La figura es cuerpo
pero también corpus.
Figuras literarias que se acoplan
frotan, superponen, desean
ejercitan hasta fatigarse.
Su rendimiento es la escritura.
Una obra no solo dice
una obra es
un algo pero también un alguien
otro, un fantasma
un muerto.
Solo el cadáver
tiene la libertad absoluta
de ser materia y signo
demasiado hermoso para el arte
insignificante para el signo lingüístico.
Leo es la conjugación
de una ficción
mentir es decir una verdad
que no es de este mundo
sino de las probabilidades
que es la propia muerte
y el deseo.
Exquisito y oscuro
luminoso y seminal.
No solo la figura
sino la pose
la posición
el lugar en que ese cuerpo
es no humano:
una flor, un animal, el sol.
El yoga es hacer que el universo
inhale por uno
y uno exhale lo que ya no es.
Carlos Leiton
ha conjugado todo lo anterior
en lo que es Casta diva
y lo que no.
No es novela
no es poema
no es ensayo
y no quiere serlo.
Se complace más bien
en un diario de ejercicios espirituales
pero el espíritu
no es otro que el cuerpo.
La piel cuenta y canta
su soundtrack son las otras pieles
con que pasa la noche sin dormir
y siempre es un rito.
Toda persona es máscara
marioneta
un dios
una diosa
antes los ojos de quien desea
de quien eyacula
de quien morirá.
Casta diva
tiene de cotidiana la orgía sagrada
y de mística
la vida de hombres anónimos
un ejército
ejercitaciones
citas
semen.
Exótica
sexuada
lúbrica
ascética:
una profunda meditación
de lo ficticio
que son los sentidos y sus excesos
la presencia
la presa de lo real
que es siempre el yo.
