En una entrevista grata y fluida, este destacado escritor acaba de publicar «Coyán», un libro que habla sobre la importancia de cuidar nuestras especies arbóreas nativas, y lo escribió en forma de homenaje, al bosque nativo de nuestra precordillera maulina
y como un manera de potenciar la mirada sustentable para superar los efectos del cambio climático.
Actualmente es urgente recuperar el bosque nativo, sobre todo para mitigar los efectos del cambio climático global. En algún sentido, el escritor Felipe Moncada Mijic, con su nueva publicación presentada en Santiago, «Coyán» incentiva a proteger la floresta nativa. «Diario Maule Hoy» le abordó para descubrir los detalles que le animaron a publicar una obra ambientalista como esta y que hay que tomar muy en cuenta y valorar en su justa medida.
—¿Por qué elegiste efectuar un ensayo sobre la vida del Coyán para tu nuevo libro?
—Siempre me llamó la atención la admiración con que se hablaba de su madera, cuando se habla de una persona de buena salud, se dice que «está cómo roble», o el valor que se les da a esas vigas o durmientes de ferrocarril, que duran cien años a la intemperie. El roble es un símbolo de fortaleza, durabilidad, pero además de identidad, pues es un árbol que ha sido importante para el desarrollo económico de la región. Pero luego está el saber que esa denominación «roble» corresponde a una designación española de un árbol que ha existido durante milenios estos valles y que en lengua mapudungun se denomina «coyán», pero además se le sub denomina «hualle» cuando se trata de un ejemplar joven de madera clara, y «pellín» cuando es un ejemplar entrado en años y de madera dura y de una tonalidad roja. La ciencia lo denomina como Nothofagus obliqua, o en su denominación más reciente Lophozonia obliqua.
—¿Es uno de los árboles nativos más emblemáticos de Vilches y de nuestra precordillera?
—Claro, quizás lo escarpado del terreno y lo alejado de los centros industriales, ha creado un refugio natural para este árbol y otras especies. En Vilches, está el bosque esclerófilo que se va combinando con vegetación de altura, a medida que esta se encumbra en las montañas. Cerca de las cumbres existen calafates, ñirres y una gran cantidad de líquenes y flora a ras de piso. En Vilches crecen grandes coihues, lingues, avellanos, quillayes, litres, los que conviven con maquis, raulíes, hualos y por supuesto con los Coyánes, que son los protagonistas del libro. Este árbol, generalmente conocido como roble, hualle o pellín, es utilizado para construcción, valorado como leña o para hacer carbón y además otorga belleza, sombra y sirve de albergue para animales, vegetales y aves, y por supuesto de refugio y noble entorno a los habitantes locales, así como a los y las cabañistas y a quienes suben a la montaña y cruzan los bellos bosques, de un verde claro en primavera, sombrío en primavera y anaranjado en los otoños.
—¿En qué consiste el libro y cuál es tu objetivo al orientarlo al mundo arbóreo que está en peligro de desaparición?
—El libro es una serie de crónicas orientadas a la difusión de variados aspectos de este árbol. Es interesante cómo a partir de un árbol, se puede establecer relaciones con la literatura, con mitos. o con la lingüística, por ejemplo al examinar sus distintas denominaciones. También en el libro se narran algunas anécdotas de personas que he conocido, cuya existencia está fuertemente relacionada con estos árboles, como algunos carboneros o recolectores de digueñes (conocidos en Vilches como quireñes). Por último hay información botánica o descripciones emblemáticas que han hecho del árbol autores como el Abate Molina o Mariano Latorre, entre otros. El objetivo es resaltar la figura del árbol nativo como un ser vivo y como parte de un amplio ecosistema que también involucra a la comunidad humana que habita en su cercanía. Poner en valor al árbol a través de su descripción, de su presencia en la historia local, de anécdotas y mitos, pretende resguardarlo de alguna manera, al ponerlo en amplio valor, en vez de verlo meramente como un recurso económico.
—¿Por qué es importante valorar nuestras especies endémicas en momentos en que pareciera que nadie parara la masificación de incendios forestales cualquiera sea su origen?
—El bosque nativo tiene una resistencia mucho mayor a los incendios que los monocultivos, ya sean de pinos o eucaliptus, pues conservan mejor la humedad y de paso albergan una gran población de aves, insectos y animales, que de alguna manera testifican sobre la salud de un ecosistema. Aunque siempre han ocurrido incendios, ya sea por causas naturales como el rayo, o por quemas accidentales, o peor aún, provocadas con algún propósito, es alarmante la energía que se ha liberado en los últimos incendios a nivel nacional. Hace un par de años fue nuestra región duramente afectada y este año fue la región de Valparaíso, situación que agrava los efectos ya complicados del cambio climático. Valorar lo que aún queda, recuperarlo y potenciarlo, puede ser una manera de prepararnos para el futuro que se nos viene, con su aumento de las temperaturas y disminución de las lluvias. Es cosa de ver el secano costero que bordea el río Maule, que en un origen eran extensos bosques de hualos y Coyánes, y que fueron utilizados para leña, carbón, durmientes de ferrocarril y para la construcción, y ahora solo quedan nombres de localidades (Hualleco, Pellines, etc), pero nada de ejemplares, entre miles de hectáreas de plantaciones o de suelo degradado, eso es un ejemplo claro que conviene un desarrollo sostenible que incorpore las riquezas naturales antes de agotarlas.
