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33 consejos para los talleristas que nunca conoceré.
Por Héctor Hernández Montecinos
http://acheache.blogspot.com/
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1) Estudia gramática sólo si sientes que con eso podrás entender mejor el silencio. El lenguaje está más allá de eso, pues la gramática disecciona un cadáver que no tiene mucho que ver con la poesía. El lenguaje está más cerca hoy de la física cuántica y las neurociencias que plantean un nuevo mundo y necesitan un nuevo lenguaje para ese nuevo mundo. Definitivamente, la poesía no es un modo peculiar de gramática ya que estas aparecen, hacen alarde, caducan y se olvidan con cada nuevo descubrimiento, no así la poesía que en cada nuevo poema actualiza miles de años de poemas escritos por la humanidad de la humanidad.
2) No tengas miedo de adular a un poeta que te lleve hasta las lágrimas, ya sea vivo o muerto. Adular es el nombre tonto de la admiración y los poetas que no saben admirar en realidad están taponeados de ego. Es saludable admirar, pero más aun, no a autores ni libros, sino gestos, detalles, posibilidades de imaginación. Es decir, más que obras, lo que esas obras llegaron a soñar sin importar si lograron realizarlo o no. La creatividad es el único modo de (r)evolución admirable.
3) Lee la tradición, pero no a los fans de la tradición. Ciertamente hay muchas tradiciones que se ríen de sí mismas y ayudan. El pasado es generoso sólo si tú lo eres. Está bien saber idiomas, pero no es más importante que saber el nombre de los árboles de la calle o las constelaciones de esta noche. Está lleno de pedantes que se quejan de las traducciones sin saber el idioma del cual se ha traducido. Latinoamérica es la tradición poética más importante del mundo actualmente. Comienza y termina por ahí, en el intertanto pasea por el universo.
4) La poesía no tiene nada que ver con las modas que imponen las transnacionales ni la prensa burguesa. La moda es una necesidad que alguien inventó para ti. Te han hecho creer que ciertos autores son de vida o muerte, pero busca a los autores que tienen que ver con la resurrección. Ya lo dijo Echavarren: a la moda se le opone la creación libre y creativa del estilo, que es personal, íntima, novedosa. Los estilos no están de moda sino que están vivos. Conócelos porque alguno de ellos te puede dar aire al escribir, pero no te quedes con ninguno, inténtalos todos, recíclalos, collagealos, monta y desmóntalos.
5) Si oyes a alguien que a la pregunta ¿cuánto vale la poesía? responda “nada” huye de aquel. Poetas de oficina, de bolsillo, de ratos libres está lleno y te darán malos consejos. Confunden el rigor con la incapacidad que tienen de escribir. Se sirven del estreñimiento poético para hacer creer que hay oficio. Si crees que la poesía no vale nada y no estás apasionado con ella pues escribe cuentos, están hechos para ti.
6) Beber y drogarse no ayudan en nada a la poesía. Son su placebo.
7) Pasar la década de tus veinte años bebiendo ya no es gracioso a los 33. No digo que no bebas ni te drogues, pero jamás los mezcles con la tristeza o la depresión: es de mal gusto.
8) Lee El pez de oro de Gamaliel Churata, El loco de Arturo Borda, 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat. Comienza por la vanguardia andina. No te arrepentirás.
9) Es obvio que quieras a todos mostrarle los poemas que estás escribiendo. Son para ellos. Posiblemente te dirán ‘qué bonito’ y nada más. Busca a tus camaradas poéticos, ni siquiera a tus amigos ni amantes. Hazte de un buen lector y cada día serás un mejor escritor.
10) Lee a Julio Inverso, los hermanos Lamborghini y Reinaldo Arenas. Te volarán los sesos y el corazón.
