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LA PÉRDIDA DE LA HUMANIDAD EN FUNCIÓN DE LA SOBREVIVENCIA
EN “CARNE DE PERRA” DE FÁTIMA SIME
Por Juan Pablo Cifuentes Palma
juanpix85@gmail.com
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Al comenzar la lectura de la novela Carne de perra de Fátima Sime el lector debe entender que se encuentra ante una obra honesta, cruel y destinada a una interpretación de mentalidad abierta para su digestión pues Sime no escatima esfuerzos en representar un momento tan controversial de nuestra historia para cimentar a través de ella una elocuente novela que seduce al lector a dejarla a un lado si el imaginario que le brinda el goce estético le está provocando una alerta en sus emociones y pensamientos.
Carne de perra es una ácida novela que relata la transformación de una joven enfermera, secuestrada durante la dictadura, torturada, interrogada, acusada de crímenes que no ha cometido, amordaza con el poder de la milicia, de los médicos torturadores, de ese círculo vicioso que jugaron a ser dioses durante el régimen de Pinochet. En otras palabras, el lector es testigo de cómo paulatinamente van transformando a esta joven muchacha de Limache, a través de las amenazas a su familia, a ese padre taxista boliviano que vino a tratar de hacer patria a Chile, a su madre, a sus hermanas, a ese novio de la Facultad que ya nunca más verá en su vida, a esa joven muchachita que ahora es esclava de este torturador que la estaba preparando para cometer uno de los crímenes más misteriosos y resonantes de nuestra historia.
Mientras el ex presidente de la República, el señor Eduardo Frei Montalva continuara con vida, siempre existiría una finita esperanza de poder revertir la situación política y social presente en los albores de la dictadura militar chilena. La extraña muerte de Frei Montalva se ha convertido en la actualidad en tema de debate y controversia, con una familia que busca conocer la verdad de lo sucedido aquella tarde en la clínica y con el anonimato y el silencio de los responsables que extinguieron esa tenue llama esperanzadora para sus propios fines políticos.
Es así, como Carne de perra, retrata la destrucción de esta enfermera y su posterior metamorfosis hasta convertirla en el vehículo por el cual se lleva a cabo tan macabro asesinato por envenenamiento que aún sacude a nuestra nación. Pero Sime no se limita a contarnos esta degradación de la pérdida de la humanidad por la bestialidad operativa y productiva. Se observa cómo desde el exilio y su posterior retorno al país con la llegada de la democracia a nuestra protagonista que aún mantiene las pesadillas de su pasado, las huellas han sido marcadas con sangre, la tortura permanece intacta tanto en su aspecto físico como en su espíritu.
En este sentido, es paradójico que tras intentar retomar su humanidad, el destino juegue con el torturador y su torturada, ya que ingresa el torturador en plena agonía, solitario, triste y abandonado por sus camaradas, consumido por el cáncer y en manos de esta enfermera cuyo reencuentro le provoca una explosión de rabia, miedo y la incertidumbre de poder vengarse por todo los males recibidos o actuar con la misericordia de acabar con el sufrimiento de una persona que la muerte le avanza lentamente en su caminar. De esta forma, Carne de perra es una novela escrita con inteligencia, con el vigor de invitar al lector a conocer la historia de Chile, a entender que la bestialidad la deshumanización no son inherentes al ser humano, sino que se deben a ese demonio encerrado en lo más profundo de nuestro inconsciente.
Carne de perra, Fátima Sime, Editorial LOM, 1ª Edición (2009), 122 páginas
