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Los cuentos de Fernando Carrasco: el lado intangible de la realidad
Por Jorge Cuba Luque
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—Pero quién coño eres— preguntó Jiménez, sabiendo que eso era la histeria, la pérdida del último control.
—Oh, alguien que anda por ahí —dijo el extraño.
Cortázar
Con sus volúmenes de cuentos Cantar de Helena y otras muertes (2006) y La muerte otras traiciones (2009) ahora pertinentemente reeditados, Fernando Carrasco se emparenta con aquellos escritores que hacen de sus libros un solo libro, uno cuya virtud primera es la de sondear los diversos niveles de malestar y desarraigo que carcomen y envenenan una misma realidad. Pues sí, Fernando Carrasco es un escritor realista, si por realismo literario entendemos el tomar como espacio de referencia un 
lugar más o menos identificable para enseguida intentan sumergirse en esa cosa inasible que es el alma los personajes, esos seres que lo pueblan y que enfrentan las vicisitudes de la existencia.
Toda literatura de calidad exige mucho más que un buen entretejido realidad-personajes, Fernando Carrasco lo sabe y lo demuestra con los cuentos de Cantar de Helena, cuentos cuyo fil conducteur es el asesinato pero lo que podría ser un conjunto de cuentos policiales bien logrados va más allá y escapa al encasillamiento de género gracias a la sutil estrategia narrativa: el sentimiento de fracaso existencial, el desasosiego, la venganza pautan la trama de estos cuentos, calando hondo en la interioridad de los personajes. Son cuentos que, desde las primeras líneas retienen el interés del lector por sus contundente frases de apertura como ‘Fría y neblinosa era la noche en que lo matamos’ en “Una cicatriz rencorosa”, o por la implícita complicidad homicida de una madre y su hijo, apenas sugerida, en “Misteriosa confianza”, o el notable “Un pequeño paseo en bote”, con sus alusiones a la mitología griega.
Cantar de Helena y otras muertes posee una coda de tres relatos titulada “Tres cuentos rockoleros”, en apariencia desconectados de los cuentos precedentes pero en realidad vinculados con ellos por el tema de la muerte, la muerte de algo en el alma de los personajes. En esos tres textos, “En el juego de la vida”, “Nocturno de tangos y tangas” y “Una sombra de odio”, individuos opacos, muertos en vida, sucumben definitivamente a las garras de un pasado que siempre los persiguió pidiéndole cuenta y que los boleros cantineros de una rockola hace emerger.
En los cuentos de La muerte y otras traiciones el tema de la muerte vuelve, como lo anuncia del título del libro, pero se trata sobre todo de la muerte de la confianza entre los seres, de esa muerte lenta que es la de malvivir con el peso a cuestas de la traición, cometida o sufrida. La familia, la amistad, el amor, la impotencia ante la vida son los terrenos por donde caminan los personajes de estos cuentos que, si por momentos parecen previsibles, emanan una gran fuerza emotiva, como “La puñalada” o el notable “Nos han dejado solos”. Estos dos libros muestran un autor que está construyendo una obra sólida, despojada de aspavientos.
Montauban, 2014
