..... A cada hora de descanso el pensamiento se nos llena de Juan
Miguel y nada más que de él; pero pensarlo es sabernos inútiles para
buscarle, tan inválidas como las piedras para llegar a él y más torpes
que las bestezuelas del campo que encuentran a sus
crías.
.....
Entonces otra vez te nombramos y te
vemos de golpe delante de nosotras y te hacemos entrega del alma de
Juan Miguel.
..... Y sólo sosegamos, Madre Nuestra, cuando creemos en
que lo tomaste de cuenta tuya, en que él ya es posesión tuya, criatura
recogida a tu regazo, hijo salvo para siempre.
..... Entonces, Madre Nuestra, podemos trabajar nuevamente con
alegría y podemos dormirnos junto a Juan Miguel, bajo tu reparo, hasta
el amanecer.
Jaculatoria a la
Virgen
..... María, Madre de Jesucristo Nuestro señor: Juan Miguel necesita
de ti. Ve a su encuentro, ayuda su timidez y su temor.
..... Consiente que él busque y déjalo contigo cuanto te sea
dable.
..... Dale tu rostro, tu acento,
tu respuesta.
.....
Tenle amor, cóbrale amor, aplaca su
deseo de compañía y de amor.
Oración a la Virgen
por Yin
..... Madre
María, Juan Miguel ya no vive con nosotras, y no sabemos cuál es el
lugar de su vigilia o de su dulce sueño.
..... Búscalo tú y
llega a él y hazlo despertar en la alegría de la hora
dada.
..... Llamado, él no responde, y
no tenemos camino sabido para ir en su busca.
..... Y
si él no descansa sino que hace su ruta, no hay compañero ni hay ángel
que pueda conducirlo con tu ternura y tu adivinación, Madre
María.
..... Vuelve tu rostro a él,
toma cuenta de él y bendita seas, Madre Nuestra. Ya no somos para él
presencia ni respuesta inmediata, ya no somos sino memoria vaga y
distancia desalentadora. Aunque ya logre algunas vislumbres de gracia
y de Paraíso, él necesita su Madre divina y terrestre como todos
nosotros la necesitamos. El te desea y él te llama sin palabras, Madre
Nuestra, encuéntralo y acaba con la orfandad que está sufriendo, y
acaba con su soledad.
..... Tu sola visión y el nombre
de hijo, salido de ti, le valdrán por lo mejor de la Tierra y por la
mitad del cielo.
..... Búscalo, María Madre,
levanta de su pecho la piedra de su congoja y que la sonrisa tuya le
anticipe el Paraíso.
..... Cuando te recobre, el lugar que lo tenga se le
volverá patria; él no llevará nada de lo perdido y su corazón batirá
de vida y de amor.
..... De ti recibirá sus
fiestas, sus Navidades y sus Pascuas floridas.
.....
De la mano tuya llegará Juan Miguel, amor nuestro, hasta la presencia
de su Redentor.
..... Así sea.
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Oración a la Virgen por
Yin
..... Virgen María, Madre de los niños que corren los valles y de
los otros que murieron en su flor: Busca a Juan Miguel, hijito
vuestro, ayer, hoy y siempre.
..... Tú
eres la madre terrestre y celestial: pide por él, más necesitado de ti
que los otros niños y más atribulado que ellos también.
..... Mira, Virgen María, mira a su larga fe y no
consideres su infidelidad de una hora. Proyecta tu rostro como una
península de luz hacia el lugar de su congoja.
..... Sea culpable, sea inocente, podamos
nosotras verle reposarse en su Madre Eterna, salvo ya de la tormenta
que arrasó su vida.
..... María de
Nazareth, Flor de Israel, consuela a Juan Miguel y mécelo a la par que
a los niños gloriosos y reúnelos con la cristiandad
bienaventurada.
..... Corazón de la
Virgen, esclavo de su misma piedad, que recibiste gracia bastante para
ayudar a todos tus hijos, álzalo en tus brazos y quede en ellos y dure
en ellos como un pájaro herido en el mar, refugiado en el seno de la
Madre de los hombres.
..... Azucena de
los aires, Júbilo de los Angeles, que Juan Miguel queme en ti su dolor
y que en ti se acaben sus soledades. Que él te reconozca como Madre
eterna y al reconocerte, su corazón se llene de confianza y de
alegría.
..... Madre de todos y Madre
suya ahora más que nunca, nómbralo de su nombre terrestre, llámalo al
oficio de cántico y en los coros eternos del cielo halle la dicha
perdurable.
..... Y nosotras, Madre
Nuestra, sepamos a Juan Miguel en tu reino, puesto bajo la ley de tu
corazón que es la de tu maternidad en los cielos y en la
tierra.
..... En cada momento, vuelta el
alma hacia Juan Miguel, cuando lo pensamos en soledad, tu imagen,
Madre María, brota de nosotros y tu forma y la suya se nos aparean
como la de madre e hijo.
..... A cada
instante sentimos una punzada de aflicción imaginando el conflicto de
Juan Miguel y nuestra impotencia de pobres mujeres nos agobia y nos
desangra.
..... Entonces, Madre Nuestra,
a ti te buscamos antes que a los demás santos que pasaron por la
tierra, a ti nos volvemos pidiendo el alivio inmediato de nuestro niño
atribulado en sombra y soledad.
.....
Santa María, socorred a nuestro niño Juan Miguel, si él
necesita de ayuda, si ya se halla liberado, dadle el gozo de veros y
dejadlo reposar a vuestra sombra azul de Paloma zurita.
..... Manto de gloria, baja a nosotros. Azul de cielo, azul de aire,
azul de gracia, llega a nosotros.
.....
Río de azul, pradera azul, día azulado: ven a
nosotros.
..... Aire ligero, cobijo
leve, manto sin peso: cubre a tus hijos.
..... Virgen María, lima durezas, quítanos peso,
permea el cuerpo, aúpa el alma.
.....
Virgen maría, gracia y doctrina, callando límpianos, sin gestos
múdanos.
..... Madre María, dulce
legada, tacto levísimo, obra en nosotros.
..... Hija de Ana, día por día ve aligerándonos y
ve llevándonos en la ráfaga de tu azul.
Ginebra, Suiza . 1930
Corta letanía a la
Virgen
..... Virgen María, callada en su dicha, muda en su dolor,
silenciosa en su gloria: Danos el silencio.
..... Virgen María, fiel al Padre, obediente al
Santo Espíritu y leal al hijo: Danos la obediencia.
..... Virgen gozosa y Virgen dolorosa, que viste
a Jesús niño, a Jesús muerto y a Jesús resucitado: Danos la
esperanza.
..... Virgen María,
amiga de los apóstoles, llamada a la Pentecostés, e iluminada por la
Gracia y rodeada por los discípulos de Jesús: Dános la consolación
sobrenatural.