11) Los poetas no son malvados ni repugnantes como el capitalismo te quiero hacer creer. Son personas con cicatrices, con rabia, en leva, huelen la mierda y a veces no tienen más remedio que servírsela, andan en manadas y le gustan los culos. Vagabundos, enfermos, abandonados algunas veces, otras en lindas casas y hasta van a la peluquería. Toda mi vida he compartido con poetas y no son peores que los ingenieros, los veterinarios o los vendedores de seguros, de hecho es al revés.
12) Recuerda la frase que abre Purgatorio de Zurita: “La vida es hermosa, incluso ahora”.
13) No tengas miedo de leer a Deleuze, Barthes, Derrida, Blanchot, pues son poetas que escribieron filosofía. De hecho haz como yo: lee sus libros como si fueran poesía, es decir no busques ninguna verdad, déjate llevar por lo que van diciendo, no hay obligación de entender nada, vuela con ellos. La filosofía que hicieron derrumba siglos de pajas mentales, lo mismo que un poema como Aullido de Ginsberg.
14) Si te sientes ansioso escribe en tres o cuatro cuadernos distintos. Cada uno de ellos en tonos, estilos o voces que no se parezcan en nada. Al amanecer serás otro.
15) Cuida tu mente porque es el arma más peligrosa que tienes para conquistar el mundo, pero primero debes comenzar por tu propio mundo. Lo más probable es que con eso baste.
16) Lee en voz alta tus poemas y frente al espejo. Fuerte y lento, no tan fuerte ni tan lento. No puedes recitar tal como hablas porque el que escribe no eres tú. Ten siempre clara esa distinción. Cuando alguien te escucha debe procesar más información que la de un cuento. Debe vibrar contigo.
17) Las becas y fondos del Estado no son el diablo. Postula a ellos. Es mejor que te den dinero por hacer lo que amas que te den dinero por lo que odias. Ser vendedor, secretario de un partido político, agente de viajes te quita tiempo u ocio creativo. Cuando ganes no te ufanes de que el Estado te reconoce y eres superior pero sobre todo cuando pierdas no le eches la culpa al gobierno de turno. Sé digno, y si odias el poder, no postules a ninguna mierda y sigue escribiendo, de todos modos lo ibas a hacer igual.
18) La ambición, la vanidad, el egoísmo en poesía son formidables. Sólo en poesía, porque en la vida cotidiana son repugnantes. Sé ambicioso si quieres que tu obra sea importante para alguien, sé vanidoso y esfuérzate en que sea la mejor al menos de tu barrio y sé egoísta, es decir, dedícale las 24 horas y los 365 días del año, aunque no vuelvas a escribir.
19) Existen ejercicios de escritura que justamente la desarticulan como fundamento. Hablo de la rescritura, la interescritura y la transescritura. Ya te hablaré de ellas. Tiene que ver más que con la lengua, con los lenguajes. Los traductores fallan en lo más sencillo: no hay lenguas madres, sino lenguajes mutantes. El misterio de esto es que cada vida es un lenguaje y cada lenguaje una epopeya.
20) Las herramientas sociales son herramientas cuando sabes qué quieres hacer o deshacer y son sociales cuando quieres compartir, cooperar, colectivizar lo que vale la pena.
21) Cuando le digas a tu mamá que quieres ser poeta lo primero que pensará es en qué comerás. Llévate un pan con queso, un paquete de fideos, una bolsa de arroz y muéstraselos. El dinero es fácil de conseguir, lo difícil es que no se vaya tan pronto y para eso no necesitas una profesión o un grado académico, sino algo más obvio, sentido común. La mala fama que tienen los artistas pasa porque son los únicos tipos cuya primera necesidad es la vida misma, y no las condiciones que la hagan posible o rentable. Si sientes que tu destino es ser poeta, pues sé poeta aunque no tengas idea qué significa serlo. Da igual, se aprende en el camino.
