El Don Creativo II
Sobre la cultura, el arte y la creatividad.
Por Héctor Hernández Montecinos
Hace unos días pude preguntarle a Alejandro Jodorowsky su opinión sobre la educación en Chile y el movimiento estudiantil, a lo cual señaló que la demanda por su gratuidad es “justa”, no obstante resaltó la suspicacia por lo que entendemos por educación de ‘calidad’. Hizo un ejemplo criticando la actual arquitectura y la medicina, y de fondo la educación institucional, señalando que muchos de sus intereses están viciados por el mercado y no han sido pensados por y para seres humanos. En efecto, como decíamos antes, el problema de fondo de la educación actual, por ahora, no es el acceso, sino esa calidad, calidad humana, calidad creativa, calidad integral ¿Qué es calidad y qué es lo queremos de esa calidad?
Tengo varios amigos profesores, tanto de escuelas básicas o medias, y de clase alta y de la más baja. Todos ellos coinciden en que los contenidos, las metodologías y los planteamientos pedagógicos están errados. No dudo de ellos, ni tampoco de su buena voluntad por intentar hacer más ‘humanos’ esos contenidos obligatorios de parte de las instituciones educativas oficiales. Sobre esto mismo, se me viene a la mente una historia que contó no hace mucho el poeta Floridor Pérez, con más de medio siglo enseñando, en una lectura poética y conversatorio sobre la educación. Recordaba él una escuelita rural del sur de Chile donde trabajaba y en la cual los apoderados, obreros del carbón y campesinos, le reclamaron porque a los niños no les daba tareas para la casa. Entonces al día siguiente les dio una: comer pan con miel. Hermoso. Me comentaba luego que esos niños madrugaban para llegar al colegio, con frío y hambre, y luego al regresar a sus casas tenían que ponerse a trabajar junto a sus padres hasta la noche. Lo decía con tristeza. A esto llamo educación de ‘calidad humana’.
Lo que estamos proponiendo y aportando para esta movilización estudiantil es que no olvidemos este aspecto fundamental. No es generosidad invitar a los demás a comer un pan podrido. El único momento de educación integral, o de `calidad humana’ en nuestra educación es el kínder. Conocimientos prácticos para la vida, para la socialización, para autoconocerse y conocer de mejor manera al grupo. Entonces nos hacemos la pregunta de cómo entendemos la educación nosotros, la propia institución y los mismos estudiantes, para eso quiero relacionar, no en profundidad esta vez, tres conceptos que incluso han llegado a pensarse como sinónimos, siendo que cada uno tiene su densidad específica, su organización, sus transversalidades y sus fines: Cultura, arte y creatividad.
Por Cultura entiendo una red de instituciones conectadas en cuanto a un funcionamiento específico que está mediado entre lo político y lo estético, sin llegar a ser parte real de ninguno de ellos dos. Por tal, la Cultura tiene ese carácter jerárquico, de arriba hacia abajo, fluyente en el mejor de los casos y en relación directa con presupuestos financieros o el mercado mismo al cual no le niega la mano. No tiene voluntad de servicio en sí misma, ni agilidad de decisión, ni se interesa por las micropolíticas. Tiene el peso paquidérmico de un monumento pero con el espíritu de una ruina, una ruina perfecta que funciona, que ejerce poder y que cuenta con una autoridad validada por su propia existencia. En términos prácticos es el peso de la institución que carece de rostridad y vela por la correcta marcha de la máquina mayor haciendo de bisagra entre las necesidades culturales sociales y la comunidad artística, siempre en el filo de la propaganda y el lavado de imagen. La Cultura piensa homogéneamente, es la cultura entretenida, es la cultura de masas y a la vez la cultura como un barniz artístico o un agregado insustancial. No ve rostros ni personas, sólo cifras, estadísticas, desempeños profesionales.
El Arte, en este punto de vista, remite a una comunidad, a un campo productivo que reúne en sí mismo tanto lo profesional como lo amateur, la academia y la autoformación, la producción de obras, piezas, productos en una red de relaciones que apelan y se imbrican en los intersticios de ésta. De algún modo, el campo artístico tiene una tensa relación con la Cultura como genealogía e historia que valida el discurso del arte mismo, ya sea como academia, museo, galería, subvención económica, auspicio, prensa especializada etc. Esa ha sido una de sus grandes problemáticas, la incómoda fluidez entre margen y centro, o entre periferia y poder. El medio artístico nacional, ya sea por el contexto inhóspito se ha cerrado en sí mismo y ha hecho más alianzas con la genealogía que con el devenir, esto es, con los aparatos de validación que con los diagramas horizontales de creación. Es una deuda que tenemos con la ciudadanía, con los mismos estudiantes. ¿Por qué recién los artistas nos estamos acercando a las escuelas, a los colegios, a esta nueva juventud? ¿Qué pasó en todos estos años? ¿Dónde estuvimos? ¿Qué hicimos a parte de nuestro arte?
