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Conversación con Georgina Ramírez
Por Gladys Mendía
Publicado en Revista de Literatura y Arte LP5, 30 de agosto 2022
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Georgina Ramírez, nació en Caracas, Venezuela, en el año 1972. Actualmente reside en Santiago de Chile, es escritora y editora. Ha publicado: Piel de Durazno (plaquete de poesía) Taller Editorial El pez soluble; Lo que calla la noche, Ediciones del movimiento; Daño oculto, Oscar Todtmann editores. Creadora y directora del movimiento cultural La Parada Poética.
—Georgina, eres una poeta venezolana residente en Chile desde hace unos años. ¿Qué ha significado para ti la poesía en tiempos de cambios?
—Para mí la poesía siempre ha estado en tiempos de cambios, desde allí escribo. Sin embargo, este cambio al que te refieres, cambio de país, fue un alimento necesario para darle cierre a este poemario que hoy nos convoca.
—Varios pensadores afirman que la experiencia del dolor estimula la creación, abre nuevos caminos en la escritura. ¿Qué opinas al respecto?
—Basta acercarse un poquito a mis letras para darse cuenta de que esta afirmación me resuena, a mí el dolor me lleva a escribir, me duelen muchas cosas y a veces el papel es un poco de alivio, en este libro hay, en algún poema un epígrafe de Chantal Maillard que describe mejor lo que pienso al respecto: escribir el dolor / para proyectarlo / para actuar sobre él con la palabra.
—Al momento de la escritura, ¿qué es lo esencial para ti?
—Para mí lo verdaderamente esencial es tener algo que decir, no escribo por encargo, no escribo por meta, no escribo por disciplina; escribo porque algo se me atraganta y debo soltarlo, creo que por eso se me vuelve fundamental además escribir en un lenguaje simple, con imágenes que realmente puedan abrirse a cualquiera que llegue a abrir mis ventanas. No tengo mayores rituales para escribir, aunque confieso que escribo en papel y con lápiz, del resto todo puede ser accesorio y prescindible.
—¿Cuáles son tus referentes poéticos?
—Esta siempre es la pregunta más difícil de responder, son demasiados, leo mucho, sobre todo poesía, por lo que hay muchos referentes para mí, intentaré priorizar tomando en cuenta los últimos tiempos:
Leer en la cuerda floja, en el abismo de Alejandra Pizarnik; con la irreverencia y osadía de Cristina Peri Rossi; la profundidad de Chantal Maillard que siempre me deja sin aliento; la pureza y elocuencia de Rafael Cadenas, que siempre será para mi esa flor sorprendente; ir a esos lugares donde solo puedo llegar con Eugenio Montejo, de quien aprendí a viajar sin moverme de lugar; la sensibilidad de Federico García Lorca que me duele siempre; me fundamenta la complicidad siempre de Edda Armas y el paisaje en el que me convierto con Carmen Verde Arocha.
Dejo a much@s por fuera, pero hoy te dejo estos nombres.
—Tienes alguna obsesión poética?, ¿algún tema recurrente en tu poética?
—Absolutamente, pero esos temas recurrentes los encuentro casi siempre una vez terminado el proyecto en el que trabajo, cuando miro el libro “listo” me doy cuenta de ello y entonces, matizo o exalto, según apetencias personales. En este último poemario (que siempre fue el primero) hay varios temas recurrentes: La ciudad y la mujer en el primer capítulo; el hambre y el dolor en el segundo y en el tercer capítulo la nostalgia, el desarraigo.
—Ya está pronto a presentarse Postales de Georgia, tu nuevo libro, de la mano de LP5 Editora. En esta conversa nos has dado algunas señas sobre este volumen, pero, cuéntanos más acerca de este libro, ¿cómo surgió?
