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MALVA
Malva, Hagar Peeters (texto traducido del holandés, Actes Sud. marzo 2019, Francia)
Por Georges Aguayo
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Describir una carencia, el abandono, la omisión de una existencia; esta la es la tarea que se plantea la escritora holandesa Hagar Peeters (durante su infancia también sufrió de la ausencia paterna) en esta novela basada en el fugaz paso de Malva Marina Trinidad Reyes Hagenaar por este planeta Tierra. Como, una vez cortado, es imposible rebobinar el hilo de la vida, es en el más allá que esta historia se desarrolla. La eternidad diluye espacios, jerarquías y cronologías. Privada de voz por su enfermedad, y por el abandono de su ilustre padre, Malva manifiesta, desde las primeras líneas, una firme voluntad de dar su visión sobre su propia vida y la de sus padres. Y así es como después de describir la muerte de su padre, en la clínica Santa María, le toma de la mano para mostrarle la ciudad de Santiago asolada por el golpe de estado militar. Como no está segura que este se percate de su presencia, finalmente se la suelta. Malva asiste a sus funerales, el padre de Hagar, su interlocutora en esta historia, cubre en su calidad de periodista, especializado en la América latina, el acontecimiento.
Después de su muerte, Matilde Urrutia “recoge el lápiz” del poeta. A partir de ese momento, ella es la responsable legal de su obra. “Confieso que he vivido “es publicada bajo su supervisión. En estas memorias no se menciona en absoluto a Malva. Por esta razón ella “retoma “a su vez el lápiz del poeta para narrar los acontecimientos a su manera. El juicio de Malva es implacable. Su padre, ese “príncipe del lenguaje” no ha sido muy hábil eligiendo el nombre que le ha dado, ni tampoco con las palabras que ha utilizado para describirla. Malva, “la hierba de los quesos “como la denominan en Holanda, ¡es una mala hierba y por lo tanto es inextinguible! “Un ser perfectamente ridículo “. Por definición el ridículo nunca es perfecto completamente. (por lo demás la búsqueda de la perfección siempre ha sido una fuente de desgracias para la humanidad: eugenismo, darwinismo, nacional socialismo, fanatismos políticos y religiosos) “Punto y coma” es un signo ortográfico muy ambiguo, porque al mismo tiempo marca un final y una continuación.
Pablo Neruda le escribe a su padre para anunciarle el nacimiento de su hija “una chica muy bella”. Más tarde los médicos dictaminaran que durante toda su existencia, Malva necesitaría cuidados intensivos y permanentes. Un tiempo perdido para la poesía por cierto…. A una amiga le escribirá que su hija sufre de hemorragias cerebrales. Una hemorragia cerebral sería una enfermedad más noble que una hidrocefalia. En el primer caso el mal sería el resultado de una agresión exterior, en el segundo este estaría en el interior; Durante un tiempo Malva estuvo furiosa con él, por haber obviado su nombre en sus escritos. Ahora se lo agradece mucho, la inexistencia de textos con su nombre la deja libre, no le ata a nada. Por lo tanto, ella es quien tiene la última palabra. La ausencia de palabras paternas le otorga un poder ilimitado.
Malva es concebida en Buenos Aires. Durante su estadía en Buenos Aires, Pablo Neruda termina la segunda parte de Residencia en la tierra, Federico García Lorca, un gran amigo suyo, estrena “Bodas de sangre “, María Luisa Bombal, que vive en el departamento del matrimonio Neruda, en la calle Corrientes, escribe “La amortajada”. María Antonieta Hagenaar no participa de este movimiento creativo. Por falta de talento artístico, pero también porque el español no es su idioma materno. Cuando Federico García Lorca pronuncia con Neruda, en el Pen Club de Buenos Aires, el célebre discurso al limón en honor de Rubén Darío, ella se aburre soberanamente porque no entiende nada.