La Creatividad, por su parte, carece de toda institucionalización, es nómade, rizomática, es un movimiento de base. No tiene requisitos previos, no es particular de ningún grupo y es propositiva. Es la energía fundamental de los seres humanos, es lo que nos mantiene vivos y por eso quizá sea la función principal humana, o al menos con la importancia de la respiración, la alimentación, la emocionalidad y la reproducción. En la nota anterior y en esta he querido resaltar este carácter de la Creatividad, pues me parece el concepto clave en este escenario social en el que se exige una educación pública gratuita y de calidad, calidad que empezamos a entender si le agregamos ‘calidad creativa’, lo cual la hace humana, integral, comunitaria.
La Creatividad es la herramienta humana por excelencia, es lo que nos distingue del resto de las especias vivas. No es el lenguaje como nos han enseñado. El lenguaje puede ser creativo, como en la poesía, pero no todo lo creativo es lenguaje ni escritura. De hecho, el mayor conocimiento de la humanidad fue oral, transmitido de generación en generación. La escritura fijó, inmovilizó y serializó esos conocimientos y los convirtió en documentos, que por lo demás siempre estuvieron en manos de escribas, traductores, conventos o en la corte, es decir, ligadas al poder. La Creatividad se sale de eso, tiene que ver más con el único gran logro de los homininos que es la domesticación del fuego, que sí es exclusivo de nuestra especie. Entonces por vez primera asociamos el fuego y la creatividad, unión que ya otros saberes no racionalistas han sabido mantener como por ejemplo en el mito de Prometeo o Loki, o en el mismo tarot donde el fuego está simbolizado por el basto y que el mismo Jodorowsky, citado al comienzo, ha identificado como el ‘yo creativo’.
Entonces, para que la maquinaria total funcione se debe pensar que la Cultura tiene que estimular y promover el Arte, que el Arte tiene que estimular y promover la Creatividad, y que la Creatividad es la base del Arte y la Cultura, pero también de la política, la salud, el derecho, la gastronomía, la aeronáutica, etc, pero sobre todo de la educación. La Creatividad se contagia, es enfermedad y cura a la vez, es un llamado a hacer, manos a la obra. No aspira a grandes obras, ni a la Belleza, ni a ser parte de la historia oficial, sino que al revés, es casi anónima, es comunitaria, son gestos, hechos, sueños colectivos a realizar. La Creatividad conforma Comunidad y la Comunidad subsiste gracias a la Creatividad. Esta es la relación que debe existir entre escuela y educación, es decir, que sean comunidades creativas, participativas, horizontales, democráticas en el mejor sentido.
Desde la Cultura es fácil querer entender a la educación como un bien de consumo, desde el Arte la vemos como un camino de formación al cual podemos aportar indirectamente, pero desde la Creatividad pensamos en la educación casi como un sinónimo. La educación a todo nivel debe ser creativa, debemos formar creadores, sean o no artistas, a personas creativas, con capacidad de crear en sus vidas diarias. Solucionar situaciones, proponer respuestas, ampliar las visiones. Ser productores de sí y no sólo consumidores de otros. Esto ya lo había dicho y lo repito. La educación debe estar basada en reconocer y fomentar el Don Creativo, y no como hace la escuela que promedia hacia abajo y con suerte cuenta con algún taller artístico al cual nadie da importancia. El tesoro de Chile es ese Don Creativo, es nuestro único patrimonio, no hay más, todo el resto es fenecible.
Pensando todo esto es que agregamos un punto a la discusión en la que estamos, el movimiento estudiantil debe pensar y promover también una educación no formal, no institucional, no entendida desde la Cultura como la es la oficial. Debe imaginar y crear una educación libre, autogenerada, comunitaria, que no responda a añejos modelos ni metodologías educativas en aulas repletas de futuros consumidores. Ya existen en Chile unas pocas escuelas libres, con novedosas formas de enseñanza, más humana, más relacionadas con sus entornos, con una vocación de servicio comunitario. La educación institucional debe mejorarse, estamos todos de acuerdo; debe ser gratuita la educación pública, estamos todos de acuerdo, pero también este movimiento debe abrirse a nuevas formas de educación, no profesionales, no burguesas, no clasistas, no siempre urbanas. Comunidad y Creatividad son las palabras claves para una nueva educación. Eso es mucho de lo que hemos visto en los secundarios en estas movilizaciones. Aprendamos de ellos. En las tomas, en las marchas, en los actos culturales han aprendido más de valores humanos que en los ocho años de básica y en los cuatro de media. Tienen mucho que decirnos.
Aún recuerdo lo emocionados que estaban unos estudiantes atrás mío cuando Jodorowsky hablaba sobre la movilización estudiantil. Yo también lo estaba y no sólo porque le había hecho la pregunta. La educación creativa es sanadora. “Una educación de calidad es una educación que une lo racional con lo intuitivo y que procura el bienestar de la raza humana. No sólo hay que luchar por irse a meter allí para que luego salgas convertido en un esclavo de una economía basada en la deuda” (Jodo dixit)
Ver: http://www.youtube.com/watch?v=vqfprsDYOuc