Gabriela Mistral. Album personal
Pehuen, 2008. 146 págs.
Entre Gabriela y Lucila
Por Catalina Herrera
La Tercera Cultura, Sábado 8 de Noviembre de 2008
A Gabriela Mistral todos le conocen la cara. Desde su retrato en el billete de cinco mil pesos hasta las ilustraciones en textos escolares, nos topamos con ella regularmente. Pero esas representaciones han armado una imagen plana, fría y distante. Gabriela Mistral. Album personal, editado por Pehuén, reúne fotos privadas tomadas de su archivo personal, en las que asoma su perfil más íntimo y cercano.
"Querida mamá: creo que mejor hago en abandonar las cosas como están. No he sabido vencer, espero que en otro mundo exista más felicidad. Cariñosamente, tu Yin Yin".
Esta es la nota de despedida que dejó Juan Miguel Godoy (o Yin Yin, como lo llamaba Gabriela Mistral) antes de suicidarse tragando arsénico en 1943, con 18 años. Este álbum personal recoge también la fatídica esquela. La historia entre Gabriela y Yin Yin, es uno de los más grandes misterios dentro de la biografía de la poetisa. La relación exacta entre ellos no ha sido completamente precisada, pero se cree que es su sobrino, hijo de un medio hermano que se lo entrego en España, aunque no hay evidencias concluyentes.
Lo que sí aportaron las fotografías que aparecen en este álbum es lo profundo de su amor y la felicidad que ella sentía cuando estaba con él. También se retrata el rostro gris de Gabriela después de haberlo perdido, así como manuscritos de sus lamentos.
***
La imagen de Gabriela Mistral no es ajena ni desconocida. Probablemente sea, de hecho, la poetisa con mayor presencia icónica de Chile. Su cara seria y austera aparece en los billetes de cinco mil pesos, siendo este uno de sus perfiles más reconocidos. Pensar en ella es evocar a la maestra rural, a la ganadora del Nobel, al alma solitaria y áspera de un modo que apenas logra ser suavizado por estudios que sacan a la luz lo vulnerable y cariñoso que hubo en ella. Para ojos de muchos, la Mistral carga con la paradoja de ser "poeta nacional" y haber residido en el extranjero casi toda su vida, para volver pocas veces y por poco tiempo.
La llegada de su archivo personal el año pasado -aquel que su amiga y
albacea Doris Dana guardó celosamente hasta la muerte y que legó a su sobrina Doris Atkinson-, permite reconfigurar la imagen establecida de la Mistral y conocer a la persona que se escondía tras el personaje.
El archivo contenía poemas inéditos, cartas y borradores, pero también cientos de fotos personales y familiares. Estas últimas dan cuenta de una Gabriela risueña, amable y cercana, y dibujan un perfil desconocido y antisolemne de la autora de Tala.
Ese fue el objetivo que se propusieron la Dibam y Editorial Pehuén al hacer la selección de fotos incluidas en el libro Gabrieía Mistral. Album personal. La editora, Ana María Moraga, explica en las primeras páginas que las fotografías fueron elegidas por su valor estético y también por su calidad de íntimas, permitiendo conocer a Gabriela Mistral en la cotidianidad.
Ordenadas cronológicamente, las fotos transportan al viaje de la escritora desde Montegrande, en Vicuña, hasta Europa, Brasil, Estados Unidos y México, escenarios de su vida como cónsul. En este recorrido se puede apreciar el contraste entre la Gabriela que posaba contenta con su hijo-sobrino Yin Yin en Italia, en 1936, y la otra, la dolida y sombría, después del suicidio del muchacho en Petrópolis, siete años más tarde.
En el álbum asoma una Mistral humana y sencilla que, al parecer, aprendió a sonreír para las cámaras con 
el pasar de los años. Sus fotos de niñez y juventud muestran a una mujer estoica, rígida, acaso incómoda; ya mayor, y fuera de Chile, se da
licencias para reír y jugar más, perdiendo el miedo a ser retratada en circunstancias menos ceremoniosas.
La amistad constante y profunda con Doris Dana es también otra de las características que corrobora y resalta esta selección fotográfica. Aparecen juntas en viajes, encuentros sociales y actividades cotidianas, y es sin duda la compañía más importante de sus últimos años.
Las primeras fotos a color datan de 1954 y muestran a la poetisa disfrutando de la vida casera y tranquila de las afueras de Nueva York, en compañía de la fiel Doris. Delgada y frágil, Gabriela Mistral vive alejada de las presiones y de la fama, y sufre ya el cáncer que le costaría la vida dos años después. Aún así, se muestra contenta, tranquila y en paz. Una paz que no se aprecia en los primeros retratos y que culmina con la última foto, fechada en 1956, donde aparece sentada en un sillón, mucho más flaca de lo que se la conoce y con una amplia sonrisa.
Es cierto que Mistral escribe desde la lejanía, el rigor bíblico y el ascetismo, pero también desde la maternidad, la nostalgia y el cariño. Estas fotografías invitan a leer la obra mistraliana de nuevo. Reducida a la poeta de las rondas o a la viuda de los Sonetos de la muerte, Gabriela Mistral es apenas conocida en Chile.
Ha sido poco y mal leída. Ni los grandes de la poesía chilena -Huidobro, Neruda, De Rokha- la leyeron con atención. Para ellos, era una autora pasada de moda.
Y aunque su obra ha sido paulatinamente rescatada -desde la publicación de sus cartas de amor a Manuel Magallanes Moure, en 1978, pasando por los estudios de género hasta hoy-, su vida aún es un misterio por descifrar.
Pese a sus años fuera de Chile y su vida cosmopolita, la Mistral no perdió su sencillez de mujer elquina. Las fotos son un testimonio de ello; con más o menos canas, en todas asoma de algún modo la misma poeta que se fue del país cuando pocos creían en ella y que recibió el Premio Nacional seis años después de ganar el Nobel.
El álbum es, en el fondo, un montaje con una propuesta y con una óptica: la de "hacer ver" a la escritora, la mdre, la amiga, la hija, a lo largo de su vida. Diferentes dimensiones de una personalidad compleja y con más matices de lo que pensábamos.
* * *
Álbum personal de Gabriela Mistral por Biblioteca Nacional de Chile (Video)
Gabriela Mistral.
Álbum Personal. Pehuén. (Archivo pdf)
