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El escritor chileno Héctor Hernández Montecinos gana el premio Pablo Neruda 2009

DIBUJAR FUERA DE LOS TRAZOS
EL CARÁCTER MARGINAL

Por Manuel Barrios
la diaria. Uruguay, 27 de Noviembre de 2009
http://www.ladiaria.com.uy/

 

El pasado 16 de noviembre, el jurado del Premio Pablo Neruda compuesto por Waldo Rojas, designado por la Fundación Pablo Neruda; Matías Rafide, en representación de la Academia Chilena de la Lengua; Raúl Zurita por la Sociedad de Escritores de Chile y el director de la Fundación Pablo Neruda, Manuel Jofréla resolvió por unanimidad que Héctor Hernández Montecinos, nacido en Santiago en 1979, fuera galardonado con el premio homónimo de la fundación "en razón de su profusa obra poética experimental y vanguardista, su aporte a la poesía y teoría chilena, y a la escritura nacional". Héctor Hernández, que actualmente reside en México, es Licenciado en Literatura y Doctor © en Filosofía. Ha publicado algo así como 18 libros entre 2001 y 2009, entre los que destacan "No!" (2001) , " [coma]" (2006) y "NGC 224” (2009). Algunos de los primeros escritores en recibir el galardón de la Fundación Pablo Neruda fueron Gonzalo Millán, Raúl Zurita, Diego Maquieira y en los últimos años el premio ha recaído en autores chilenos como Germán Carrasco, Malú Urriola, Javier Bello y Rafael Rubio. El escritor, que está próximo a publicar por la editorial chilena Cuarto Propio su nuevo trabajo "Debajo de la lengua ", dialogó con La Diaria.

- En tu obra anterior y también en algunos adelantos de “Debajo de la Lengua” has manifestados tus conflictos con los paradigmas más duros del imaginario identitario chileno. ¿Cómo te cayó este premio en relación a la conflictiva relación que mantienes con Chile?
- Como bien señalas, es una relación conflictiva la que mantengo con mi país, o con la imagen de  país, que tenía al salir de Chile hace ya un año. En cierto momento me di cuenta que ya no había esperanzas, ni sueños, ni ganas de construir algo. El proyecto piloto que fue Chile desde los años setenta recién ahora venía a dar sus frutos, como si se tratase de un virus el fascismo no sólo se instaló en la casa de gobierno mediante un Golpe de Estado sino que mutó a la vida diaria de las personas, de allí que a nadie le da curiosidad hoy ver como se maltratan en los medios de comunicación a las mujeres, los homosexuales, los peruanos, los pobres, los enfermos, los ancianos, los indígenas o ver como las libertades personales se ven coartadas de raíz. El consumismo de los años noventa necesitó un estado policial, de vigilancia para que lo resguardara. Y así un montón de cosas más que también pasaban por el pequeño mundo literario en el cual tener un blog o facebook es casi ser un fanático de la sobreexposición. Todo mal. Con respecto al premio, no mejora en mucho mi punto de vista sobre lo que estaba pasando en Chile, lo que sí hace es que amplía el registro y la circulación de lo que pueda seguir diciendo y en ese contexto es una nueva arma en contra de lo que estoy y he estado hace rato. Un reconocimiento por la poesía no valida o anula tu discurso crítico, pero de algún modo resalta ciertos rasgos que antes pasaban más desapercibidos.

- ¿Sorprendés o temes que con esta premiación tu obra sea observada como una zona del discurso literario de establishment o hegemónico?
- Lo más probable o fácil es que sea agarrada por ahí, pero inmediatamente uno se pregunta qué o cuál es el establishment. ¿Un premio? ¿uno de los dos o tres que existen en Chile y que a nadie más que al ganador le importan? ¿Una fundación cultural? ¿Las universidades? ¿Las únicas dos editoriales “grandes?. No lo sé. Nunca me había ganado un premio, más que un par de cosas en la Universidad. Me parece que buscar culpas en algo que es justo y democrático es una consigna que a mí no me interesa. Si hay gente para la cual tener un premio te hace mejor poeta o peor persona pues allá ellos. El resentimiento es un vicio que abandoné hace varios años.

