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«La representación de la literatura en la ensayística de Mario Vargas Llosa»
de Javier Morales Mena. (Katatay, 2019)
Por Fernando Carrasco Nuñez
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Se puede conformar una nutrida biblioteca solo con los libros que reflexionan en torno a las novelas de nuestro premio Nobel Mario Vargas Llosa. No obstante, es menor el número de publicaciones académicas que abordan su trabajo ensayístico. En este sentido, el libro de Javier Morales Mena, La representación de la literatura en la ensayística de Mario Vargas Llosa (Katatay, 2019), resulta siendo un aporte significativo, tanto por el tema como por su propuesta y la agudeza de su trabajo de investigación.
Javier Morales (Huaraz, 1978) es Magister en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Diplomado en Literatura Comparada y Crítica Cultural por la Universidad de Valencia. Ha publicado los libros de investigación Juan Ojeda. Poesía metafísica (2013), Teoría de la literatura: restos (2012) y La trama teórica. Escritos de teoría literaria y literatura comparada (2010). Es docente del Departamento de Literatura en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM.
Su nuevo aporte académico La representación de la literatura en la ensayística de Mario Vargas Llosa está estructurado en tres partes. En la primera sección, el autor realiza una revisión exhaustiva de la recepción crítica que ha tenido la producción ensayística literaria vargasllosiana. Pone énfasis en los tres planteamientos más conocidos: el de Ángel Rama (quien en la década del setenta descalifica el trabajo reflexivo de Vargas Llosa tildándolo de caduco e irracional), el de José Miguel Oviedo (quien sostiene en los años ochenta que Vargas Llosa realiza en sus ensayos literarios un testimonio personal de su práctica novelística) y la propuesta “provocadora” de Sara Castro-Klarén (quien plantea que los argumentos de Vargas Llosa pueden ser homologados con las ideas de algunos teóricos actuales de la literatura). A estas posturas argumentativas, se denomina, respectivamente: tesis del “vacío epistemológico”, de la “autorrepresentación” y de la “homologación conceptual”.
Morales Mena actualiza la lectura de los ensayos literarios de Vargas Llosa a través de una revisón de los trabajos reflexivos de autores más recientes como la hispanista Ewa Kobylecka-Piwonska, la intelectual uruguaya Mabel Moraña, la investigadora cubana Belén Castañeda (quien homologa las ideas vargasllosianas con la estética de la recepción y la teoría de la lectura) y por el latinoamericanista norteamericano Raymond L. Williams, quien vincula algunas ideas de Vargas Llosa con Gilles Deleuze y sus reflexiones sobre los temas inconscientes en una obra artística.
En el capítulo segundo, Javier Morales plantea su marco teórico. Reconstruye y explica las ideas más significativas que se proponen sobre la literatura en la producción teorética más reciente. Se centra en cinco autores de estas primeras décadas del siglo XXI: Jacques Ranciere: La palabra muda. Ensayos sobre las contradicciones de la literatura (1998); Terry Eagleton: El acontecimiento de la literatura (2012) y Cómo leer literatura (2013) ; John Carey: ¿Para qué sirven las artes? (2005); Tzvetan Todorov: La literatura en peligro (2007) y Derek Attridge: La singularidad de la literatura (2004). Morales no resume ni reseña de manera pormenorizada los trabajos de estos teóricos de la literatura. De forma atinada, opta por establecer vínculos y contrapuntos argumentativos. En esta tarea, los planteamientos de un autor se complementan con los aportes de otros.
Morales Mena se centra en siete textos emblemáticos donde el autor de La orgía perpetua. Flaubert y Madame Bovary (1975) problematiza sobre diferentes aspectos de la literatura: “La literatura es fuego” (1967), “Literatura y exilio” (1968), “El arte de mentir” (1984), “La cultura de la libertad” (1985),“La literatura y la vida” (2001), “Literatura y política” (2003) y “Elogio de la lectura y la ficción” (2010). Descompone estos textos selecionados para su trabajo y arriesga una nueva lectura de los ensayos vargasllosianos. Pone de manifiesto la presencia de recursos discursivos como “el suspenso, los biografemas, los personajes conceptuales y un lenguaje fundamentalmente metafórico”.
En el tercer capítulo, sobre la base de su marco teórico, el investigador sanmarquino confronta de manera contundente las dos primeras teorías señalas líneas arriba. Amplía y enriquece la tercera teoría, es decir, la teoría de la homologación conceptual. Javier Morales demuestra que diferentes ideas que Vargas Llosa desarrolla en sus ensayos literarios (la relación conflictiva entre el escritor y la sociedad, la relación entre realidad y ficción, la mirada crítica del lector sobre su contexto, etc.) están en sintonía o muestran “aires de familia” con los planteamientos teóricos posestructurales más recientes. Aquí radica el principal aporte de este libro.
En síntesis, lo que salta a la vista luego de un primer acercamiento a este libro de reflexión literaria es la suficiencia académica de su autor y la intención de plantear una nueva mirada a un tema tan importante como los ensayos literarios de Mario Vargas Llosa. Es notorio, además, un acertado didactismo que pone de relieve la perspicacia y la claridad de los argumentos. Debemos destacar también el buen uso de la prosa (precisa, fluida, cadenciosa), que hace posible una lectura académica y placentera. Javier Morales Mena nos recuerda con este notable libro que el ensayo riguroso puede ser también un ejercicio creativo con el lenguaje. Sin dudas, se trata de un libro insoslayable cuya lectura recomendamos.