—¿Por qué es valioso el Reino Fungi que habita en función de los árboles nativos en un bosque?
—Últimamente ha crecido el interés y el número de estudios relacionado con el reino fungi, pues parecieran ser indicadores sensibles del subsuelo de un bosque, con redes que se extienden algunas veces por kilómetros bajo el suelo (micelios). Como son capaces de degradar materia orgánica, su existencia es vital en un bosque, donde hay un reciclaje permanente de vegetales y otros organismos, incluso se cree que gracias a su existencia se pudieron adaptar las primeras plantas de la Tierra en su existencia fuera del mar. Además algunos esporomas ( el cuerpo reproductivo que generalmente se cree es el hongo), como la morchella, los changles, los digueñes o el loyo, son alimento para animales y personas. También está el uso terapéutico que se ha ido explorando y dando a conocer, por lo cual es un campo abierto de investigación y seguramente hay beneficios de ellos que aún no conocemos, por ejemplo, últimamente se ha estudiado el modo en que se traspasan «información» en el subsuelo, para aplicarlo a mejorar las redes digitales de información.
—¿Cuál es el tema que más te preocupa respecto a la investigación que has desarrollado alternativamente sobre música y poesía?
—Principalmente un texto poético tiene un ritmo interno, que es una manera primitiva, si se quiere, de música. La «melopeia» es un aspecto muy antiguo de la poesía, relacionado con la musicalidad del habla, este aspecto era ya ampliamente conocido por los griegos, quienes usaban métricas y formas de rimar, lo que ha sido utilizado en muchas culturas
a lo largo de la historia, una de esas formas es la canción, en su forma popular que conocemos hoy, que es el resultado de una larga evolución. A partir de eso me interesa como la memoria popular se transmita a través de canciones, o de tonalidades, afinaciones como las campesinas que hay en nuestra región y que son un tesoro, ya que nos recuerda antiguos modos de convivir con el medio natural. Nuestra música de raíz encierra una gran riqueza, lo que combinado con sonidos naturales o nuevas formas de concebir la poesía musicalizada, genera un amplio campo de posibilidades. Además, la música facilita la entrega de un contenido, hace audible la poesía, lo que permite difundir temáticas, como las relacionadas con la preservación de los medios naturales.
—¿Dónde adquirir el libro Coyán, una crónica del roble nativo», o estás con alguna página web, facebook, instagram?
—El libro fue editado por Ediciones Libro Verde, una editorial de Santiago, especializada en temas de la naturaleza, libros ilustrados, crónicas de viaje, clásicos del naturismo, traducciones, etc. El libro Coyán pertenece a una serie llamada «Libros de la naturaleza». El libro se puede encargar en la misma página de la editorial y su enlace directo es: https:// libroverde.org/Coyán/ También está en librerías de Santiago y el sur de Chile, ya que es distribuido por Big Sur, aunque también la tienen en venta digital: https://big-sur.net/producto/Coyán/
También hay ejemplares en la Biblioteca Municipal de Talca, donde fue presentado el libro a fines
del año pasado, estos se pueden solicitar en préstamo.
COYÁN O LA CELEBRACIÓN DE LOS SENTIDOS
Ricardo Herrera Alarcón
No sé cuándo ni dónde le escuché decir a Felipe Moncada que la casa, o las casas, son un límite para ir al encuentro de la naturaleza. La casa como frontera o mutilación, la casa como impedimento. El afuera como adentro, el afuera como nuestro verdadero cobijo.
Recuerdo eso al terminar la lectura de Coyán, un bello libro donde el autor reflexiona sobre el roble nativo en un ensayo que me hace recordar la prosa de Luis Oyarzún, algunos poemas de Quezada, de Juvencio Valle, al que cita más de una vez. Coyán es un libro que abre nuevos caminos para la escritura del ensayo: la posibilidad de unir la reflexión con la poesía, y estas dos con el rigor de las fuentes bibliográficas, del dato preciso. Y algo más aún: la propia experiencia vital como soporte de la escritura. En Coyán cada una de estas vigas (reflexión y tesis, poesía y escritura, rigor científico y experiencia personal) tienen una misma importancia. Ninguna se impone sobre la otra. La propia vida como metodología de trabajo, en suma. Y el resultado es un libro de celebración. De la celebración de la naturaleza, del árbol, de los gestos humanos. Creo que cuando Teófilo Cid se encanta con la poesía de Para ángeles y gorriones la llama una poesía de la celebración. O algo parecido. Lo mismo encontrarán acá los lectores: una invitación a abrir todas las puertas y entrar a la gran casa del mundo.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com El Roble es la inspiración de un escritor maulino
"Coyán" de Felipe Moncada Mijic, Ediciones Libro Verde, 2023, 78 páginas
Por Diario Maule Hoy, 10 de marzo 2024