Proyecto Patrimonio - 2010 | index | Paula Ilabaca | Felipe Ruiz | Autores |


 



Ilabaca Núñez, Paula. La perla suelta. Santiago: Cuarto Propio. 88 pp.

El nervio de las perlas

Felipe Ruiz


Uñas que se descascaran esperando una purga:

Esbozar unas palabras sobre el libro de Ilabaca, La perla suelta, resulta hasta cierto punto paradojal pues la palabra misma, aquí, es lo que parece, a simple vista, esbozada. Digo bien, pues, este es un libro suelto, escrito de corrido y pisando los talones, y debo confesar que mi primera lectura no adujo ningún problema sustancial o medular al escrutinio pulcro de su propio relato.

Sin embargo, fue tras una segunda lectura donde me sorprendí. El libro posee, en efecto, la soltura claro está, pero de una palabra urgente, de unas perlas que se tensan en el cuello hasta romper el collar que las ata: la perla suelta.

Encontrar esa perla, que puede ser perla o puede ser plástico imitativo, no es tarea fácil. Resulta ser un esfuerzo mayor detectar ante que tipo de apuro estamos, qué es lo que puja, qué es lo que resulta suntuoso o demás, y aquello que realmente encabalga estos versos.

Tenemos un indicio de este encabalgamiento: se trata de las Yeguas, figuras míticas que en este libro son el ensueño mismo del poema, Yeguas que lamen y, supongo, pastan a la orilla de la cama naranja donde la perla parece retorcerse en descaro, ganas y agonía. Supongo que esta imagen es el sobresalto de un sueño en que la preñez deja de ser espacio de conexión con el cuerpo, y se convierte en espacio sacrificial, es decir, cuerpo preñado para ser sacrificado y no cuidado, donde el terror, lo que aduce el terror es el nacimiento aquí de una nueva literatura del cuerpo que ya está a la vista en otras poetas mujeres menores que Ilabaca.

Aquí las Yeguas son paridas, pero en distintas partes del cuerpo. En realidad lo parido estalla como llagas en la piel, en los brazos, en las piernas, y dejamos ver que el ámbito religioso donde se mueve el libro no es casual: se trata de una oscuridad díscola a cualquier lectura canónica del cuerpo como lugar de rito sea este en el catolicismo, en el protestantismo u otro.

¿Qué tipo de mecanismo permite semejante discordia? La introducción de la figura del rey, a la cual Ilabaca parece rendir pleitesía, una suerte de amante amo donde el patrón de enlace con el sueño se hace uno con el parto. Pienso: el parto como paridad, el parto como marcha, el parto como partida.

Mi conexión aquí se abre al problema sustancial del aborto ya no como figuración, sino como exclusión del Otro, del mal parido. Pienso en el poema La vida Nueva de Raúl Zurita y de este modo en una forma de desconexión con la sangre en el amplio sentido de la palabra.  En un libro anterior yo usaba una palabra extraída del lenguaje de Lira para hablar sobre este hecho: sangre yesca. Preferiría ahora evitar dicho proceder, pues esta sangre es más bien sangre cortada, cortada como la leche, como el hambre.

Este libro retrocede sobre su frenesí para invocar un nuevo parto y una nueva relación con el parto, donde ya no se coagula la palabra para proferir una nueva tribu, una “generación” o una raza, sino la multiplicación de nuevas Yeguas prestas al sacrificial canal y carnal.

Un aspecto simple la purga trágica.

 

 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2010 
A Página Principal
| A Archivo Paula Ilabaca | A Archivo Felipe Ruiz | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
El nervio de las perlas. Ilabaca Núñez, Paula. La perla suelta. Santiago: Cuarto Propio. 88 pp.
Felipe Ruiz.