—Antes hice mención a este último libro que en realidad fue el primero, Postales de Georgia se comenzó a escribir hace 15 años aproximadamente, en un viaje a Europa, de allí surgieron muchos de los poemas del primer capítulo y el título, pero no quería que fuera una bitácora de viaje, así que, comencé a jugar con viajes imaginarios, ligados a algunos temas vitales para mí, como sería el caso del poema Una mujer llamada Alejandría o tomando hechos históricos o coyunturales y fantasear con ellos como sería el caso de Islandia, pero, como es parte de mi impronta, no podía ni quería dejar el tema social por fuera, entonces replantee el concepto general del libro y comencé un capítulo con otros viajes, al centro del dolor del país, del mundo y eso se refleja en el segundo capítulo, sin embargo, sentía que algo faltaba y así pasaron casi 10 años en los que iba y venía de estas Postales, nacieron entre medio 3 libros y este seguía inconcluso, no me imaginaba que iba a salir de mi tierra y a escribir el tercer capítulo a 4900 kilómetros de mi amado y golpeado país.
—El libro tiene una carga de sensibilidad muy potente. ¿La poesía te ayuda a equilibrar las emociones?
—No sé si me ayuda a equilibrarlas, pero si me ayuda a que no se me queden dentro, sobre todo el dolor y la rabia que me producen las injusticias, las digo, las grito, las escribo, no duelen menos, pero le hace menos daño a mi cuerpo físico.
—¿Cuáles son tus inquietudes, tus anhelos dentro de la poesía?
—Mis inquietudes siempre han ido alineadas con entender cómo va cambiando con el pasar del tiempo el aproximarse a la poesía de las nuevas generaciones; comprender como los avances tecnológicos pueden estar a favor de la poesía (y saber usarlos) y mi mayor inquietud por sobre todas las cosas, es caminar hacia adelante en este mundo poético sin soltar la mano nunca, de quienes han sido referentes universales.
Mis anhelos dentro de la poesía van más alineados con la edición, siempre he tenido la necesidad de ser casa, cuerpo y voz para la poesía, sobre todo para aquell@s que deben abrirse las puertas sol@s. En ese sentido ir impulsando cada vez con más fuerza mi proyecto editorial y poder decir con propiedad entren que caben 100 y más.
—¿Qué proyectos poéticos tienes a futuro?
—En cuanto a mi poesía tengo un par de libros gestándose, (capaz se lleven 15 años cada uno ) Quisiera también reeditar Daño Oculto, ya que en Chile solo pude colocar unos pocos, y soñando un poco, que el papel todo lo aguanta, me gustaría que esa segunda edición fuera bilingüe español-portugués (mi lengua paterna).
Ahora, en el campo editorial sí hay varios proyectos más tangibles, varias publicaciones de poetas jóvenes y otros no tan jóvenes pero que no han tenido la posibilidad de publicar, así mismo una antología de poesía femenina que voy a editar y que es un proyecto de un grupo de mujeres chilenas que promueven la poesía escrita por mujeres, entre otras varias cositas y planes que tengo con la librería.
—Querida Georgina, gracias por esta luminosa conversación en torno a la creación poética, la vida y sus cambios.
—Gracias Gladys y a la bonita coincidencia de encontrarnos en estas tierras, a LP5 por convertirse en una linda casa que no esperaba, gracias a Chile por juntarnos y permitirnos hacer de la poesía este pan nuestro que sostiene.
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Georgina Ramírez, nació en Caracas, Venezuela, en el año 1972. Actualmente reside en Santiago de Chile, es escritora y editora. Ha publicado: Piel de Durazno (plaquete de poesía) Taller Editorial El pez soluble; Lo que calla la noche, Ediciones del movimiento; Daño oculto, Oscar Todtmann editores. Creadora y directora del movimiento cultural La Parada Poética.
Selección por Gladys Mendía del poemario Postales de Georgia
(LP5 Editora, 2022)
EL RECUERDO INCLINADO DE PISSA
Espera paciente
al amante
sus ruedos
ajados por el tiempo
guardan el secreto de Galileo
Cuerpo dúctil
que abraza sin premura
transpira los años franqueados
Amada has sido entre todas
más que ninguna
vestigios en los rostros atónitos
que te ansían a su diestra
perpetuando el encuentro
sobre la mano
urge la reverencia a tus pies
sorber las letras que caen de tus ojos
tornar la vista siempre a tu recuerdo
y erguirte en un poema.