Malva nace en Madrid en 1934. Su padre lleva una vida bohemia, rodeado por sus amigos literatos y artistas, como siempre. Este mundillo reacciona de mala manera al ver su anomalía física. Vicente Aleixandre, la describe con una crueldad implacable. Malva le perdona, sin embargo, porque considera que sus palabras son exageraciones de poeta, y esas notas intimas no debían ser publicadas. Dos excepciones a esta regla : Miguel Hernández, el poeta pastor, que sería muy afectuoso con ella, Federico García Lorca que escribió un poema en su honor: Versos en el nacimiento de Malva Marina Neruda. Estalla la guerra civil española. Pablo Neruda parte a Madrid, porque allá es “donde hay que estar “. En el transcurso de esta guerra, más tarde Federico García Lorca seria fusilado por los falangistas. Pablo Neruda adhiere a las ideas comunistas. Tomando como pretexto la guerra, envía a su esposa y a su hija a Barcelona. Entre tanto él vive en Madrid su historia de amor con Delia del Carril. Tiempo después, siempre a causa de la guerra, las saca de España. A partir de ese momento las vidas de Neruda y su hija bifurcan para siempre. En el intertanto escribe “Canto a las madres de los milicianos muertos”. Un poema que nunca podría incluir a Malva y a su madre, por supuesto. Ellas no se consumen en el fuego de la guerra y no defienden ninguna causa digna de ser defendida. Una hidrocefalia no es un título de gloria. El poeta puede pensar en la causa republicana, un combate perdido sin duda, pero que tiene lugar. La enfermedad de su hija es un combate perdido de antemano.
Llegamos a la Segunda Guerra Mundial y a la agresión de los nazis a la Unión Soviética. Neruda arenga a la multitud con la lectura de su “Nuevo canto de amor a Stalingrado “, una estrofa de este poema dice: “aquellos que en Holanda mancharon de barro ensangrentado los tulipanes/ diseminando el látigo y la espada/ duermen ahora en Stalingrado “. Pablo Neruda condena en su poema la ocupación de Holanda, pero impide que su primera esposa y su hija salgan de este país.
Durante su errancia por el mas allá, Malva dialoga con Sócrates. Este le cuenta una conversación que tuvo con Neruda. Sócrates le reprocha, al defensor de los más pobres y desprotegidos, el abandono de su hija desvalida e indefensa. El poeta le habría respondido que, siendo padre de tres hijos, dos de ellos pequeños, Sócrates hubiera podido abstenerse de beber la cicuta, puesto que contaba con al apoyo de amigos y hubiera podido escapase. Los dos habrían defendido sus posiciones, uno habría obrado por el bien de la filosofía y el otro por el de la poesía……Malva también se encuentra también con otros hijos abandonados por sus ilustres padres: Lucia Joyce (esquizofrénica), Daniel Miller (sindrome de Down) Eduardo Einstein (esquizofrénico). Pero igualmente con Wislawa Zymborska, premio Nobel de literatura como Pablo Neruda, pero que, a diferencia de él, es enemiga de biografías y autobiografías porque considera que solo los escritos cuentan. Y con el hijo literario de Gunter Grass: Oskar Matzerath, el enano del Tambor de hojalata. Malva no lo dice abiertamente, pero en su fuero interno debe admirar el poder de Oskar de quebrar los vidrios con sus gritos, cuando algo no le agrada. A pesar de su talla pequeña logra imponerse. Sin embargo, en relación a las inconsecuencias de sus padres respectivos, Oskar debe sentirse peor que Malva. Su padre literario confiesa, tarde en su vida, que durante su juventud fue miembro de las Wafen SS.
En estas historias de abandono paterno, Daniel Miller tiene algo más de suerte. Arthur Miller, que no lo menciona en sus memorias, seis semanas antes de morir lo incluye en su testamento. Una especie de mea culpa tardío. Las obras literarias siempre tienen un fin, evidentemente. En su afán por poner las cosas en el sitio donde deberían estar, Malva imagina una obra teatral donde Arthur Miller incluye a su hijo Daniel. Y que en el banquete, que los intelectuales mexicanos organizaron, para despedir a Pablo Neruda, este, después de librarse a los placeres de la comida y la bebida, le habría aclarado a todos los presentes que el objetivo real de ese banquete no era despedirle à él sino presentarles a todos Malva Marina, ¡su hija maravillosa! Esta escena es reiterativa porque se repite una vez.