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LOS DIAGUITAS EN LA PERSPECTIVA DEL SIGLO XXI
Gonzalos Ampuero Brito
Presentación por Juan García Ro*
Museo Histórico Presidente Gabriel González Videla, La Serena
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Creo que la misión o tarea del editor, se asemeja a la de una comadrona, partera, matrona, quien debe cuidar que venga este ser al mundo en buena manera y con las armas necesarias para luchar por sobrevivir al ambiente que a veces, es tan inhóspito, lidiar contra la apatía, la desidia, la envidia, y un sin número de escollos que debe salvar solito, ya que al salir a circulación, el autor no podría acompañar a cada ejemplar para defenderlo, debe hacerlo solo.
Por eso el editor, debe saber cuándo el libro está listo para salir a recorrer esas calles de subidas y bajadas, de hoyos, dificultades y de malas intenciones.
Es imprescindible, leer la obra a editar, no todo lo que se escribe está en condiciones de llegar al libro, una de las causas más importantes, es el respeto al lector, que a pesar de ser alguien que no se conoce, es un ser inteligente y por eso debemos entregarle un texto terminado, corregido, analizado. También es muy significativo el lenguaje, material con que se escriben los libros, no olvidar que los escritores son la voz de la tribu y si esta voz es pobre, qué podemos esperar de la tribu.
El lenguaje es lo que nos diferencia de los otros animales, sin dejar de ser animales, pero racionales. Sobre todo en estos tiempos donde hemos vuelto a la barbarie, y no se trata de ser pacato, no, no matemos algo tan trascendente y que como dije, nos diferencia, porque en este país, que siendo honesto, no me produce ningún tipo de orgullo de ser chileno, tenemos un sinónimo que remplaza a todo, todos tenemos el mismo nombre, incluso sin diferencia de género, mi amigo se llama igual que mi enemigo, el bueno igual que el malo. Pucha que es malo el Ramón, tengo un amigo el Ramón pa’ bueno. Y qué decir de los jíbaros del lenguaje cibernético, por favor, no volvamos al lenguaje cuniforme de los sumerios.
Con respecto a este libro, ensayo interesantísimo, que ya era hora de hacer esta nueva edición, otra de mejor factura que la primera, porque ha sido analizada con la distancia y la paciencia que da el tiempo, con nuevos antecedentes y elementos que la enriquecen, nosotros los editores, Mediodía en Punto y Volantines Ediciones, hemos puesto toda nuestra experticia que la experiencia de más de una década de editar libros nos ha dado, la primera con 45 títulos publicados y la segunda tiene a su haber 35 volúmenes, lo cual nos coloca dentro de las primeras editoriales independientes del país.
De nuestras casas editoriales, ha salido, poesía, cuentos, leyendas, novelas, obras de teatro, ensayos e historia, todas en beneficio de la cultura del norte infinito.
Aprovecho la oportunidad de aclarar que nos hubiese gustado colocar en la portada, y que a opinión del poeta Arturo Volantines, ésta es el perfume del libro, para mí, son los ojos donde podemos tener la primigenia mirada de lo que será el interior del cuerpo, una fotografía de algún diaguita chileno o chilena, pero no hemos encontrado nada, y como se plantea en este ensayo, el mestizaje fue de una violencia terrible, hizo que nuestros ancestros originarios se sintieran humillados y como siempre los vencedores imponen, ellos, los vencidos, prefirieron negar sus raíces, no querían ser indígenas, dejaron de usar sus vestimentas, sus nombres originales los adecuaron a los de los invasores, las costumbres trastocadas sin entender el daño que se hacían, por eso, después de mucho buscar testimonios gráficos de los diaguitas, encontramos la fotografía de una mujer pielagá, hilando con el huso, fue tomada en 1964, por Grette Stern, pertenece a la colección de Mateo Goretti, Formosa Argentina, y no seguir poniendo cerámicos que ya están demasiados vistos. Creemos, que de alguna manera, le estamos haciendo un homenaje a esta mujer que se siente orgullosa de sus raíces.
* Poeta, editor; vive en Vallenar (María Elena, 1945). Ha publicado un sinnúmero de libros de poesía, cuentos y obras de patrimonio del Norte Infinito.
