Postal
para Gonzalo Millán.
Hablé hace
unas semanas con Millán por teléfono. Él en Santiago, yo
en las praderas de St. Louis en el Midwest. Hablamos un rato, como siempre hemos
hablado: de todo un poco, con calma, sin derroche. Antes de colgar, me pidió
que le mandara una postal de las Cahokia Mounds, un pequeño sitio
arqueológico que está en la ribera del río Mississippi. Es
un lugar más o menos desconocido, pero impresionante- las Cahokia Mounds
están muy lejos de tener la majestuosidad de otras ruinas prehispánicas.
Al contrario, parecen simplemente unas colinas, unos montículos de tierra
con pasto. En realidad eso son: miradores hechas por los antiguos habitantes de
la zona. La vista desde su discreta cima es avasallante. No me impresionó
que Millán las conociera. De hecho cuando me las mencionó pensé
en que tienen eso de secreto desconcertante que tiene también su poesía,
una extrañeza que se disimula en la discreción: sutileza y terror.
Pensaba pasarle la foto cuando fuera para Chile en diciembre. No pude. Se la mando
aquí, con mi pena, mi vacío y mi amistad.
Francisco Leal.