-Claro, ese laberinto que señalas también puede observarse, además de tu poética en el curso que ha tenido la figura de autor desde tu primer publicación hasta ahora. Opino que has reinventado tu figura de autor con las múltiples reescrituras de tu obra, como Putamadre, Segunda mano o [guión]. Pero también has reescrito parte del Narciso literario chileno con La poesía chilena soy yo.
- Sí, es la imagen de un laberinto, un laberinto de papel, en la cual tanto el autor como el escritor y el lector son una imagen desdoblada y perdida. No sé si sea reinvención, pero sí es clara la conciencia del movimiento, del nomadismo de las identidades que uno pone en juego en esto de la ficción literaria. La figura o el personaje del autor me resulta más bien una variable de estilos que de cierta forma son las materialidades con las que trabajas. Putamadre o Segunda mano son recopilaciones de mis libros anteriores, y su plus es que fueron editadas fuera de Chile, por lo cual su carácter arqueológico se difumina y aparecen como libros nuevos ante ese lector no prevenido. Lo mismo pasa con La poesía chilena soy yo, es una recopilación de textos que reescriben el canon poético chileno, es decir, Neruda, de Rokha, Mistral y Huidobro, pero quien habla es la muerte, de allí la trampa fácil de hacer pensar que es una autoría quien se arroga ser la poesía chilena, pero es la muerte. Ese conjunto entero de textos es a la vez una reescritura de La Poesía Chilena de Juan Luis Martínez, libro-objeto con forma de caja y fichas, banderas y tierra del Valle Central. No hace mucho me confirmaron de La Propia cartonera de Montevideo que reeditarán La poesía chilena soy yo.

- ¿Con respecto a eso, has manifestado que a la poesía le falta política y que a la política le falta poesía. La coyuntura de los gobiernos latinoamericanos parece tener una singularidad perpetua, como ves la sincronía política chilena de cara a su próxima elección?
- Salí de Chile hace un año y desde acá en México he seguido lo más posible la campaña de las elecciones presidenciales que se realizarán en prácticamente menos de un mes. Salí de Chile con la imagen de una pesadilla, con una intuición trágica, un mal sabor en la boca, por múltiples razones o por lo mismo que te comentaba al comienzo. La oferta presidencial de esta elección creo que sin duda es la peor de toda la historia política chilena. No hay proyectos, no hay pasión, no hay voluntades reales por generar cambios. Las opciones son conservadurismo, duro y blando; progresismo utópico o inviable. Regreso a Chile en un par de semanas por el asunto del premio y no sé cuál será el escenario político que habrá, aunque para serte sincero, me espero lo peor. No obstante, y pensando en la dictadura, quizá surja una nueva rebelión, nuevas formas de desacato, un nuevo despertar de este estado sonámbulo del ‘no tan mal pero tampoco tan bien’. Espero y creo que si el panorama es adverso las fuerzas críticas y pensantes (que no son muchas por lo demás) recrearán nuevas armas para que el lenguaje no nos sea arrebatado, ni por la censura, ni por el mercado, ni por la farándula. Creo que los artistas podemos jugar un rol fundamental en estos momentos, no sólo como máquinas estéticas sino como sujetos de discrepancia y micropolítica. Habrá mucho que ganar y mucho que perder, eso es estimulante, una prueba de fuego.

