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INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y DE OTROS: resaca y certeza
Gladys González. AIRE QUEMADO (La Calabaza del Diablo, 2009)
Por Juan Bascur
http://naturalezainsaciable.blogspot.com/
11 de enero de 2010
La voz poética de Gladys González se alza de nuevo, alcanzando un trance de resaca. Me explico: en GRAN AVENIDA (2004), su primer libro oficialmente solista, tras sus alianzas con Diego Ramírez en RELAMIDO (2001) y CARTOGRAFÍA POÉTICA (2002), pululaba una hablante que bebía de cierta destilación entre lúbrica y amarga, mientras observaba el no glamour del lugar, ese espacio revelador que también puede ser el nuestro; acuérdense de "Paraíso" e "Hilo rojo" (esa joya de título arabstrapiano y paráfrasis borgeana), y verán que no están perdidos. Ahora, en AIRE QUEMADO (La Calabaza del Diablo, 2009), esa resaca a la que me refiero se manifiesta en un declararse magullada y sobreviviente, en dar su palabra descarnada, con el aspecto de quien podría exhibir cada una de sus taras; alguien que expresa: todas las ciudades/son iguales/si haces el mismo ejercicio ("Adiestramiento"); alguien que dice ya no tener edad para ser rebelde, tras cada pellejería, y ni siquiera para subir el volumen, como aparece en el "Manual de instrucciones"; alguien que busca encubrir las heridas del ojo delineado ("Colirio"); alguien que no esconde su asombro ante la dinámica cíclica entre cuatro paredes ("Derribo", "Escenario"); alguien que teme no encontrar al otro lado lo que espera ("Frontera", con versos que traen el recuerdo de Delia Domínguez); alguien que ha mirado de frente (y sentido) los detalles de la crueldad multiforme ("Naturaleza muerta"; "Alumbrado público"), y cuyo corazón, como se dice en "Certeza", se quedó en ese profundo silencio/congelado en las pensiones/perdido en el tiempo/sin posibilidad de rescate//como una cadena/de la que no se puede tirar. Gladys, en menos de 30 páginas, potencia una dureza expresiva que arde a contracorriente. Las cenizas de ese aire se convierten en otro artefacto poético de buqué inconfundible. Todo suyo, señorita.