…y pienso si habrá unidad en todo lo que estoy diciendo
Para comenzar debo decir que “Vacío animal” pertenece al tipo de literatura en el que uno entra como quien se sumerge. Además podría establecer ciertos parámetros de esta poesía, pero, creo que lo mejor que podría hacer es hablar de cadencia, de sonidos y de ritmos que nos recuerdan una animalidad perdida pero como envuelta en melancolía y en imágenes oníricas y frases que nos llevan al borde, al vértice de un abismo. Una animalidad que sigue ahí y que respira el aire desintegrador del vacío. En ese ámbito esta poesía adquiere relevancia porque nos presenta un modo de sentir que las palabras arman como un estado de ánimo que no podemos nombrar. Esto conlleva la lucidez que de ella se desprende, lucidez que en el panorama literario asienta una singularidad que genera la libertad creativa.
Hay lecturas y lecturas. Hay verdaderos monumentos escriturales como catedrales inmensas. Y hay escrituras pequeñas como la futilidad cotidiana, pero que desarman la realidad o nos sumergen en ella con una repentina luz que hace del mundo un lugar extraño. Carson Mccullers, escribe en un diálogo de una de sus novelas que el mundo es un lugar repentino. Cuando leí eso sentí que era abordado por el silencio en una tarde calurosa de pueblo, donde todos los días parecen feriados o domingos, donde todos los días parecen el último. Creo que la escritura de Vacío animal tiene claramente desarrollada esa arista que nos impresiona, que se vuelve el paisaje de nuestra experiencia.
Las coincidencias nos asombran, nos llevan a territorios inciertos donde creo que la vida toma una forma más real. Más auténtica. Al leer el primer poema, que ya lo había oído en otro tiempo, en un pequeño departamento de la calle Londres, éramos jóvenes y teníamos todo el tiempo por delante, aunque aún lo somos, si lo pensamos bien, me di cuenta que soñé con ese domador. No sé si fue porque lo olvidé y luego mi inconsciente me lo devolvió como una experiencia onírica o es que ese animal se presentó en mí y huyó con la dificultad de las pesadillas, sin desplegar alas, de algo que le producía pavor y quizá era del mismo del que huía.
La ineptitud del domador
La ineptitud del domador es lo que es esta presentación. Las palabras y sus significados no se someterán a los significados y experiencia que aquí expongo. Las palabras huyen de sus significados hacia las sensaciones que trato de compartir con respecto a los poemas. Hay en nosotros una parte que es el animal que nos recuerda que seguimos vivos y que no somos un compuesto lógico solamente, cargado de sentido. Somos el domador inepto que fracasa con su propio animal, huye de él pero no puede separarse, la huida será permanente. Esto vuelve pasada nuestra percepción y la enriquece intuitivamente. El domador huye para ir al encuentro de nuestra primitiva existencia animal. Huye para ir al corazón furioso de los canales del sur. Va hacia una fuerza abisal, al extravío, que es la única manera de ir hacia lo salvaje, de vaciarse de significados y amarras que ahogan la existencia, de desprenderse de la camisa de fuerza social. Son como los peces luchadores en la película la ley de la calle. Y lo que nos dice nos deja sin aliento nos suspende en la inmanencia: quedaremos suspendidos en la muerte azul del vértice en aquel espacio infinito donde se unen en una sola agua la pampa y el cielo. Esas frases, felices, nos invitan a un viaje, un viaje evocado por la escritura de Georgina, un viaje en que el único camino es el extravío.
Pero este viaje ve el avance del desierto, de la noche sin tiempo, el vacío que crece desde el centro del individuo, que lo quema y se refugia en el silencio y choca con las paredes del pecho. Mira el horror emerger en el extravío, mientras va sin saber adonde, sólo con la piel, con la intuición. Por esto los poemas de Vacío animal no son simples sino un viaje complejo que ruge, pero como ruge el silencio.
El olor de aquello sin nombre ni lugar.
El poema dice: porque sé que podremos huir cuando se establezca nuevamente el olor de aquello sin nombre ni lugar. La lucidez de esta frase es impactante ya que en ella se empoza el deseo frente a la razón, la caída del sentido, y la fuerza que nos pierde y en la que nunca hemos encontrado una dirección. lo único que nos puede guiar es un olor. Una frágil intuición que nos lleva adonde no hay lugar, la huida permanente, un camino que tiende al infinito y en el que estamos como poetas mendicantes. Buscando las palabras que con sus bordes como un vuelo de pájaros tocarán la distancia de aquello sin nombre ni lugar. Un ala rozará la frente y nos dirá allá no hay razón. Nunca la hubo.
Palabras Arrancadas al vacío
Dentro de este libro hay frases que abren que rasgan como el brillo de un cuchillo al sol y sus poemas son construcciones que se levantan en la intemperie y se parecen a la arena del desierto. Sus palabras abren en la conciencia un paisaje desacostumbrado pero que nos incita a seguir y evoca la fuerza de construcción y destrucción en el infinito impenetrable del universo que emite su sonido, que lleva su ritmo. Algunas de estas palabras son (hay muchas más):
….y amenazados por el viento sin lengua
Pastores del ojo
la explicación está en el desierto
Cuando no hay más acertijos que las vibraciones aún azules de la madrugada
Las raíces de la lluvia no nacen en los somos sino en lo que fuimos
Porque luego de la expansión el vértice es una fogata de sobrevivientes
Cajeras del silencio
Supervisores de la melancolía
Carros del olvido
Siempre corrí por el sendero descalza
La poesía de Georgina camina por los territorios salvajes de lo animal con toda libertad como una loba o en su inminencia y nos muestra el horror, el miedo, la sensualidad y la ternura. No es lo animal en sí mismo pero es su evocación, una conjura salvaje. Una poesía que describe paisajes oníricos y difíciles, y cuya escritura muestra lo humano en su estado no humano, los mecanismos ocultos que mueven la vida y que quedan disimulados por el maquillaje de la civilización en la imposibilidad de alcanzar totalmente ese no lugar. Sólo llegamos a su cercanía. Es la conciencia de un movimiento incesante y la escritura que le arranca cifras a esa lejanía, acertijos que vibran el el vértice azul de la madrugada. Frente a eso nos pone esta lectura. Nuestro propio vacío animal, que se trasluce en las palabras.
