Sobre la poesía de Georg Trakl
Felipe Ruiz
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Una de las cosas más sorprendentes de la poesía de Trakl es su enigmático sentido estético. En efecto, no hay parámetros para organizar y clasificar su poesía dentro de alguna corriente literaria. Podrán algunos decir que es el precursor de la poesía lárica, cuando mucho antes escribiera sobre el lar para que después Tellier declarara su admiración por el poeta. Otros, indicarán que se enmarca dentro de la corriente expresionista alemana. A mi entender ninguna de las dos clasificaciones es inválida. Pese a ello, el peso del pensamiento le cayó encima por la interpretación heideggerian de su poesía.
Desmarcándose de estos entuertos, me gustaría pensar a Trakl como un precursos de la poesía de Neruda, especialmente la de Residencia en la tierra, al menos las dos primeras. Pienso que, el estilo retórico que imprimió Neruda en las Residencia proviene de Trakl. Pensemos, por ejemplo, en los poemas finales, en Grodek; nos damos cuenta que existe un desarrollo circular en su poesía, un desarrollo especular y cerrado, donde no hay espacio para el humor ni para retuécanos de la ironía. En Trakl, como en las Residencias, todo tiene un peso uniforme, no hay mucho “desmadre” al punto que a veces leerlo resulta sofocante (pienso en Sebastián en sueños). De tal modo, Trakl profundiza en una poesía donde la novedad es lo menos importante.
Pienso que, a grandes rasgos, Trakl es tanto un poeta lárico en su temática, expresionista en su forma, y residenciario en su acabado. Las circunstancias trágicas de su muerte nos hacen ver hoy su poesía desde la típica compasión que recorre toda su obra poética, y de tal modo, nos evitan, o sorteamos muy bien, el hecho de que la muerte de un poeta es súbita en su advenir y que casi nunca su obra resulta testimonio de su misma muerte. Su obra ocupa un lugar muy especial dentro de la poesía, ya que es quizás el primero en que, el advenimiento de un estilo tan personal y particular, parecen del todo inimitables, y que pese a ello, está presente en los más importantes poetas chilenos.
Para el pensamiento, Trakl es una suerte de poeta de enganche entre la poesía alemana del siglo XIX y la del naciente Siglo XX. Si Hölderlin resultó ser el “poeta de los poetas”, en el sentido del poeta que escribe sobre los poetas, Trakl es el poeta que inaugura el siglo de la desesperanza, de aquello a lo que Hölderlin no pudo, o no quiso, experienciar. Haciendo el cambio hacia la poesía de mediados del siglo XX en Alemania, sin duda, Trakl es el que abre aquel “linaje” que pasa por Rilke y concluiría, según Alain Badiou, Paul Celan. Aquel linaje y quizás incluso aquella “pléyade”.
Desde luego, la poesía de Trakl no pierde, por la intervención del pensamiento, ningún ápice de singularidad. Y es más, instalado en el panorama chileno (a donde ya ha habido un libro de homenaje), lo lárico de su vida, su desazón frente al sin sentido de la vida en las ciudades, su búsqueda incesante de fundar el lenguaje en el hogar de provincia, siguen vigentes en lo que concierne a una literatura chilena desmarcada de sus referentes ocasionales.