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MÁS QUE ALEGRÍA DEL CIELO
Presentación de Pac Pac Pec Pec (Ciudad de México: Literal, 2012) de Soledad Fariña

Por Héctor Hernández Montecinos





 


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Leo Pac Pac Pec Pec oyendo el barroco Hanaq Pacha Kusikuynin de Pérez de Bocanegra, quizá el primer compositor polifónico de América. Un primer compositor que no sabemos a ciencia cierta si fue un monje franciscano especialista en lenguas autóctonas o un indígena cristianizado pero lo que sí sabemos es que escribió toda su obra en quechua. Estamos en el año 1631. En un monasterio del Cuzco. Mientras Pérez de Bocanegra, que quizá sea nuestro Chopin, compone las partituras de esta obra imagino llegando a los indígenas con sus textiles como ofrendas a la Virgen que ellos han sincretizado con la Pachamama.

Siglos después de esta imagen aún tenemos la música de Pérez de Bocanegra, tenemos al Cuzco y el arte textil andino que quizá sea una de las manifestaciones más plenas de simbolismo y espiritualidad en Occidente. Vale recordar que el año recién pasado se celebraron los cien años del descubrimiento de las ruinas de Machu Picchu, ya que su construcción se pierde en los albores de la razón histórica. Ruinas que no son ruinas, ruinas que fueran ruinas si existiese hoy un monumento mayor a su magnificencia y esplendor. Machu Picchu se erige por tal como un monumento en y al porvenir. Las ruinas son las que hemos construido nosotros como civilización moderna. Ruinas tecnológicas y culturales.

Otra entrada. Se me viene a la mente una serie de autores peruanos y bolivianos en sumo experimentales, disruptivos y problemáticos en tanto géneros y casillas literarias como lo son Arturo Borda, Gamaliel Churata, Alejandro Peralta y Carlos Oquendo de Amat, quienes conforman lo más destacado de las vanguardias andinas, corpus tan importante por no decir fundamental, pero a la vez tan ignorado por nuestro medio literario.

Me he referido a esto quizá de manera un tanto abrupta o en apariencia inconexa, pues la obra poética de Soledad Fariña dialoga con todo lo anterior, de manera directa e indirecta. Dialoga y cruza con una cosmovisión ancestral, e inca en este caso. Dialoga y cruza con otros saberes relativos a la representación del cuerpo y el deseo. Dialoga y cruza los lenguajes escritos y la sublime oralidad.

Este Pac Pac Pec Pec es más que una reescritura, sino una recomposición de una obra anterior, En amarillo oscuro de 1994. No sólo la confronta a su propio origen silenciado por las condiciones editoriales de su primera edición sino que radicaliza uno de los trabajos de desmontaje que nuestra autora, la cual no sólo ha experimentado con las texturas de los lenguajes sino que también con los procedimientos operacionales de la sintaxis, de ese imperativo cultural que es la ley de la palabra.

Toda obra es sus propias referencias, posibles o imposibles. Todo libro es hermano de todos los libros. En esta edición publicada en Ciudad de México por Literal en su colección Pico de gallo, comparte catálogo con Rodolfo Hinostroza, José Kozer, Tamara Kamenszain, Max Rojas y Claribel Alegría. Detalle no menor pues se visibiliza aquí una tradición susurrada y sus cortes o desplazamientos. Autores que representan desajustes ante lo cual Fariña hace un movimiento de implosión en cuanto a la autoría/autoridad de uno de sus libros y lo desajusta como archivo y documento.

Esta vez no profundizaré en la textualidad del libro, eso ya lo hice en otro lado, sin embargo recordaré que el ver es la síntesis de muchos otros sentidos como ubicuidad de la luz que se yuxtapone y exterioriza como flujo no codificado. Quien escribe al trabajar desde el discurso-territorio-cuerpo es a la vez un traductor, un viajero y un amante, por ende, es también un lector, un extranjero y un deseoso. Queda manifiesto el trabajo de traducción que se hace en el cuerpo-libro, de lengua a lengua, sin notas al pie de página que expliquen nada de algún supuesto de verdad; viaja en los territorios conceptuales cartografiados por su propia escritura como escisión y es un/a amante del cuerpo-libro que deja de escribir al hacerlo.
               
En sí, Pac Pac Pec Pec se nos presenta como una nueva obra con sus referentes expuestos, como si de sus borduras se tratara. Aparece la Nueva Crónica de Buen Gobierno de Felipe Guamán Poma. Aparece una narración quechua y un estudio antropológico. También aparecen las fotografías tomadas por la autora en Machu Picchu. Hay un texto nuevo que no aparecía en la edición original. Soledad Fariña nos hace preguntarnos por el tiempo de un libro y su validez y al mismo tiempo nos desmonta como lectores. Sin duda es una interesantísima apuesta experimental lo que ha hecho la autora con este libro, pues no sólo profundiza con sus materiales poéticos como el agua, las plumas, los colores, la tierra, el aire, sino que a la vez borronea el límite entre el pasado y el futuro. Se nos presenta como una ruina pero del porvenir. Tal vez de la misma manera que el Hanaq Pacha Kusikuynin.

Santiago, 25 de abril de 2012



 

 

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Presentación de "Pac Pac Pec Pec" (Ciudad de México: Literal, 2012) de Soledad Fariña.
Por Héctor Hernández Montecinos.