YO HUYO COMO EL DOMADOR INEPTO SOBRE MUÑONES CORRO
SIN VOLTEAR LA VISTA SIN DESPLEGAR LAS ALAS
El salmo de las manecillas
"tú eres una ciega no ves que es el infierno esta habitación estrecha esta cama, este viento"
Eugenia Brito
El salmo de las manecillas
explotando en cada segundo
contra las vueltas eléctricas que el zancudo
con otro intervalo
da en este cuarto sin tiempo ni deseo
Yo me golpeo también con su fuga
en la ventana sin salida a la noche
se agitan las aguas de mi pecho
que no alcanza la orilla y sus diamantes
donde no podrá el junco florecer en el riachuelo
Mis extremidades se proyectan en el muro
en el vacío de esta caverna sin llama
dentro del globo de la noche
es mi rugido que rema eternamente silencioso
son mis monstruos
los que tejen en silencio
ciegos
y negramente sordos
Domador inepto
Cuando aparecen sus ojos en mis ojos
huye el corazón en la estampida
de mi por el desierto
cabalgando pardo entre otros
hacia lejanías sin regreso
Cuando aparece su lengua en mi lengua
mi grito es una gota que desaparece en el bebedero
donde observo encorvada
en el corrugado oleaje de este pozo incierto
como extienden sus alas negras en el pozo del cielo
Las palabras buscan dentro de sí
pero ya no tenderé mi mano en la marioneta
El desierto me coloca el traje del caballo
es ese pelaje el que guarda mis raíces verdaderas
EN EL ALBA MI PECHO RUGE
COMO EL TIGRE DENTRO DE SUS LLAMAS NEGRAS
Insecticida
Hace días que tengo en el cuerpo
tu perfume de insecticida
adherido a las escamas
luminosas en la profundidad de las yardas
En mi cuerpo
tu perfume de insecticida
entrando en las vellosidades de la lengua
en las papilas de la estrella no moriré
Y en efecto he distorsionado el olor de la mañana
inclusive el tiempo con su humedad
envuelta en todas las miradas somos felices
se convierte el cuerpo
en el origen del primer pétalo
y es necesario establecer el olor de la primavera
El olor arenoso de la piel de la mula
el olor de los ojos del caballo que no cabalga libre
pero no huye
el olor de la loba volviendo náufraga al Reloncaví
el olor del puma mientras corre y en el sendero
aparece la estrella
y brilla
Tu perfume de insecticida
en el cuerpo yo tengo
Entre las alas del insecto está cautivo el paisaje
pero él no escucha el salmo del grillo
El bosque el bosque no es verde
y la fogata aún no se ha encendido
el cuerpo entonces es una llama azul
que desaparece entre las aguas
es sin olor el paisaje
sin pasto en los ojos de la cabra
no se trata de un insectario en los bancos de la escuela
ellos reviven en la oscuridad del sueño de la niña
es sin paisaje
pero sin paisaje
sin olor
ladran los animales
pero no descubren la corta distancia
que les es señalada para ahogarse en el mar
o para internarse en los pastizales
Pero podremos huir
porque sé que podremos huir
cuando se establezca nuevamente
el olor de aquello sin nombre ni lugar
Prisionera
Nos cuentan dos veces al día
uno
dos
tres
digo once
Con la mirada en mi archipiélago lejano él me saluda
convicta de la sombra que despega del pensamiento
me desprendo también en una forma sutil
y el latido se hace innecesario
para todos los actos que sostienen la tierra
Residente perpetua
no saldremos del contorno de los ojos ahogados
pero he comenzado a avistar el dorso de mi pensamiento
el gesto de mi cuello asciende
y me vuelvo loba que aúlla
De la trompeta crecía el musgoso nido del océano
el viento nos meció tantas veces
el sueño entonces se desprendió de la barca
y cuando llegamos nadie nos esperaba en la fogata entumecida
convicta en la galería que sólo especta el paisaje
Amada definición inaccesible
acertijo de aire
acertijo de sonido
de piel desaparecida en los montes
que un día fueron profundos
En mi corazón habita un dragón que quema en el alba
una fogata primitiva ilumina caminos de sangre
yo veo la fogata del cielo con los ojos abiertos
pero la expansión invertida me provoca derrames de
murciélago
Despierto en un cuerpo que no conozco de antes
el pelaje ahora es otra piel
en esta agua que me cobija del cielo
que me cobija de tu mirada hiriente
de la bala en tu lengua
Siempre corrí por el sendero descalza
y no me siguieron apareados por la noche los lobos
No fijaba la mirada en cosa alguna
el paisaje no era paisaje
todo pertenecía ya a mis ojos cuando en una cruz
me lanzaba sin sumergirme
en aguas que eran aire
en cielos que eran desiertos
en araucarias de leopardo
Y las huellas en el lodo eran iluminadas
por la luna del propio cielo que era el propio desierto
y el propio aire
que era la respiración y su origen
MI CORAZÓN ES UNA NIÑA BORRACHA
QUE NO VUELVE MÁS A CASA
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Sombras en el vértice de la hoja
"Vacío animal" de Georgina Canifrú
Mauricio Rojas Peña