Doris Dana,
la albacea de la Mistral, rompe el silencio
"Me da
escalofrío lo que dicen de Gabriela"
Por Cherie Zalaquett
Aquea
en Revista
El Sábado, de El Mercurio, 22 de noviembre de 2002
Con lucidez y energía,
desde Naples, Florida, la amiga más cercana de nuestra premio
Nobel, sostiene que el gobierno chileno no ha querido cumplir la
voluntad testamentaria de la Mistral: beneficiar con los derechos
de su obra a los niños de Montegrande. También habla
de su supuesto lesbianismo, su condición de madre soltera,
el misterio de la muerte de Yin Yin y el destino de 21 cajas con
manuscritos de la poeta que ella todavía conserva.
A sus 82 años tiene todavía la fuerza de
un roble para derribar mitos. El primero: la imagen de inútil
en tareas domésticas que cultivan intencionalmente muchas mujeres
que posan de intelectuales. En el mercado de Naples, pocos saben de
las sesudas obras de la escritora Doris Dana; más bien la conocen
por la amable sonrisa con que hace las compras para cocinar ella misma
su almuerzo. Otro mito que no vacila en destruir es uno
bastante difundido en las clases de castellano de nuestros colegios:
"Nunca fui la secretaria de Gabriela como dicen en Chile. Hablo
español, pero no lo escribo y mientras vivió conmigo,
ella siempre tuvo otras personas que redactaban sus cartas y documentos".
Su español hoy no es tan fluido como el que hablaba
en los 11 años que duró su relación con la poetisa;
aun así, se levanta cada día a las cuatro de la madrugada
para aprovechar el silencio y trabajar en su libro sobre el pensamiento
de Gabriela Mistral acerca del indio latinoamericano; tarea que comparte
con cuidar a su prima de 94 años, Margit Varga, quien veló
por la madre de Doris mientras vivía.
Con el mismo desvelo, pese a que proviene de una acaudalada
familia de Nueva York, se hizo cargo de querer y asistir hasta el
final de sus días a la adolorida Gabriela que conoció
en 1946, trágicamente golpeada por la soledad y la misteriosa
muerte de su hijo Yin Yin. Sólo Doris Dana, su albacea, tiene
en su poder las claves de muchos secretos de la maestra de Elqui.
Los atesora en 21 cajas de manuscritos, cartas y otros documentos
debidamente clasificados cuyo destino final aún no ha decidido.
Aquí revela parte de esos secretos.
Doris Dana nació en Nueva York, en 1920, en una
aristocrática familia. Su madre, Alberta Webster, era descendiente
de Noah Webster, el autor del famoso diccionario, y del estadista
Daniel Webster. La familia de su papá, William Sheperd Dana,
era de importantes empresarios periodísticos. Su bisabuelo
fundó The Commercial Chronicle, el diario financiero
que abrió por primera vez Wall Street al público. Otro
antepasado suyo, Charles Henry Dana, fue propietario de The New
York Sun y financiaba la causa de José Martí para
la liberación de Cuba.
Doris es la del medio de las tres hijas del matrimonio.
La menor fue la famosa actriz Leora Dana, ganadora del premio de espectáculos
Tony Awards. Y la mayor, Ethel, una destacada médico de California,
madre de siete niños. Ambas murieron.
Las hermanas Dana pasaban el verano en Canadá y
el invierno en Nueva York, donde recibieron una refinada educación.
Doris estudió en el colegio privado neoyorquino Lennox School.
Tres años en el Bryn Mawr College en Pensilvania y posteriormente
obtuvo su grado de bachelor arts en el Barnard College de la
Universidad de Columbia. Ejerció un tiempo como profesora en
la Universidad de Nueva York. Y fue la primera mujer seleccionada
por la oficina de los aliados de la Segunda Guerra Mundial para escribir
en el programa de reeducación de la Alemania de posguerra.
Poemas suyos y otros cuentos cortos han sido publicados
en antologías, periódicos y revistas universitarias
norteamericanas. También escribió varios dramas representados
en Broadway y en el General Electric Theatre. Algunos fueron transmitidos
en programas de televisión. El gran cantante de ópera
Ezio Pinza participó en el show televisivo -basado en sus obra-
La mitad de la tierra prometida. Ha publicado tres libros y
todos han sido premiados. La obra infantil bilingüe El elefante
y su secreto; Poemas selectos de Gabriela Mistral, que
ganó el premio Pen Club International Citation concedido a
la mejor traducción de 1971. El Pen Club invitó a Pablo
Neruda a entregarle el galardón.
