Mi primer libro —que nunca publiqué como tal— es Con lágrimas en los anteojos, Nicanor Parra conoció algunos poemas en Valdivia en 1961, y al año siguiente se los mostré a Armando Uribe, durante la Escuela de Verano de la Universidad de Concepción. ¡Fue mi primer taller literario! Hice una nueva copia y una maqueta de diagramación pegada con cola y cosida con hilos de bordar.
En el invierno de 1964 vine a Santiago, entre otras excusas, a comprar una máquina de escribir. Una mañana le pedí a Teillier que me presentara a Armando Menedin, con la idea de publicar en su colección «El viento en la llama». Pero Jorge dijo: "creo que llegó la hora de publicar nuestros propios libros... Del sur me envías el original y lo editamos con el sello Orfeo... El pago lo arreglamos en cuotas..."
En San Diego ya había visto una Remington portátil de ocasión, pero entre las librerías de viejo y los bares vecinos ya me había consumido por lo menos teclado y carro... De modo que instalado en su máquina, en la oficina del Boletín de la Universidad de Chile, sin tener texto alguno a la vista, preparé el original para la imprenta.
—Se sabe sus obras completas de memoria— le explicaba burlonamente Jorge a Enrique Bello.
Y éste, muy serio, le advertía a cualquiera que entrara a la oficina: —Sccchit... no interrumpa... está escribiendo su primer libro...
Lo curioso es que en esa broma había mucho de verdad, pues hasta hoy día me sé de memoria cuanto poema he cometido y, al menos en el sentido mecanográfico, allí y así "escribí" mi primer libro.
No sé por qué me autolimité a 32 páginas... tal vez siguiendo la colección «Alerce», que me gustaba mucho, o por la falta de práctica me aburrí de escribir a máquina todo el santo día. El hecho es que así armé Para saber y cantar, que en realidad correspondía a la primera parte —la más inocentona— de Con lágrimas en los anteojos.
Por la tarde, a la hora de cerrar la oficina, le entregué "solemnemente" el texto a Teillier y nos fuimos a Il Bosco o al Indianápolis a brindar por la fundación de las Ediciones Orfeo... Hoy leo con gratitud las últimas de sus muchas cartas sobre la edición de mi libro:
"Santiago, 5-1-65: ... Arancibia jura y rejura que Para saber y cantar aparecerá el sábado 9. Haremos un acto para presentar el libro, junto al próximo número de «Orfeo» ¿Será posible que vengas?..."
"Santiago 11-1-65: ...Ahora Arancibia dice que no hay papel, ya la tapa está impresa y asegura que habrá libros el 14... Lo del acto no es seguro... Orfeo está en quiebra (económica por supuesto). Impuestos internos nos exige llevar contabilidad..."
Así, en medio de las eternas falencias económicas y la esporádica fraternidad de la poesía chilena, iba naciendo mi primer libro, que recibí en enero en las oficinas de la Hacienda Las Canteras.Y al final su único acto público consistió en una lectura que les fui haciendo a los álamos del camino. Mientras yo volvía las hojas, ellos batían las suyas y mi caballo movía sus orejas en señal de aprobación.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Floridor Pérez: Un libro unido a una revista
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio
2 de junio de 2001