22) El clisé dice que todo poema es político, pero antes que políticos son humanos y quizá allí radique algo más profundo y revolucionario. La vida humana es un milagro matemático, una probabilidad tan ínfima que produce vértigo y risa. No hagas poemas políticos, politiza tu vida, conviértela a ella en un lugar político. Y no hablo de los binarismos que son la trampa del sistema. Las izquierdas y las derechas se inventaron para que mientras jueguen ping pong los jueces y árbitros se lleven el juego. La política ya pasa por lo político y lo político pasa por preguntarse por la necesidad de muchas cosas, entre ellas de la poesía.
23) Lee sobre arte contemporáneo, sobre chamanismo, sobre estudios de género, sobre teorías ecoanarquistas. Hablan de lo mismo que la poesía. Hablan de la conciencia y todo lo que con ella se puede lograr.
24) De algún modo creo que hay dos tipos de poesía, una cuya materia prima es el lenguaje y la otra cuya materia prima es la vida misma. Me quedo con la última porque de fondo es la primera.
25) Cuando hables o escribas de poesía cita poco, no nombres a muchos autores o libros, no refutes o refuerces lo que otros tipos dijeron. Inventa cuatro ideas y dales con ellas hasta el final, verás que tenías razón al menos en una y valdrá la pena escucharte o leerte. El resto es paja.
26) La cosa es así, a la poesía se llega desde afuera y no desde adentro. Lee todas las gramáticas, ensayos, libros sobre retórica o teoría literaria que quieras. Te dirán lo mismo: el hablante es una construcción, el poema una intervención en el lenguaje funcional y el lector quien termina de crear la obra. No hay nada nuevo bajo el sol. Más bien busca en otras fuentes lo que puede ayudarte a pensar la escritura, el lenguaje, las autorías, el sentido de una obra, los estilos, los soportes, las fugas. Lo que necesitas para tu poesía no está en la poesía, de verdad te lo digo.
27) Un poeta joven lo es porque la poesía es joven. Da lo mismo tu edad. Piensa en cuántos años tienes y pregúntate si quieres pasar esa misma cantidad de años desde hoy en adelante escribiendo poemas cada uno de los santos días. Si estás dispuesto pues adelante, eres un poeta joven.
28) Viaja al sur, al norte, a todos lados. Siéntete perdido. Conoce personas. Ve a las cantinas. No pelees con mucha gente. Te la volverás a encontrar a lo largo de tu vida en una u otra forma. Sonríe a quienes te miren pues no te ven a ti sino algo que ni tú ves. Sé amable y cordial: afectuoso. La gente no se acordará de tus poemas después de muerto, o para esos están los libros, se acordarán de ti.
29) Lee a Marosa di Giorgio, de principio a fin aunque no tenga ni principio ni fin.
30) Lee no sólo la poesía sino los ensayos, los tratados de Enrique Verástegui. Alguien fue y no volvió y en ese ir están estos textos.
31) Eres joven y estás sano. Mañana no será así. Ayer en la mañana tenía 19 años y escribí mi primer poema con conciencia de poema. Anochece. Imagina a los lectores del futuro. Imagínalos leyéndote en este momento. Escribe para que no te avergüences más rato y el único infalible remedio para eso es escribir sin miedo. Es el único consejo que te puedo dar ahora.
32) La poesía no cambiará nada del mundo, tú tampoco. La poesía te cambiará a ti. Esa es la revuelta. Ahora la pregunta es que harás tú con ese cambio que viviste. Sé generoso con los otros poetas. Dales todo lo que tengas y sepas. Bésalos y duerme con ellos porque están en la intemperie como tú. No hay nada más hermoso que dos personas leyendo poemas al amanecer. Será un nuevo día no en el mundo sino en el universo.
33) Desconéctate un rato. Sal a tomar aire. Lleva una libretita y un lápiz. No hables con nadie por ahora. Mira las cosas como si no entendieras qué son. Siéntete especial porque en este momento lo eres. Eres un poeta y a nadie en el mundo le importa un carajo.
A partir de "33 Reglas de poesía para poetas de 23 o menos" de Kent Johnson
http://letras.s5.com/aaje250713.html