En 1957 después de la muerte de Gabriela, pasó
dos años compilando y editando el Poema de Chile. "Desgraciadamente
Chile no lo ha valorizado. Me costó mucho trabajo hacerlo,
porque ella sólo se sentía segura de cuál poema
debía comenzar y cuál debía terminar. Y el resto,
cientos de páginas, simplemente los había dejado en
orden alfabético. Este libro acerca de su tierra natal es la
historia de un viaje espiritual, después de su muerte, desde
el norte al sur, acompañada por un huemul y un pequeño
niño indígena. Tuve que investigar Chile muy bien para
saber con precisión de qué área geográfica
era cada pájaro, cada animal, planta o flor que ella mencionaba
en sus poemas y poder seguir la secuencia del viaje. No solamente
tuve que crear la arquitectura geográfica, sino también
la emocional y estética, balanceando lo más alegre con
lo más sombrío del trágico sentido de su vida.
Invité a Chile a publicarlo, pero la única edición
que vi no hace justicia a Gabriela ni a mí misma".
Actualmente, Doris pasa temporadas en su casa de Bridgehampton
en Nueva York, donde solía visitarla su gran amigo Truman Capote,
entre otros escritores e intelectuales. Y el resto del tiempo vive
en el apacible Naples, la costa más plácida del taquillero
estado de Florida, donde la frecuentan artistas locales.
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Vio por primera vez a Gabriela Mistral mientras la poetisa
dictaba unas conferencias en el Barnard College. Pero sólo
se conocieron cuando Doris publicó La estatura de Thomas
Mann, una selección de ensayos de escritores de diversas
partes del mundo. Un ensayo de la Mistral, "El otro desastre
alemán", figuró en el libro. "Lo traduje con
gran esfuerzo, porque yo era amiga de Thomas Mann, lo quise mucho
y quería mucho la poesía de Gabriela, sin conocerla
toda, sólo la que yo podía leer, porque había
estudiado latín". Ningún escritor recibió
dinero por ese trabajo. Doris pidió a la editorial que le enviara
copias del libro para enviárselo a los autores con una gentil
carta de agradecimiento. Gabriela le respondió, invitándola
a pasar por su casa en Santa Bárbara, cuando Doris iba de vacaciones
a México, en 1946. "Era una persona tan llena de simpatía,
de alegría, de hospitalidad, ¡wonderful!, ¡really
wonderful person! Tan espiritual. Vi gringas que no sabían
quién era y quedaban maravilladas de su persona. She was
somebody exceptional. Nunca conocí en mi vida una persona
que pensara menos en sí misma y más en los otros y en
el mundo. Y que tuviera una visión tan profunda. Era una mujer
de gran visión", dice Doris.
Se fueron juntas a México. "Ella iba con Coni
(Consuelo) Saleva, su secretaria, y yo manejando el auto. Nos instalamos
primero en Jalapa".
Hasta allí las fue a visitar Olaya Errázuriz
de Tomic, comadre de Gabriela (era madrina de su hijo Gabriel), hoy
presidenta de la Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral. "Nos
convidó a mi mamá y mí a pasar unos días
en una casa muy antigua que le había prestado el terrateniente
Rafael Murillo. Conocí a Doris en Jalapa, era muy elegante,
siendo muy sencilla y tan eficiente", recuerda Olaya.
Doris y Gabriela se quedaron en Veracruz, México,
hasta 1948. Luego partieron a Italia: "Gabriela quiso mucho a
Italia. Arrendamos juntas una casita en Rapallo". En 1953, regresaron
a Estados Unidos. La Nobel vivió en la casa de Doris en Long
Island hasta su muerte en 1957.
En el archivo del poeta Jaime Quezada hay varias cartas
de Gabriela donde menciona a Doris Dana: "Vive en mi casa esta
profesora americana y me cuida como una hija. Así es como una
yanqui vive por tiempos con esta comunista, fabricada ahora por el
señor González Videla, su jefe, señor",
le escribió al escritor chileno Eduardo Barrios en 1952.
A la escritora ecuatoriana Adelaida Velasco, le cuenta:
"Yo la llamo la nieta del diccionario... La casa de Doris está
a menos de una hora de Nueva York... Le he dado a Doris la orden pesada,
desagradable y abusiva de que me 'cuele' a los que lleguen".
En 1953 le escribe a Radomiro Tomic: "Doris carga
con mi vida y mis pocos asuntos o problemas con la mayor buena voluntad
y paciencia... Y sabe que no he pedido a nadie el dejar N.Y, y su
casa, por añadidura".