- Por ejemplo las “Interescrirturas” que has puesto en práctica para la conformación de Debajo de la Lengua, o la antología de poesía latinoamericana 4M3R1C4 en la que estás trabajando es una forma de reunir y contactarte, de evidenciar un mapa de nuevas poéticas latinoamericano.
- Claro que sí, desde que entendí que no soy poeta chileno sino que poeta latinoamericano pude generar un espacio de diálogo y tensiones mucho más rico, mucho más amplio, mucho más ficcional como lugar de enunciación. En el contexto de los Bicentenarios se habla bastante de la integración, la cooperación y no qué sé yo, pero creo lo que ha estado siempre en movimiento fructífero y efectivo ha sido el arte y la cultura de Latinoamérica, por tal tanto los proyectos de interescrituras, que son textos realizadas a más de dos manos, y 4M3R1C4: Novísima poesía latinoamericana, o la misma Caravana Poética que estamos gestando para que un grupo de poetas recorra todo el continente el próximo años desde Tijuana hasta la Isla Grande de Chiloé, o sea en 17 países, son pruebas reales de que sí se puede. Te fijas, que son ideas, sueños colectivos que sólo pude procesarlas fuera de Chile, fuera de lo chileno. Un caso bien simple es que si tú le preguntas a un poeta digamos mayor de 40 años sobre poetas latinoamericanos de Paraguay, Colombia o Bolivia, por ejemplo, no van a tener la mínima idea, y eso me parece desastroso. Las soberbias nacionales han provocado este cisma en nuestras literaturas y es en esa fisura donde me interesa trabajar y crear ideas de trabajo real desde las mismas escrituras.

- ¿El artista chileno parece tener una singularidad espiritual muy fuerte. Pienso en Chinoy, en Jodorowsky. ¿Sientes algo de esa fuerza espiritual con tu proyecto de Caravana Poética, en la que piensas recorrer Latinoamérica?
- En Chile en general existe un tema con la espiritualidad muy singular, lo digo en cuanto a su ausencia y a los simulacros o nuevas configuraciones que del tema aparecen en el arte, la música, la tradición. Creo que Chile es un país religiosamente ateo, en el sentido de que no sentimos a un Dios que nos acompañe, no hay esperanzas de nada, no hay fe. Chile perdió la fe, no sé si es porque se pasó de una dictadura militar a una dictadura del mercado de manera aberrante que no hubo paz ni justicia para la ciudadanía. La mayoría de las personas ven un futuro cada vez peor, y ya con eso te dice que no hay Dios, pero sí una espiritualidad nueva, inédita que se da por ejemplo en las relaciones horizontales entre los individuos, en el sentido de comunidad que es muy interesante. Pienso en los emos, los punks, los travestis, los pingüinos, las mujeres mapuches, no sé, veo ese sentido de pertenencia como una forma indócil de espiritualidad que me hace pensar mucho. Como dices, tanto Chinoy como Jodorowsky proyectan esas afinidades de comunidad, de un centro móvil, que es más consecuente que una religión, más simple, más auténtica, más humana.

- ¿Por último, siempre has dicho que la escritura debe vencer al miedo, y tanto en Chile como en Latinoamérica tu escritura ha militado fuertemente en perder el miedo a la no poesía, a las estructuras más canónicas, a la verborragia, a la discreción del género, a la creación de nuevos imaginarios y territorios simbólicos. Que opinas hoy con respecto al miedo?
- El miedo ha sido el mal del siglo XX, de eso se dieron cuenta los poderosos del mundo y quieren nuevas sociedades, nuevos órdenes mundiales basados en el miedo para este siglo XXI. Desde una pandemia mundial hasta la delincuencia, del terrorismos a la la inseguridad política, del miedo al otro al miedo de sí mismo. El miedo es la mejor arma para inhibir la libertad y la creatividad. Entonces cuando los artistas tenemos miedo a soñar, a crear, a romper esquemas nos estamos convirtiendo en cómplices del fascismo. Se hace urgente hoy nuevas hermenéuticas del sujeto, nuevas micropolíticas estéticas, nuevos sueños para este nuevo siglo, nuevos apocalipsis, nuevos génesis, nuevos mitos, nuevos países. Nuestra labor es intentar ver lo extraordinario de hoy, para que el mañana también pueda seguir siéndolo.

 

 

 

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