Habitualmente Robert Guediguian (1953), un director de cine francés de amplia y reconocida trayectoria, filma sus películas en Marsella su ciudad natal. En el barrio de la Estaque para ser más preciso. En sus films podemos ver, casi sistemáticamente, a los actores Gerard Meylan, Jean Pierre Darrousin y también a su esposa Ariane Ascaride. También acostumbra trabajar con el mismo personal técnico. En este film Robert Guediguian parte al continente africano a fin de filmar una historia africana con actores africanos. Una historia que se desarrolla en 1962, en un Mali independiente desde hace unos dos años. Modibo Keita es el presidente de esta ex-colonia francesa. En esa época las ideas socialistas tenían el viento en popa; bajo su dirección, un esbozo de socialismo, comenzaba a implementarse en el país: creación de cooperativas agrícolas, control de la producción, fijación de precios. En las oficinas públicas se pueden ver grandes retratos de Patricio Lumumba y de Ho Chi min. Esto por los grandes lineamientos políticos, o si se quiere, por las utopías. En las habitaciones de una juventud relativamente acomodada, pero sobre todo educada, al lado de los retratos de estos grandes próceres revolucionarios, también hay fotos de grupos musicales franceses y americanos. La revolución sí, pero al ritmo del rock and roll y del twist. Estos jóvenes africanos leen Salut les copains, una revista francesa concebida por los jóvenes para los jóvenes. El rock and roll y el twist es un tipo de música que se escucha, pero sobre todo que se baila. Por las noches esta juventud africana, vestida a la moda europea, acostumbra reunirse en los clubes de danza de Bamako. Entre ellos se destaca Samba (Stéphane Bak), un chico de unos veinte años apenas. Además de ser buen bailarín es un militante que cree en la independencia de su país y en el socialismo. Mandatado por la administración, recorre el campo a fin de concienciar políticamente a la población rural. Resulta sorprendente ver como la sociedad africana se organiza económicamente. Las primeras imágenes de la película nos muestran a un grupo de artesanos trabajando: teñido de telas, talabartería, costura etc. Las técnicas son artesanales, pero la organización del trabajo es de tipo taylorista. Una funcionaria uniformada controla las condiciones de trabajo. Como encuentra que las mujeres tintoreras tienen las manos en un estado deplorable amenaza al patrón de estos artesanos con sanciones administrativas. ¡Este patrón es el padre de Samba! De vuelta, de uno de sus recorridos, dedicado a la concienciación de los campesinos, Samba descubre que en su camioneta viaja una pasajera clandestina. Es Lara (Alice Da Luz), una chica de más o menos su edad, que desea escapar a las obligaciones de un matrimonio forzado. En principio el acto de Lara es abandono del domicilio conyugal. Como está infringiendo el código civil, Lara debería volver imperativamente a su casa, con su marido. Samba analiza la situación con los otros jóvenes militantes que le acompañan. Tras una larga discusión, uno de ellos afirma que Lara puede compartir la misma habitación que su hermana. Pero a sus padres no tiene que decir que está casada, por supuesto. A partir de este momento dos historias se desarrollan al mismo tiempo. Una de carácter público y otra de orden privado. El gobierno de Mobito Keita trata de organizar el estado en gestación sobre las bases de un ideario socialista, pero los medios y los cuadros, para ejecutar estas tareas, escasean. Es sintomático que un joven de veinte años, como Samba, frecuente las altas esferas de la administración. Probablemente, Mobito Keita tiene buenas intenciones, pero todo en el mundo no piensa lo mismo que él. Una capa de comerciantes, de agricultores, de pequeños empresarios, de jefes tradicionales se oponen las políticas redistributivas de su gobierno. En Bamako una fracción de esta oposición se reúne, para analizar la situación del país, pero sobre todo sus intereses económicos, en la Cámara de Comercio cuando el gobierno suprime el franco CAF, una herencia del periodo colonial, y lo reemplaza por una moneda nacional, muchos no parecen contentos con la medida. Probablemente, porque todo el dinero que tienen acumulado en francos CAF no es de origen honesto. En realidad, a esta incipiente burguesía, le es indiferente la suerte del resto de la población. Tampoco tienen un proyecto de sociedad bien definido. Ellos quieren ocupar simplemente los puestos lucrativos que los colonizadores franceses dejaron vacantes con su partida. Continuar enriqueciéndose en lugar de ellos. Respecto a los jefes tradicionales, muy impregnados de religión, estos desean seguir siendo la conciencia moral de los habitantes de sus pueblos. Y dirigir sus vidas por supuesto.
Una historia de amor va a nacer entre Samba y Lara, que, integrándose al grupo de amigos de Samba, se adapta muy bien en Bamako. En su pueblo, su familia esta furiosa a causa de su fuga, evidentemente. Su hermano y su marido parten a buscarla para traerla de nuevo al pueblo. La familia del marido ha pagado una dote. La familia de Lara debe respetar sus compromisos. La búsqueda de Lara es larga e infructuosa. El marido, un poco dado a la bebida, está a punto de darse por vencido pero su cuñado es intratable. El honor de su familia está en juego.
Samba y Lara, por su parte, siguen militando en el día y bailando twist y rock and roll por las noches.. Quien dice danza dice contacto físico. Su relación se desliza por el sendero de la sensualidad y de la sexualidad… Desgraciadamente, la situación política no parece deslizarse por un buen camino. Las autoridades no aprecian mucho la música y la forma de vestirse occidentales. La revolución que desean llevar a cabo y el país que desean construir tienen que ser de esencia africana. Los locales donde la juventud de Bamako baila el rock and roll y el twist son cerrados. Entre los militantes del partido de gobierno comienza a desarrollarse la corrupción. Las capas acomodadas de la población organizan una jornada de protesta en las calles. En el curso de esta protesta el padre de Samba es detenido. Cuando Samba va a visitarlo a la cárcel tiene hematomas en el rostro. Y está tan asustado que a Samba le da la impresión que puede declarar o acusarse de cualquier cosa…. La situación de la pareja de enamorados también se complica. El hermano y el marido de Lara terminan encontrando su pista. Samba y Lara (que está embarazada), deciden que lo mejor para ella es que parta a Senegal. Samba la acompaña a la estación de ferrocarril. Mientras Lara se sube al tren, en búsqueda de una buena ubicación para viajar, Samba parte a la boletería para comprarle el pasaje. En el camino se encuentra con el marido y el hermano de Lara. El encuentro es violento. El hermano de Lara acuchilla a Samba y lo mata. Fin de estas dos historias: la pública y la privada. Transcurren los años y nos encontramos con una Lara muy anciana. En Mali la experiencia socialista es un recuerdo muy lejano. La política ha cedido su lugar a la religión. La música y el baile están prohibidos por el poder integrista que dirige la ciudad. Rebelde, como siempre, Lara resiste con los medios que tiene a su alcance. En su casa tiene un aparato para escuchar música. Las paredes están adornadas con posters de cantantes americanos y franceses de los años sesenta. La película se termina con esta Lara, ya muy anciana, escuchando en la calle, con su teléfono móvil, su música de siempre, el twist y el rock and roll...
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TWIST A BAMAKO
Película de Robert Guédiguian
Por Georges Aguayo