Hoy remarca Doris: "Yo ayudaba en todo lo que podía
como escritora. No como secretaria, no conocía la lengua. Ella
era cónsul en donde andaba y siempre tuvo que buscar una secretaria
que pudiera hacer los documentos oficiales".
-¿Quién era la secretaria cuando ella
vivía con usted?
"En México, Consuelo Saleva. En Italia, Fabricini, una
muchacha napolitana. En Nueva York, había personas que venían
a la casa a escribir cosas, pero no en forma permanente, sino part
time".
-¿Usted le compraba la ropa?
"Sí. Pero muy poco. Tuvo tan pocas cosas. Una vez le compré
un abrigo gris que tenía lana de vicuña adentro. Lo
llevó a Chile cuando fuimos en 1954. No hay que olvidar que
era pobre. Era cónsul en todos los países que ella andaba
y recibía un salario de 100 dólares por mes. Ganaba
lo que necesitaba para vivir del periódico El Tiempo,
de Colombia. Eduardo Santos era jefe y le daba un fondo. Ella mandaba
muchos ensayos, porque no le gustaba recibir plata sin trabajar".
Cuenta que la única casa que tuvo en Santa Bárbara
la compró con el dinero del Premio Nobel y después la
vendió. "En ese tiempo el dinero no era mucho. No recuerdo,
pero creo que eran 100 mil dólares".
-¿Le pagó alguna vez a usted por su trabajo?
"Nada. Mi familia tiene bastante plata. Nunca hubiera recibido
un centavo de ella".
-¿Por qué usted nunca se casó?
"Era demasiado libre. Casarse era solamente volver a la cocina
y nada más. No tuve ganas de casarme".
No vendrá a Chile
Aunque muchos en Chile piensan que Doris Dana tuvo que
soportar el agrio carácter de la Mistral, la escritora norteamericana
no recuerda que se haya enojado con ella alguna vez. "Tenía
muy buen carácter. Creo que la gente, sobre todo chilenos,
podrían entender que era una persona tan sin egoísmo,
tan sin pensar en sí misma. Ella siempre pensaba en los niños
pobres, les compraba zapatos y por eso muchos lo interpretaban como
que era comunista. Quizás se podría haber enojado si
yo hubiera tenido que ir a Nueva York o a otra parte muy lejos. En
Estados Unidos nunca la dejé sola; a veces, ella tenía
miedo, porque no hablaba la lengua".
-Luisa Duran de Lagos la fue a visitar a usted en mayo
pasado...
"Luisa, oh muy simpática, muy inteligente; me gustó
mucho ella".
-Le entregó una carta del presidente Lagos con
una invitación para venir a Chile. ¿Cuándo piensa
venir...?
"Voy a ir con gran gusto, con gran alegría y con gran
gratitud a ver al Presidente. Pero cómo yo le escribí
a él, no podría viajar bajo auspicio oficial del gobierno
hasta que Chile, como nación, reconozca el testamento de Gabriela.
El Presidente ha sido muy amable, es muy admirador de Gabriela. El
Presidente y la ministra de Educación están haciendo
cosas para cambiar la ley y que vuelva a cumplirse la voluntad de
Gabriela. Ella dejó un testamento donde dice que todo el dinero
de los derechos de autor, cualquier centavo que se ganara por esos
derechos en América del Sur, sería para los niños
de Montegrande. En lugar de esto. Chile cambió la ley. Los
únicos que se beneficiaron con esto son las editoriales y los
llamados intelectuales y escritores que no han pagado derechos. Yo
soy la albacea y ella dejó muy claro que yo era la persona
indicada para firmar los contratos. Sé que los chilenos se
quejaban, diciendo que yo no firmaba los contratos. Pero yo no firmo
contratos en los cuales no se paga nada a los niños".
-¿Recibe derechos de autor de libros que se
publican en Estados Unidos y Europa?
"Sí, pero no se están publicando ediciones en Estados
Unidos. Solamente el libro que yo hice. En Europa, tampoco. En el
pasado, España publicó y pagó, pero hace muchos
años. En este momento está hablando con mi agente la
Writers House para hacer algo en Italia".
-¿Usted tiene todavía documentos, manuscritos
y cartas de Gabriela?
"Sí. Cartas de todos los países del mundo. De gente,
en general famosa, a veces no tan famosa, escritores americanos, diplomáticos.
