"Aire Quemado", Poesía de Gladys González
Un pequeño gran libro
Por Leonardo Robles
El Mercurio de Valparaíso. Domingo 4 de abril de 2010
La reciente obra de la poeta Gladys González “Aire quemado” ha seguido la continuidad propuesta por su poema anterior “Gran avenida”, pues exhibe una voz que habita en el desencanto de la urbe –no sólo de una en específico, sino que de todas- y se posiciona desafiante contra el tono impostado de muchos poetas jóvenes que viven atrapados dentro de una pose, de un supuesto status que les otorgaría el jugar con las palabras sólo porque pueden.
El nuevo volumen parte con una cita del escritor Henry Miller (“Los libros de mi vida”) sobre la experiencia de mantenerse al borde del abismo. Ahora bien, el precipicio planteado en “Gran avenida” era más sensorial y externalizado en el absurdo de las calles, los bares, el alcohol, la droga y la miseria de respirar en un mundo condenado, pero sin intelectualizar las cosas, sino que tocando de forma directa las cuerdas de una sensibilidad que nos hace penetrar de forma simple en lo periférico y desplazado.
Mientras que el abismo planteado en “Aire quemado” es mucho más personal, interno. Su tono es retrospectivo y da cuenta de una madurez poco habitual para una poeta de su edad (29) al acometer la tarea de narrar una ciudad que en el fondo es la suma de las experiencias que la conforman. Ejemplo de esto es su poema “Adiestramiento”, donde dice que “Todas las ciudades / son iguales / si haces el mismo ejercicio / buscar una cama / encontrar alguien / en esa cama / construir una ciudad / dentro de otra ciudad / sin puertas / sin ventanas / sin salidas… / Todas las ciudades / son iguales / todas las ciudades / se provocan / en el mismo ejercicio / todas las ciudades / se queman / al cruzar la frontera//”.
González es una autora joven que apela a su talento y se destaca por sobre otras poetas mujeres que se escudan en el feminismo para establecer un diálogo confrontacional con la tradición literaria.