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Manual para Tartamudos de Gonzalo León. narrativa punto aparte / Noviembre 2016
Por Jorge Álvarez T.
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Estimadísimo Lector: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 de Diciembre de 2016
No es un Libro que sorprenda, sí uno que toma posición; en lo que se entiende por Novela pero aun más en lo que el Autor comprende por Escritura y en este sentido trasciende lo que en algún momento se entendía por Género y puedo permitirme parafrasear alguna lectura ya que provengo del ámbito de la Poesía en donde la noción de Texto reordena escrituras. Que sea una Novela Epistolar es un hecho que te previene y prepara a lo que encontrarás en el libro, no hay dificultad en comprender que son cartas que están ordenadas, fechadas y que habrá una primera carta y habrá una última que cierre, como también un lector para estas cartas. Establecida la convención tenemos una estructura digamos rígida que dirige la lectura total del Libro, entonces ahí comienza algo que en buena medida conocemos pero que en su reescritura Gonzalo León señala distintas variaciones, casi se diría en un sentido musical. Se sabe que la forma produce sentido, ya lo dicen los viejos formalistas rusos. Por lo menos he rastreado cuatro voces, esto es posiciones de hablada desde donde se enuncian los hechos y que ordenan/desordenan un relato polífono. El Paraguayo, el Chileno que escribe las cartas, El Editor, que se construye vía un Paratexto, esto es las citas a pie de página y el cura versificador que podría dividirse en el Cura y Robert W. Lowell (Poeta Confesional Norteamericano).
Hay otros elementos más que son La Carta de devolución de Correos Argentino, el Contrato de Edición de la Novela y la misma fecha de escritura de cada carta, las tachaduras en el texto, los Títulos signados como Cruces para el Paraguayo, además de los títulos a los distintos capítulos en que se estructura este Manual; elementos paratextuales que intervienen por fuera de los hechos y que confluyen en la realización de la Novela como el objeto que uno lee. En cuanto al tiempo en que transcurren los hechos la evidencia de las fechas en las cartas y la que ofrecen los distintos documentos en el relato es clara, obteniendo otro contrapunto en la construcción, ya que los hablantes enuncian en distintas temporalidades lo que también nos lleva a distintas localidades. Todas las voces se construyen fragmentadas y a la deriva, en un tiempo ambiguo en donde la parodia es ley. Viven siendo personajes de algo que no quieren saber, no les interesa saber, o porque paradojalmente es así, irremediable. Lo extraño de la lectura que hago es que las peripecias del libro señalan otra cosa que no voy a relatar, entonces lo que entrega mi lectura es una Poética, una manera de entender lo que es la Escritura. En otro orden de cosas nos encontramos que en distintas oportunidades hay guiños escriturales que señalan algunos de los procedimientos o experimentos usados en otras escrituras, la saturación de paréntesis, la exacerbación de chilenismos en algunos párrafos, las tachaduras, la escritura de un poema en una de las cartas ( este poema al igual que la diferencia en los tipos de letras, algún párrafo que actúa casi como epígrafe, el índice, le da diversidad y antepone un distanciamiento en donde se verifica que la misma textualidad interviene en la lectura, el libro como un hecho de lenguaje), la cita expresa a El Fiord de Osvaldo Lamborghini texto que se fagocita a sí mismo, naciendo de su consumación. Otro elemento que salta a la vista es la estructura circular del Libro; el último texto que perfectamente cierra la Novela se enlaza con el texto del comienzo del libro lo que abre a otra lectura o relectura de la misma.
El concepto reescritura lo asocio al concepto “reescritura” que trabaja el Investigador Iván Carrasco Muñoz* al hacer referencia al constructo del Antipoema de Parra y que me llama la atención porque hay un elemento extratextual pero no enfocado a una cualidad interna al texto sino a una cualidad que interviene en la estructura total, en este caso la Novela Epistolar. Hay un modelo a seguir.
No deja de ser paradigmático que las distintas voces se presenten como anecdotario, sean un anecdotario y se las nombre con perífrasis alusivas a características específicas de cada uno de ellos, El Chileno loco, El Paraguayo pornógrafo, El Cura de los Versos Satánicos, Nota del E.etc., donde el desarraigo, lo confesional, biográfico ,cotidiano intervienen los límites de la misma ficción, la verosimilitud, el sentido y sinsentido y entran a jugar en su lectura, siempre desplazados con respecto a la reescritura de la Novela Epistolar.
¿Por qué el texto siempre remite a una ausencia y esta singularidad reitera y resuena en la escritura de la Novela?
Atte. JAT
*Iván Carrasco Muñoz. Antipoesía y Neovanguardia. www.cervantesvirtual.com