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Héctor Hernández Montecinos, poeta:
“Buenas Noches Luciérnagas es un libro que tiene una vitalidad que me sobrepasa”.
Por Héctor Ochoa Mardones
hector.ochoa@australtemuco.cl
Publicado en El Austral de la Araucanía, Temuco, 25 de septiembre, 2017
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Héctor Hernández Montecinos duda si publicar o no Buenas noches luciérnagas: “¿A quién le importan estos diarios de vida?”, se pregunta uno de los poetas más prolíficos de su generación. Es, finalmente, el Premio Nacional Raúl Zurita quien lo termina de convencer, editando este año un libro de 428 páginas que se transforma en la memoria de una época.
El escritor santiaguino, que lidera el grupo de la Novísima que surge del taller literario de Balmaceda 1215, es quien selecciona y edita Verás, antología de Raúl Zurita que forma parte del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda que obtiene el autor de Purgatorio en 2016 y que Hernández presenta en Temuco junto a Sybil Bintrup y Carlos Lloró.
– Hace la edición, selección y prólogo de Verás, ¿cómo resulta ese proceso?
– Fue grato y como se editó hace poco Tu vida rompiéndose, la antología de Lumen, decidí hacer algo distinto, donde elegí poesía también, pero le agregué textos visuales que no habían sido publicados o manifiestos que encontré del 79. Y a todos esos materiales les di una continuidad, hay una especie de bisagra que son entrevistas que recopilé, porque estoy haciendo otro libro de Raúl con entrevistas, y agregué aquí ciertas partes para hacer una especie de relato continuo, como un relato autobiográfico, desde sus primeros poemas hasta la instalación que hizo en India, El mar del dolor; y como su obra tiene que ver mucho con su vida, seguir ese relato no fue tan difícil, lo más difícil fue cortar.
– ¿Qué puede adelantar sobre ese nuevo libro?
– Ese libro es súper complejo, porque son 300 entrevistas del año 79 hasta ahora. Entonces, lo que hice fue eliminar las preguntas y me quedé solo con las respuestas, y con eso armé una especie de autobiografía escrita por él, pero montada por mí. El libro se llama Un mar de piedras y si todo sale bien saldría a fin de año por el Fondo de Cultura Económica.
– ¿A qué conclusión llega después de leer esas 300 entrevistas?
– Zurita siempre tuvo una visión de su proyecto, desde la primera entrevista supo que eran tres partes –como la estructura de La Divina Comedia–: el infierno que es el dolor, el purgatorio que es la vida y el paraíso que es la felicidad, y eso aplicado como proyecto de vida, de obra, es sorprendente. Por ejemplo, en una misma página del libro puede haber una entrevista del 81, y la entrada que sigue puede ser del 99 y la que sigue puede ser del 2016, y la coherencia del libro, que es lo que más me sorprende, es que parece una entrevista larga hecha el domingo en la mañana, pero en realidad son casi 40 años de historia.
BUENAS NOCHES LUCIÉRNAGAS
– ¿Cuándo surge la idea de hacer este libro?
– Buenas noches luciérnagas es un libro que comencé a pensar en 2015 en España, y fue muy sencillo porque tenía muchos prólogos, fotos y textos sueltos. Entonces, me di cuenta que ahí había una unidad, un relato, que es el de un joven poeta que llega a un taller en 1999, donde comienza una vida literaria hasta que se va a México. Ese es el relato del libro como novela. Pero, los materiales son súper distintos, porque hay diarios de vida, los correos electrónicos cahuineros como les digo, recuerdos, sueños –incluso–, entonces sentí que esos materiales eran un relato y se armó el libro solo, fue muy fácil, lo duro fue darle este relato de novela.
– ¿Cuál es la respuesta de quienes están en esos correos, por ejemplo?
–Ha sido súper complejo, porque no imaginé que el libro iba a tener la repercusión que está teniendo, han salido hartas cosas, varios de los aludidos, por ejemplo, me sacaron de Facebook porque no les gustó verse ahí, otros me encaraban en la calle, pero a otra gente le ha gustado verse ahí, porque es como una especie de documental de las cosas que han pasado, hay muchos poetas, muchas historias bonitas y siento que es un libro que tiene una vitalidad que –quizás– me sobrepasa un poco, no quisiera volver a esa guerrilla literaria. Es un libro complejo, pero a mí me tiene contento, porque está pensado para que lo lea un poeta joven, y vea que si uno le pone pasión y cree en esa pasión, las cosas empiezan a suceder, es un camino bonito y duro, pero esa es la moraleja, que finalmente eso termina siendo parte de la obra.
Renuncia
"Si al comienzo era hablar sobre los otros; mis amigos, ahora el interés está en dialogar con esos otros, trabajar con ellos me entusiasma más y me hace feliz", dice Hernández (1979) sobre su renuncia a la poesía. "En casi 20 años escribí demasiado y es el momento de salir bien. Me gusta la renuncia más que el compromiso y renunciar a la poesía es un buen gesto", agrega. Por otra parte, "las palabras de Raúl siempre son de cariño, pero también son de inspiración, porque su relación con el mundo cultural ha sido súper compleja, querido y odiado, y de algún modo, en una escala mucho menor, también siento que mi historia ha sido de gente que le gusta mucho lo que hago y a otra a la que le caigo pésimo", advierte.
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“Alberto Fuguet visualizó lo que iba a ser la sociedad de consumo desde su interior, entonces lo encuentro fantástico, muy complejo e inteligente”.
“Diego Ramírez recogió una sensibilidad que no estaba inscrita, es un previsor, alguien muy importante y su libro Brian, nombre de mi país en llamas es una joya”.
“De los poetas jóvenes: Roxana Miranda Rupailaf, encuentro que su poesía excede incluso las categorizaciones, siento que ella es una gran poeta del sur”.
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Fotografía de Carlos Valverde Ortega
