a una visualidad general en relación con lo conceptual, en una clara intensión de establecer otras lecturas, como también distintos procedimientos en la elaboración de sentidos.
(b) “Forma y Contenido” confluyen en una unidad de lectura, lo podría definir como un aspecto que unifica una multiplicidad de procedimientos que se presentan en determinado producto poético; es su propio referente inmediato, se pueden leer desde un hibridaje en donde la deconstrucción es procedimiento y el” Libro” uno de los conceptos a trabajar. Utilizo el concepto deconstrucción cuando actualizo, desplazo, fragmento un andamiaje significante para producir sentido. La materialidad de los hechos de lenguaje, los procedimientos, el texto encuentra Sentidos no buscados. No hay a priori.
Quisiera dejar algunas consideraciones sobre el hablante de este libro, un hablante que se enuncia desde una primera persona, que dialoga con el hipotético lector, que presenta ciertos hechos textuales, en donde estos mismos procedimientos enuncian lo que conceptualizamos como hablante; podemos tener en cuenta lo formulado por Parra cuando nos presenta un texto en donde el hablante puede enunciar cualquier cosa, desde lo prosaico hasta lo más inverosímil, un hablante que no sabe hacia dónde va, que duda, y que pone en duda, que ignora, entonces nos percatamos de la simpleza de una voz, que podría resonar como la voz del propio lector en una especie de auto-asedio.
Trato de establecer un tipo de lectura en donde hay una multiplicidad de planos donde el texto se lea desde las distintas voces que manifiesta la textualidad. La visualidad con que se presenta es una voz, la sintaxis es otra voz, la tachadura, la reiteración es otra voz, el tamaño de los caracteres, son otra voz, el libro en su totalidad es otra voz. La multiplicidad de voces que se reiteran son otra voz… son forma y contenido a la vez de esa enunciación.
Cabe señalar que esta integración de voces implican una serie de procedimientos en donde el poeta ve el libro como parte integral del discurso poético. Los distintos procedimientos y la presentación de los mismos dan con la Obra, son la Obra. Uno de los ejes fundamentales que abren su lectura es justamente su propia construcción. Este hecho cultural que es el libro y que se funda precisamente en poner en un primer plano los procedimientos que se superponen, ensamblan, editan y que dan como resultado una especial lectura, su singularidad. Como si su estructura interna fuera protagonista explícitamente, para que la misma se abra a distintos sentidos.
Cuando los procedimientos desarrollados son el contenido, se genera una lectura abierta con respecto al simbolismo, los referentes semánticos, el significado que pasan a ser un plano más en la multiplicidad de voces que integra el texto. El relato se remite a una voz de hablada, un tipo de voz que en el caso de Burgos es un hablante que se desplaza hacia la descripción de otro que constantemente es interpelado como el que no está, que está tachado, desaparecido y que remite a la totalidad del libro ya que es un contenido siempre postergado (textos introductorios para un proyecto de poema, fragmento de un prólogo, prólogo para una lectura, notas preliminares), como títulos que implican un orden anterior a la presentación de los textos, y que se evidencian como procedimientos.
Lo de Burgos es una embestida sobre su propia miseria, pero más importante es la voz que vocifera en el lamento, esa manera de deshacerse del lenguaje, pronunciarse para dejar de ser el mismo, para adquirir otra experiencia de los hechos. Artificialidad que se extrema en su expresionismo infundiendo una emocionalidad o una exacerbación en el uso de las palabras, sus sintaxis, aspectos técnicos a la hora de la construcción del texto.
Sinécdoques en donde el hablante corporiza el cosmos y la sangre una metáfora de la vida en donde la resonancia de lecturas de los poetas tachados/reiterados en el texto configuran otra voz, en donde –el Autor- pierde el protagonismo, o se integra como otro de los planos de lectura, otro constructo en relación a un posible sentido. Variaciones sobre lo mismo son reiterar el nombre de determinados poetas desplazados en su tachadura. Una tendencia que ha hecho escuela en la investigación desde el Significante como referente.
La tachadura de ciertos enunciados serían el desplazamiento del mismo sentido, meros significantes diferenciadores en contraste, que implican una relectura, ya sea en el sentido de la abolición, o la intención de una lectura sesgada que dificulta una lectura habitual, lineal, prosaica, también remite expresamente al Libro La Nueva Novela de JLM. en donde el mismo concepto Autor se suspende.
Podría implicar otras resonancias como son Allen Ginsberg con su famosísimo texto “ Aullido”, las imágenes creacionistas, el paroxismo panfletario de Pablo de Rokha, pero me parece más interesante reconocer desplazamientos textuales que tensionan la lectura sin dar lugar a un carácter ilustrativo incorporadas a un lenguaje que en su artificialidad se vuelve poético, distintivo tal vez de una época.
Estos apuntes sobre un libro que tiene una reedición. Sobre la necesidad de aclarar algunos hechos sobre cómo leo y en qué medida me expongo a una relectura de mis propios textos realizando una relectura sobre un texto ajeno anteponiendo un texto que escribo. En la convicción de que mi texto es un texto otro que se escribe sobre un texto que tiene otra autoría y esto que parece una parodia, no lo es tal ya que mi lectura sobre un texto de Fabián confluye sobre la lectura del texto propio superponiéndose como otra lectura. Texto que el lector ahora tiene en sus manos como otro texto a la vez que otra lectura que reitera una posibilidad novedosa, o sea que siempre se da por primera vez.
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Notas
(1) Se conoce como paralogismo al raciocinio falso o incorrecto realizado de buena fe por falta de consciencia de su engaño o falsedad. La palabra paralogismo es de origen latín “paralogismus”, y este del griego “παραλογισμός” o “reflexión”.
(2) Conceptual: Es común relacionarlo con los ready-mades que el artista francés Marcel Duchamp realizó en las décadas de 1910 y 1920, en los cuales la obra artística ya no es interpretada como un objeto de contemplación fabricado por la mano de su creador, sino como un objeto de pura especulación intelectual.