Me siento distinguido por Felipe, al convocarme a la presentación de su poderosa poesía reunida. También agradezco que junto a Alejandra, hayan derivado a la Mapu Meu Puleufu, la Región de Los Ríos, que los recibe con lluvia, como es su manera ancestral de agasajar la llegada de los visitantes más queridos.
Y agradezco a Beatriz, de esta legendaria librería Qué Leo, que suele acoger a los trabajadores de las letras, siempre que no sean letras protestadas.
Pensaba en lo intrincado que supone opinar sobre una contundente obra como esta, que contiene una extensa selección de poemas, escritos entre 2003 y 2018. Quince intensos años cruzados por diversas visiones de mundo, rescates y preguntas complejas, a las cuales la poesía busca entregar respuestas transitorias, desenterrando los secretos lenguajes del trumao, los vientos, la oxidación de las voces.
Las ofrendas son ofrecimientos a causas nobles, veneración a lo sagrado, a los vientos, al átomo de oxígeno que se oxida al unirse a otros átomos de metales…
Quisiera pensar que el aire respirado (o el viento) lleva también la oxidación de todo aquello que roza, acaricia, lame o demuele en una poética relación dialéctica: Un zorro puede volar cuando lo persiguen, despistar a cuatro perros haciendo un baile en las piedras del río, y morir en una trampa de conejos.
Entonces, como saliendo de una pandemia que persiste en las ciudades, emergen de sus escondites de sobrevida, los gusanos, las truchas, zorzales, grillos, gorriones y chincoles, en el bosque de papel de la página en blanco. También asoma el tricahue, el volcánico aroma del trumao, el ciprés, la luma, el hued-hued, la bandurria, y bienvenidos son para alborotar el silencioso transcurrir de una poesía actual, deshabitada de árboles, grillos, aves, de una memoria poética deforestada.
Así es porque se transita nuevamente: Senderos de cabras o de mineros fundidos al óxido de la tarde, anónimas huellas de conejo por laderas de incendio y rutas de águila.
Y todo esto porque: El tren de los desvelados cruza estaciones de madera y ríos con nombre de pájaros.
La ofrenda ofrece y denuncia: Cae el hacha del dinero imaginado en las ciudades, en eso de cortarle las venas a la tierra.
No queda más, entonces, que adentrarse en las páginas de este poemario, para descubrir y descubrirnos en el retorno de sus voces.
“La vida es la aventura de existir”, afirmó Pepe Mujica, y esa aventura es la que mueve las palabras de Felipe Moncada. ¡Un gran abrazo, poeta!
Bruno Serrano Ilabaca leyendo la presentación de Ofrendas al viento y su óxido, en Valdivia.
Bruno Serrano, Felipe Moncada y Jonnathan Opazo en librería Qué Leo,
Valdivia, 14 noviembre 2022.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com OFRENDAS AL VIENTO Y SU ÓXIDO
Felipe Moncada. Editorial Aparte, Arica, 2022, 208 páginas
Presentación por Bruno Serrano Ilabaca