Descontento
Materiales Ligeros, de Mario Borel.
Por Felipe Ruiz
Abordar la poesía de Mario Borel no es tarea fácil. Primero que todo, porque salvo su Plaquet Paisaje de Chile, su poesía se mantiene estrictamente inédita, circula en los espacios informales de la poesía, en blogs y a través de correos electrónicos. El modo como llegó a mis manos Materiales ligeros, en tal sentido, poco importa. Si importara, sería tan sólo para suscribir el juego de aquellos que buscan en la trastienda de la poesía (léase biografías, historias de amigos, mal periodismo), un sentido a los versos que por sí solos muestran la claridad de lo dicho.
Animado por ese descontento, me parece ver que el trabajo de Borel es una muestra de la oscura lascivia del paraíso democrático. Aquí se nota el trabajo meticuloso por evidenciar la figuración estética de este cosmódromo pequeño burgués, a partir del intento por anular la función del sujeto hablante y dejar ver solo la evidencia palpable de los crímenes, del cuerpo mortificado.
La laceración y la herida actúan como evidencia de un signo reprimido, de un sentido puesto a disposición de una máquina resuelta al control del caos mediante el flujo de los contenidos mediales.
La sustitución del cuerpo mortificado y lacerado por un doble maniquí configura el secreto estético de Materiales Ligeros. Brigitte Bardot no es la figura histórica real de una musa del Cine: es el cuerpo momificado de un sujeto puesto a la interpretación. En todo esto, se juega ni más ni menos que la inclusión de lo cadavérico en el espacio de la belleza.
¿Es esta poesía profundamente estetizada un heredero de la poesía de Gustavo Barrera? El periodismo crítico y la literatura académica podría pensar que sí. Pero en realidad no. Porque esta no es una estética de la complacencia, es una estética del descontento.
El descontento no es una manifestación positiva de un objeto material. Aquí se presenta más bien como la mirada oportuna sobre un objeto expuesto al horror de lo visible. En otras palabras, no es un descontento rabioso, sino contemplativo. El personaje Brigitte Bardot indaga en la historia de sí como si su cuerpo fuera un lugar pasado de acogida para un alma que, pese a presentarse en el tiempo, es decir, pese a que su duración es temporal, indaga en la tierra desnuda en la melancolía de un cuerpo que ya se ha manifestado en el llamado de ella.
Se podría así señalar que el recorrido de estos versos es el viaje por la materia. Pero la materia no es simplemente la forma, lo espurio del alma: la materia es la poesía. En otras palabras, la total claridad de estos versos es manifestar que la materialidad, la única materialidad posible, es la belleza poética.
Materiales ligeros es una obra cuya profundidad no alcanzamos a comprender ahora, pero de seguro, para un pronto lector futuro, se dimensionará su apabullante honestidad y valentía.