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Sebastián Astorga y Gabriel Zanetti: Prohibiciones y Títulos
Lecturas Ediciones. Santiago de Chile, 2015.
Por Miguel Carreira
http://www.elimparcial.es/
20 de diciembre de 2015
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La literatura tiene muchos nombres y muchas definiciones. No es imposible, por ejemplo, decir que la literatura sea un conjunto de prohibiciones y títulos. Es muy posible que la bibliofilia, que es la peor, pero también la más moderna, la más superficial, la más social y la más dispar forma de amar la literatura, sea sobre todo un conjunto de prohibiciones y títulos. Todo amante de la literatura es un índice de filias apasionadas y odios rotundos e innegociables. Si una conversación literaria no deriva en algún momento en un museo de los amores literarios, entonces no será una obra completa. Aunque también es verdad que, si dicha conversación no desemboca en algo más sutil, será igualmente inconclusa.
Zanetti y Astorga nos proponen en Prohibiciones y Títulos una panoplia que es algo más que un manual y poco menos que el retrato de una liturgia, concretamente la liturgia de su composición, en la que se adivina la complicidad de los autores, no sólo entre sí, sino con todo un sistema libresco y una perspectiva literaria que a unos pocos lectores no les será ajena. Un juego propuesto en dos partes, las cuales desempeñan el oficio convocado por su epígrafe. La primera de ellas, corresponde a las prohibiciones, que no se justifican, que se amontonan en cuarenta y tres páginas de letra prieta cortada por el filo de una barra inclinada (/) y que son un ritual y un juego.
En realidad el libro no se limita a prohibir. También se permite licencias y algún que otro consejo.
A continuación los títulos, que siguen el mismo esquema, pero se ordenan según el atavío que corresponde a su desempeño, esto es, en columnas titulantes, pero no titubeantes. Si acaso un poco desconcertadas.
Zanetti y Astorga son escritores chilenos, una literatura que, vista desde la distancia, parece un manantial de sorpresas. Es probable que no sea así. Que la literatura chilena, como cualquier otra, tenga sus momentos apacibles. Que igual que tantas avance, sobre todo, a través de meandros serenos en los que el agua se amansa en curvas suaves. Desde la distancia, sin embargo, la literatura chilena es un burbujeo constante. Parra, Lihn, Pablo de Rocka, Rodrigo Lira, Roberto Bolaño… Zanetti y Astorga siguen una senda comprometida con la ruptura de esquemas, con la velocidad, con un aliento que se viste siempre de último aliento aunque, más tarde todavía encuentre fuerzas, quién sabe de dónde, para seguir caminando.
Prohibiciones y Títulos es un libro que vive (resucita) la vanguardia, pero que no muere las muertes más comunes entre los proyectos vanguardistas. No es un libro que se abandone a la extrañeza sin intentar comprenderla. Más bien camina de su mano e intenta establecer con ella una relación, si no de amistad, al menos de confianza. Incluso hay momentos en los que da la impresión de que pretende ponerla a trabajar. Momentos en los que, bajo la broma (evidente), bajo los guiños (algunos secretos), bajo la pirueta, aparecen los restos de la vida, del dolor, de la alegría o de la denuncia. La literatura tiene muchos nombres. Tal vez uno, sea este.
