Has visto al río limar los valles bajando
vaciándose
lo has visto pulir los cuerpos que se deforman
en la superficie
bajan desde el Mapocho, aterrizan en zanjas
humanas desconocidas para los peces
comunes fosas que se acomodaron al caudal
has entrado con tu nombre entumecido en
la boca del Maipo
sedimentos, piedras, ramas y aves han bajado
desde las cuencas cordilleranas a inundar su cauce
la pesca insigne ya no es nuestra
has visto cómo nos la han quitado, han cortado la
carnada de la vida mínima al lado de las aguas
han quemado los botes, han dividido a nuestros
ancestros, reduciéndolos a material escolar que
se recorta y pierde
has visto la danza del ave completa emigrar
hacia el miedo de la desaparición
las aves se protegen entre ellas de
la devastación que has visto
y aún no comprendes dónde nace el volcán amargo
que quema a tu generación
la que se jacta de la voracidad de sus bocas
has visto que la naturaleza irrumpe irascible entre
el miedo del humano que arrasa y la máquina
que miente
conoces la propuesta de la violencia más que a tu
propia cordillera
y te has abierto las venas preguntando
por cuánto más se abre un río
allí, allí donde mejor se abre un río
allí donde se bifurcan los brazos que nos
elevaron al nacer
los cauces sanguíneos de brazos que se quiebran
coágulos que al fondo de este río
se transforman en ojos
pero no has visto
aún no has visto
las crecidas contaminadas con el cemento de los
poderosos
no has visto a la clase obrera cruzar el puente para desenterrar torturas
no has visto a los niños celestes del otro lado
invadir con sus voces las escuelas del horror
aquí no juegan y no van a jugar tus hijos porque
esta playa es el testigo de la fragmentación
porque el precio de la globalización asciende por
sobre tu pasado y su condena, haberse muerto mientras
se veraneaba en el balneario de Llo-Lleo, haberse
rendido a la basura de la neo libertad
y no has visto, no has de ver, no vas a ver
mis pies enterrados en el lodo del pacífico
ni los de tus vecinos ardiendo, quemando cada esfuerzo
por conseguir lo que antes venía de la orilla
aún así no has visto, repito
estos puentes quemarse por encima de las naves
abrirse tras el paso de la catástrofe
partirse a causa de la diferencia social, bajo la
mirada estoica del Jesucristo restaurado
libres no seremos mientras no fluyamos no aceptemos
no nos desbordemos junto con este río
hermano de la misma vértebra que el tuyo
este brazo que coloniza al cuerpo corrupto
esta arteria que se alimenta
de lo que carece
esta mano que da tumbos mientras
se la aplasta
este dedo que escribe aunque molesta
vamos desbordemos de una vez la visión
de lo que nos acontece
estamos cegados, como tú, como yo, como antes
cegados con la posesión de lo que nos ofrecen
y tan dóciles
tan ilusos e indiferentes ante la muerte de
la pesca que también nos arrastró
también nos llevó
nuestros cadáveres se fueron quietos enredados en
el manto del poder
es por eso que no
no has visto cómo hemos agonizado riberas enteras
en la niebla
no has visto a mi gente construir sus casas en medio
de la devastación
ni al mismo cuerpo de ellos no has visto cómo
se abre cuando habita la pérdida
sin embargo, verás
verás hundirse a las termoeléctricas
verás a los peces emigrar
los cadáveres resucitar
las aves planear
la pesca devolver
la playa cantar, tal vez
lo perdido
y encontrar, recobrar
resurgir la materia roja de este fragmento
de pueblo que nos va quedando
justo ahí
donde mejor se abre un río