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ADIOS
GONZALO MILLAN
Por
Aristóteles España
Dejó de
existir en Santiago, este sábado 14 de octubre, el poeta Gonzalo Millán,
uno de los más importantes poetas chilenos del siglo XX. Nació en
nuestra capital en 1947 y a los 21 años publicó "Relación
Personal", su primer libro, con el que ingresó a la literatura
chilena por la puerta ancha. Era considerado el más joven de los poetas
de la Generación del 60. Alfonso Calderón, en su "Antología
de Poesía Chilena Contemporánea" (Santiago, 1971) y Jaime Quezada
en "Poesía Joven de Chile" (México, 1972) lo incluyeron
señalando ambos este dato cronológico. Más
tarde, a comienzos de los años 90 encabezaba la antología "Poesía
Chilena: La Generación NN (1973 - 1990)", como el más "viejo"
de los vates de los años 80. Este dato factual lo hacía sonreír,
por que era, sin duda, el puente entre ambas generaciones. Su poesía, vernácula,
llena de sonidos que provenían desde el fondo de la tierra, privilegiaba
la imagen como fuente de inspiración para acceder al conocimiento y al
misterio de la existencia, temas que Gonzalo Millán manejaba con destreza.
Se consideraba un poeta verbal y visual, simultáneamente. Como
poeta verbal tendía a indagar y conceptuar la imagen y como poeta visual
o semiótico, trabajaba con otros códigos además de la lengua,
con signos no verbales, el libro como soporte, la página como unidad que
reemplaza al verso, con los signos gráficos impronunciables de la escritura,
puntuación, comillas, cursivas, etc. Gonzalo Millán sostenía
una teoría viral de la poesía que sostiene que es imprescindible
la mutación permanente de contenidos y formas. Leamos a Gonzalo: "La
retórica ya establecida comúnmente posee carácter entrópico.
El reconocimiento público, el éxito de critica y lectores disimulan
la "cooptación", la anulación de los elementos críticos
y subversivos. Tengo un enorme recelo por la palabra. La brevedad, la concisión,
la claridad, la condensación, permiten al texto defenderse del carácter
parasitario y tergiversador del lenguaje. Las formas breves son antidiscursivas
y buscan complicidad con el silencio sin retroceder al simbolismo".
Admirador
de Shakespeare, Whitman, Blake, Manley Hopkins, Donne, William Carlos Williams,
Gertrude Stein, tenía una especial predilección por el Objetivista
Reznikoff. Sus funerales de este domingo fueron llenos de congoja y silencio.
Cientos de poetas se dieron cita a la Iglesia Nuestra Sra. de la Merced en El
Salto, comuna de Recoleta, Santiago. Allí, sus hijos cantaron versos de
Serrat, el "Ave María", canciones de amor y gloria. Ana María
Zaldívar, su esposa escritora, recibió el pésame y el llanto
de parte de sus seres queridos y amigos escritores que llegaron de Valparaíso,
Concepción y de todas partes.
El Presidente de la Sociedad de Escritores
de Chile, Reynaldo Lacámara, lo despidió a nombre de la histórica
institución literaria. Su amiga poeta Teresa Calderón leyó
una carta personal de despedida al autor de "La Ciudad" e invitó
a cuatro Generaciones de Poetas Chilenos allí presentes, a leer un texto
de Gonzalo. Participaron, entre otros, Waldo Rojas, quien venía llegando
desde París, Manuel Silva Acevedo, Miguel Vicuña, Jaime Quezada,
Naín Nómez, Hernán Miranda, Floridor Pérez, Juan Cámeron,
Raúl Zurita, Eduardo Llanos, Jorge Montealegre, Carlos Decap, Tomás
Harris, Cecilia Palma, Alejandra Basualto, Pancho Pérez, Grillo Mujica.
Cantó Mauricio Redolés. Los poetas jóvenes de los años
2000 también leyeron textos de homenaje y despedida. Cuando los restos
fueron ingresados al crematorio la multitud empezó a aplaudir y decirle
adiós a uno de los grandes maestros de la poesía chilena. Por cierto,
ninguna autoridad del país, ni del mundo de la cultura, concurrió
al evento. Una vez más, el Pago de Chile se hacía presente.
Obras:
"Relación personal" (1968); "La ciudad" (1979); "Dragón
que se muerde la cola" (1987); "Seudónimos de la muerte"
(1987); "Vida" (1987); "5 poemas eróticos", (1990);
"Strange houses" (1991); "Trece lunas" (1997); "Claroscuro"
(2002). El año 1987 obtiene el Premio "Pablo Neruda".