LOS SUEÑOS TERRESTRES Poemas de Fernando González -Urizar, Editorial Nascimento, 1964. 165 págs. Por M. C. G. Publicado en Revista PEC, N°119, 6 de abril de 1965
Es necesario hacer una confesión: los autores que, de acuerdo con las solapas de sus libros u otros datos que en los mismos se dan, aparecen ostentando innumerables premios, laureles y elogios, nos predisponen en contra. La razón es muy simple: con raras excepciones, los premios en Chile —y en muchas partes— se dan en virtud de principios muy ajenos al arte. Así, han llegado a nuestra consideración libros cuyos autores, mucho más que literatos, parecen denodados coleccionistas de premios. Reconocemos que es una situación muy difícil de neutralizar: es justo que se ofrezcan premios; es injusto que se otorguen al margen del estricto valor literario (y hay que agregar todavía los casos de equivocaciones más o menos mayúsculas de los jurados). ¿No sería mejor que en vez de tanto premio diseminado se dieran dos o uno de más trascendencia e insospechable imparcialidad? Pregunta ésta bien perdida...
Fernando González-Urizar ha obtenido numerosos galardones. Y "a pesar de ellos", cuando vamos leyendo sus poemas nos vamos encontrando con un bardo que tiene el don de la palabra poética, esto es, grato al oído y grato en sus imágenes. Tiene también la virtud de transmitir la sinceridad dolorosa de su sentimiento filial, como en el caso de los poemas "Llanto por el hermano solo" y "Hermano Mayor".
Contrariamente a la forma de Sainz Ballesteros, los poemas de González-Urizar admiten citarse aislados y aún, muchas veces, así substraídos un par de versos, ganan, se realzan, sugestionan más:
Soy hosco, negro
ando sumido en otros días.
Del soneto "Golondrina" sacamos esto que suena como las notas de una cajita de música:
¿Por qué nombre olvidarte, llama fina,
golondrina de lumbre cristalina
muselina del agua transparente?
y de los dísiticos titulados Olalla, este final:
¡cirigalla infinita, en mis oídos
la ocarina sensual de tus vocales!
La voz cirigalla nos es desconocida. La buscamos en el diccionario y sólo hallamos cirigaña, usada en España como zalamería. Pero que exista o no importa poco desde que ambos versos hacen un ritmo amable. Igual nos ocurrió con la palabra azúmbar, que desconocíamos. Parece que se trata de una planta aromática española. Tenemos entendido, sin embargo, que el señor González-Urízar es chileno.
Nos parece observar también que cuanto más preserva y acude a la regularidad del lenguaje, es decir, cuando se aparta de la seducción del surrealismo, más abundan sus aciertos, aquí, allá:
Llora la luz encima tuyo
como el rocío en los racimos.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . .cómo zumban
los insectos su siesta de lujuria!
Tal un marfil, a solas
te pulo
en mi vigilia.
Sin embargo, el encanto de la llana expresión se aleja bastante cuando el poeta se entrega a la enumeración más o menos doméstica, cuando su inspiración realiza menguado vuelo en el "cielo intacto de la familia", como ocurre en sus poemas "La Despensa", "Abeja sola" y otros. (La historia de la poesía no suele darnos ejemplos de poetas arrolladores en este terreno).
A nuestro personal parecer, el poeta González-Urízar es un autor fino que logra bellas imágenes en tanto "habita" en un mundo sutilizado; no fuera de él.
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Poemas de Fernando González -Urizar,
Editorial Nascimento, 1964. 165 págs.
Por M. C. G.
Publicado en Revista PEC, N°119, 6 de abril de 1965
Fernando González-Urizar ha obtenido numerosos galardones. Y "a pesar de ellos", cuando vamos leyendo sus poemas nos vamos encontrando con un bardo que tiene el don de la palabra poética, esto es, grato al oído y grato en sus imágenes. Tiene también la virtud de transmitir la sinceridad dolorosa de su sentimiento filial, como en el caso de los poemas "Llanto por el hermano solo" y "Hermano Mayor".