Tengo 21 cajas, todo está en orden, todo clasificado".
-¿Qué piensa hacer con esas cosas?
"Todavía no sé. Voy a ver si sería posible
hacer una fundación o algo en Chile, porque ahora no hay nada.
Hay muchas fundaciones, pero nunca me han escrito, nunca están
en contacto ni me han informado que el gobierno de Pinochet quitó
los derechos de autor a Gabriela".
-Está la Fundación Premio Nobel Gabriela
Mistral...
"Ya, pero no hay ningún lugar que cuide manuscritos, que
tenga una biblioteca que conserve todo eso para que no se dañe.
Estoy hablando de donde sepan y tengan técnicos -que solamente
tienen las grandes universidades- para cuidar manuscritos. Me gustaría
mucho encontrar un lugar en Chile, si es posible, si no, en otro país
para que conserve toda la correspondencia de Gabriela".
Gran revuelo causaron en 1999 las declaraciones de Doris
Dana a Informe especial, donde dijo que su sobrino, Juan Miguel
Godoy Mendonza, Yin Yin, era en verdad el hijo biológico de
la poetisa. Muchos hasta hoy opinan que la revelación de Dana
fue tardía y poco creíble. Escritores como Luis Vargas
Saavedra rechazaron esa versión, indicando que Gabriela en
sus últimos años daba señales de mitomanía
y "pudo incluso habérselo ella misma creído, tal
como se creía el reajuste imaginario que constantemente efectuaba
de su vida. Por ejemplo a Alfonso Reyes le dijo que el Premio Nobel
se lo dieron antes de irse a Brasil".
Doris todavía duda si hizo bien o no en contarlo.
"Lo pensé mucho. Pero cuando yo muera, ¿quién
iba a decir la verdad? Las amigas más cercanas de Gabriela
en esta vida éramos Palma Guillen y yo. Gabriela quiso a este
muchacho con tanto amor. Su muerte fue la tragedia más grande
de su vida. Pensé que ella ahora, en este mundo que es muy
diferente al de su juventud, hubiera querido mostrar que este sí
era su hijo. En verdad, yo creo que este hubiera sido su deseo ahora.
En el tiempo de Gabriela hubiera sido un escándalo".
-¿Y quién era el padre?
"No tiene nombre. No es una persona conocida. Ni ella recordaba
su nombre. Fue un italiano. No era un amigo de ella ni nada. Era una
cosa que pasó
en un momento de pasión y resultó un niño. Pero
ella después nunca vio a este hombre. Estas cosas sucedieron
mucho antes de que yo la conociera. Palma Guillen la acompañó
a dar a luz en Francia. Ella lo llevó a Italia hasta que llegó
Mussolini, el fascismo y para evitar que él viviera la guerra,
ella se fue a Brasil donde murió".
-En Chile, todavía no creen que sea su hijo...
"Los chilenos siempre han creído lo que ellos quieren
creer. No les interesa lo que dice la gente que conoció más
que ellos a Gabriela. Ellos hacen su mito. Y si no me quieren escuchar
a mi, ¿a quién van a escuchar?".
-¿Hay alguna prueba de que este niño
haya sido su hijo?
"Muchas cosas lo indican. Pero una de las cosas que mejor lo
dice es mirar la cara de este niño que es igual a la cara de
Gabriela. Casi no necesitaba un padre. Era una réplica de ella".
-En las cartas, manuscritos y documentos que usted
tiene, ¿no hay alguna donde ella diga que era su hijo?
"No, porque ella no quería decirlo. Siempre quiso decir
que era su sobrino. Palma Guillen sabía esto, Emma Cossío
de Villegas, también. Pero no lo dijo por escrito".
Según el premio Nacional de Literatura Alfonso
Calderón, entre los papeles que guarda Doris Dana está
la escueta carta que Yin Yin dejó a su madre antes del suicidio
y que dice: "No he sabido vencer, espero que en otro mundo exista
más felicidad". Para Calderón este documento demuestra
que el joven, muerto en 1943 a los 18 años, no fue asesinado
por xenofobia como creía la Mistral.
"Por todo lo que me ha dicho Gabriela y otros amigos,
yo estoy totalmente convencida de que lo mataron. No sé si
él tomó el veneno (arsénico). Pero estoy absolutamente
convencida de que fue forzado a hacerlo por cosas que pasaron después
en Brasil. Había una banda de muchachos árabes que le
tenían una envidia espantosa. Un amigo de él, un joven
que era muy bueno, le decía a Gabriela después 'es que
era un blanco demás'. A pesar de que él mismo le regalaba
cosas a estos niños, ellos le tenían envidia",
asegura Doris.
