Proyecto Patrimonio - 2015 | index | Gabriel Zanetti | Autores |
Rafael Gumucio: Milagro en Haití
Literatura Random House. Barcelona, 2015. 240 páginas
Por Gabriel Zanetti
http://www.elimparcial.es/
.. .. .. .. ..
Construir un personaje parece ser la clave compositiva del último libro de Rafael Gumucio, autor con este de once libros, recorrido en el que pasa de la ficción a la no ficción con una naturalidad desconcertante y finalmente esclarecedora (de hecho escribe, con no poca valentía y extravagancia, semanalmente una columna en el tabloide chileno Las Últimas Noticias) en el sentido de que maneja estos dos amplios territorios -siempre difíciles de definir- con una destreza que se traduce en control de los elementos, noción de los alcances y efectos que puede producir la ficción y la no ficción, sus direcciones y posibilidades. De hecho, los lectores del libro anterior Mi abuela, Marta Rivas González (Ediciones Universidad Diego Portales, 2015), al atravesar unas pocas páginas de Milagro en Haití -el primero no ficción, el segundo ficción- inevitablemente relacionará a sus dos protagonistas y generará una lectura más profunda, más fina, de uno de los temas recurrentes de Gumucio: una clase alta fuera de lo común, compleja, por decir algo.
Carmen Prado, protagonista de este libro, una mujer que según la cocinera negra que la cuida “siempre hace lo que quiere”, comienza un delirio, una narración que no filtra demasiado -personalmente me recuerda a Addie de Mientras agonizo de Faulkner- abatida por una operación estética en Haití: “Nada de la rotería (guarrada) del lifting”, de la que pronto nos enteramos algo salió mal. Una mujer que se define ni buena ni mala, sino de piedra, una chilena casada con un danés -diplomático en ese país tremendamente pobre y violento-, que insiste en que los problemas “no se tratan de plata, eso siempre ha dado lo mismo”, pendiente de lo que es elegante, que odia a Estados Unidos y a Cuba. Poco a poco nos damos cuenta de que está ahí para escapar de sí misma, de su pasado, de su familia, y comienza a trenzarse esta novela, según algunos críticos la mejor de Rafael Gumucio.
Hay elementos que dan fe de la afirmación anterior. Cierta insistencia en una especie de narración exiliada, la obstinación en desentramar una vieja clase alta -que dialoga con José Donoso-, sus padecimientos, ventajas, carácter, culpas, las técnicas escriturales que utiliza -los que exigen como yo que se trabaje con el lenguaje levantan el dedo de aprobación- y, algo básico pero no banal: se lee rápido, atrapa, es entretenida y no deja con la insatisfacción de lo entretenido sin más. Esta novela es la representación de un mundo que obsesiona al autor. Esta ficción está construida para comunicar algo que tal vez solo se puede intentar decir a través de la ficción misma. Todo coronado por un desenlace fenomenal.