TENERIFE
El canario quiso ser ave
debe conformarse
con ser isla.
La ciudad está en mí como un poema
que no he logrado detener en palabras
Jorge Luis Borges
BULNES
Recorro la ciudad como tu cuerpo
comienzo por los olores
me detengo en el ruido que hacen mis pasos
De momento se me antoja
andar a tientas por su espalda
y hacer camino
Puedo conocer todos sus rincones
y hacerme temblor
en cada una de sus esquinas
lo mismo que sobre ti en la entrega
Hoy arde esta ciudad entre mis manos
y de súbito el deseo.
Escribir el dolor
para proyectarlo
para actuar sobre él
con la palabra
Chantal Maillard
A MODO DE ARTE POÉTICA
No me gusta nombrar
la flor en el poema
me empalaga su aroma
de amor recién hecho
Ustedes quédense con las rosas
poetas
A mí
déjenme la espina
el olor a sangre
la herida.
PIEL DE ASFALTO
He ido disolviéndome
para que esta ciudad no me duela tanto
He dejado de llamar niño a sus parques
sudo en el revés de mis formas
y apresuro el paso
-esta vez llegaré a casa-
me digo
mientras invento
la forma del equilibrio
No me engaño
sé que todas sus noches
tienen algún perro que aguarda
por el mordisco
aun así
camino sobre su lomo cansado
volteo a ratos
vuelvo a llamar pájaro al canto
me pregunto si en su sombra
cabe tanto suelo
y piso
Quizá deba guardarme
para ese infarto
que llegará a las tres de la mañana
mientras la ciudad duerme
con el regazo hinchado
por sostener tanta muerte.
CONFESIÓN
Intento escribir el mundo
para que duela menos
y el poema no se resiste
Pero queda la herida
el país en carne viva
ardiendo.
MIOPÍA
Voltear la mirada
para no ver el hambre
sin sospechar
que la llevas dentro.
MAIQUETÍA
Suelto el país
emprendo vuelo
con las alas adheridas
a la tierra
Es líquida esta despedida
charcos de agua incapaces
de mirarse a los ojos
Somos demasiado líquidos
en este adiós
porque mi país también es agua
y se hunde
se ahoga dentro de sí
la barbilla pegada al pecho
el cuerpo todo hecho ovillo
no hay otra forma de salir
no sé soltar de otra manera
Mientras dios
sentado a la derecha de sí mismo
observa su creación
descreada
y limpia los huesos crucificados
del hijo
o del país
que a fin de cuentas
están hechos a imagen y semejanza.
EXCESO DE EQUIPAJE
Llegas
Pisas un suelo que te desconoce
y aun así
soporta todo el peso
del cadáver que va en tus hombros
los trozos de país
que te acompañan.
Partir
es siempre partirse en dos
Cristina Peri Rossi
UN POEMA LLAMADO PAÍS
No es solo partir
y dejar el hambre en las esquinas
Es escuchar en tu idioma
palabras ajenas
Explicar la miseria que te curte la piel
y te inunda la mirada
Defender la dignidad
de las siete estrellas hechas carne
Sí
partir es partirse
van pedazos de ti
sin ti
recorriendo caminos
que no conducen
Partes con el hambre de todos
en la espalda
y cada bocado duele
por el que nada
lleva a la boca
y buscas algún sabor
que llene tanto vacío
Así se parte
así nos partimos
mientras vamos en trenes
que nunca llegarán a casa.
CARACAS
Se abre la herida
y te recuerdo
dejo que en la memoria
todo se tiña de tu verde
No quiero vaciarme de ti
aunque solo sea el dolor
quien te nombre.
SANTIAGO
La piel
intenta restaurarse
en esta parte final del mundo
Hago puntadas
para coser
la nueva tierra
a un costado
algunos pedazos se unen
pero sangro
Todavía sangro
cuando te nombro.