Experiencias homosexuales
-¿Sabía que en México están
filmando una película, titulada "La pasajera", que
muestra a Gabriela como lesbiana?
"No. He recibido varios manuscritos. Tengo uno de un joven que
vino a visitarme y me mandó después un guión
para cine o televisión en el cual Gabriela está desnudándose
para ir a la cama con este muchacho. Lo de gay no lo he visto en cine.
Me da escalofrío que la gente de Chile, un pueblo que tuvo
a una persona comparable a Sócrates, a Platón, una cabeza,
un alma tan magnífica, tan espiritual de una estatura maravillosa,
sólo hable de si fue gay, anduvo con este o este otro hombre
o si aparece desnuda en una película sobre su vida. Esa gente
no está mirando lo que realmente era Gabriela. A mí
no me hacen reír. Son tan tontos. Han perdido todo el legado
de una gran figura".
-Algunos biógrafos de Gabriela, como Volodia
Teitelboim, indican que ella habría sido víctima de
abuso sexual en su infancia. ¿Se lo contó a usted?
"Nunca he oído algo así de ella. La única
cosa que sí hablaba era del abuso de su papá hacia su
mamá. El venía a la casa y le pegaba a la mamá.
Esto le daba un horror porque adoraba a su mamá, que era muy
valiente. No era un borracho todo el tiempo, pero a veces bebía
y seguramente esto aumentaba la violencia. Nunca dijo que hubiera
habido violencia contra ella, sino con su mamá".
-¿Tampoco habló de que otras personas la hubieran
abusado?
"No. Al contrario, hablaba que la gente la trataba de ayudar
para que aprendiera a leer. Su media hermana Emelina la cuidaba. No
creo que hubiera personas que se hubieran atrevido a hacerle algo
así. Nunca habló ni se portó como si le hubiera
pasado. A veces, cuando esto pasa, la gente tiene un poco de miedo
a los hombres y a Gabriela le gustaban los hombres. Casi todas sus
amistades eran hombres intelectuales. Hice una investigación
de todas las personas más cercanas que fueron sus amistades.
La lista es muy interesante: 17 hombres y 4 mujeres: Palma Guillen,
Erna Cossío de Villegas, Victoria Ocampo y yo. La gente dice
lo que quiere y no han hecho investigaciones ni estudios, ni han hablado
con amistades de Gabriela".
-¿Usted piensa que es mentira lo de su homosexualidad?
"Sí. Si ella tuvo, tal vez en su juventud, experiencias
homosexuales, puede ser, yo no sé. No puedo decirlo. Sí
puedo afirmar que nunca le conocí esas conductas de adulta.
En mi vida con ella, ella no tuvo vida sexual. Lo de Yin Yin fue algo
de su juventud pasional viviendo en Europa, donde pasó la mayoría
de su vida. Usted sabe del famoso Romelio Ureta. Y Gabriela misma
siempre me contó que la persona con quien ella de más
adulto hubiera querido casarse era Jorge Hubner, pero decía
que cada vez que se juntaban, peleaban; entonces, mejor no casarse".
-Los que sostienen esa supuesta homosexualidad afirman
que tenía relaciones con sus secretarias...
"La única secretaria que conocí en Italia, se casó
allá y tengo fotos de Gabriela en el matrimonio. No puedo hablar
de Coni Saleva, porque ella volvió a Puerto Rico y murió.
Pero las secretarias que tuvo en Europa, en Italia y en Estados Unidos,
ninguna era homosexual".
-El filme mexicano incluye supuestas relaciones homosexuales
con usted...
"Eso es mentira. Yo tampoco soy homosexual. Ella me quiso mucho
y yo también a ella. Yo hubiera hecho cualquier cosa por ayudarla,
pero era como mamá mía. Siempre decía que si
me hubiera conocido cuando Yin Yin estaba vivo, y yo hubiera visto
que él estaba pasándolo mal, le hubiera ayudado para
salir de Brasil. Ella creía que yo habría ayudado para
salvar a Yin Yin. Ella me miraba en el mismo nivel que a Yin Yin,
como hermana de Yin Yin".
-¿Cómo definiría su relación
con Gabriela?
"Siempre dijo que si hubiera podido tener una hija, hubiera sido
yo. Me trató como familia, como hija y amiga".
Foto de Doris
Dana: dig. sobre fotografía de Carlos Fernando Méndez.