qué quieres que
te diga
Gonzalo
me desperté a tu muerte
36 horas tarde
y
esperé absurdamente que el mundo
se detuviera unos segundos
revisé
la prensa esperando
los titulares
las retrospectivas
las palabras dolosas
y dolientes
pero no había nada o casi nada
me desperté
36 horas tarde y no llegué
ni a la misa donde tocaron los hijos de tu
mujer
ni al imaginario recorrido de tu cuerpo hacia la tumba que no fue
porque
fue sólo cenizas
sólo me pude echar en la cama
calentar
estos ñoquis con bolognesa
y pensar en el vacío de enviar ahora
un
mail a tu correo
a sabiendas de que nadie
tiene la clave de acceso.