Proyecto Patrimonio - 2022 | index |
Hugo Herrera Pardo | Claudio Guerrero | Cristián Cruz | Autores |














La provincia, nuestra contemporánea
Felices escrituras: poetas chilenos y chilenas pensando la provincia
Varios autores. Casa de Barro, San Felipe, 2022. 268 páginas

Por Hugo Herrera Pardo
Publicado en Revista Elipsis, 2 de julio de 2022



.. .. .. .. ..

Agradezco la invitación de Claudio Guerrero y Cristián Cruz, los editores de Felices escrituras. Poetas chilenos pensando la provincia (segunda edición revisada y aumentada), para presentar este libro, aunque —infelizmente— contraer Covid-19 no me haya permitido hacerlo de manera presencial. Las relaciones entre literatura y provincia me interesan desde hace varios años y, mirando el asunto en retrospectiva, creo que al menos dos hechos cristalizaron este interés. El primero de ellos es la lectura de El campo y la ciudad de Raymond Williams, uno de los mejores libros de crítica literaria que se han escrito. Un libro con el cual desde las primeras páginas sentí una conexión biográfica que se transformó en la condición afectiva de tal experiencia de lectura: la descripción de la vida rural hecha por Williams desde sus antepasados directos hasta su propio periplo hasta la universidad me hizo recordar mi propia infancia en el campo, en la periferia de San Fernando. Las calles de tierra con una acequia que la bordeaba antes de que tierra y acequia fueran asfaltadas, los fundos aledaños a las viviendas que con el correr del tiempo se habían convertido en un asentamiento, la escuela rural con tres salas, por ende tres profesores, y con dos cursos en cada una de ellas, se transformaron en un correlato a mi lectura de aquel libro. Aún recuerdo la numeración dada durante la dictadura a la escuela en la que cursé de primero a sexto básico, numeración que luego se mantuvo durante los primeros años del retorno a la democracia: Escuela F-444. Luego pasó a recuperar el nombre de La Troya, el cual había tenido desde casi su comienzo, cuando se convirtió en una de las primeras escuelas públicas abiertas en la ciudad, el nombre del villorrio para el cual había sido instalada. En los tiempos en que yo era un estudiante de educación básica la escuela ya había comenzado a experimentar una baja matrícula, dada la expansión de la ciudad y, con ello, el recorte de la distancia física y temporal para acceder a sus servicios, entre ellos los educacionales. Con el tiempo esto no hizo más que acrecentarse y desde hace unos 15 años que dejó de existir y se transformó en una instalación primero abandonada y luego saqueada. La lectura de El campo y la ciudad me conectó con aquello que el propio Williams dice en su introducción con respecto a su desplazamiento desde una aldea a la ciudad, “someter los datos personales, los episodios de una familia, a un registro total; para aprender las pruebas y la conexión y modificar perspectivas” (30). Si la crítica es, encriptadamente, una forma moderna de autobiografía, entonces aquellos mismos procedimientos pueden convertirse en un campo reverberante para que sus lectores lean allí, de manera indirecta, retazos de sus propias biografías.

El segundo hecho que ha influido en mi interés por las relaciones entre literatura y representación provinciana ha sido la amistad de quien, tal vez sin duda, mayormente ha pensado tales relaciones en los últimos años, en el marco de la literatura chilena. Me refiero a Mario Verdugo, quien no solo ha explorado este vínculo en sus textos investigativos y ensayísticos, sino que también en su poesía y prosa. Hace unos años resultó aclamado su libro Arresten al santiaguino! Biblioteca regional recuperada, en el que volvía sobre la relación antes presentada a partir de un muy singular trabajo con el archivo, no obstante, me sigue pareciendo que La novela terrígena (2011) constituye uno de los intentos poéticos más originales y desafiantes aparecidos en años recientes para pensar los modos asociación y conflicto entre centro y provincia. De la tesis de Magíster de Mario, titulada “La provincia como discurso mítico. Espacios inmutables en la narrativa de Andrés Gallardo y Marcelo Mellado”, aprendí no solo que el caso del Estado-Nación chileno se presentaba como ”una suerte de epifenómeno del centralismo latinoamericano, delineando al país bajo la primacía de una verdadera cultura centralista que ha resistido los esporádicos reclamos locales y las iniciativas implementadas por el propio Estado  en orden de estimular el desarrollo regional”, sino que también este vínculo entre centro-provincia constituye uno de los núcleos fundantes en la construcción de aquello que llamamos literatura chilena. En las páginas iniciales de su trabajo Mario muestra cómo, a lo menos, cinco factores se correlacionarían históricamente para propiciar esta hegemonía: las características geomorfológicas del territorio, el modelo borbónico de concepción de soberanía y administración pública, la situación de guerra permanente que se extendió por varios siglos, desde el periodo colonial hasta el republicanismo de fines del siglo XIX, la influencia estructural empujada por el ministro Portales, la modernización decimonónica y su consecuente migración campo-ciudad. En el plano estrictamente literario, en la década de 1840 aparecen dos hitos discursivos que actuaron como impulsores de una conformación hegemónica centralista que, de allí en más, corrió a paralelas con aquel otro proceso socio-estructural. El primero de ellos es el discurso de José Victorino Lastarria de 1842, “Discurso de incorporación a la Sociedad Literaria”, en el que se aspira a la proyección convergente de “todo un pueblo… todas las fuerzas sociales, todas las necesidades”, sentando las bases de un discurso totalizante fundado retóricamente en el movimiento metafórico de lo nacional que subsume la contigüidad metonímica de las provincias. El segundo es la aparición del artículo de costumbres “El provinciano en Santiago” (1844) de Jotabeche (José Joaquín Vallejo Borkoski), uno de los primeros antecedentes literarios con impacto mediático, durante la fase republicana, en el que se comienza a delinear y a establecer el juego retórico oposicional entre los habitantes de la capital y los de regiones; el adelanto versus el atraso, la velocidad versus la lentitud, el virtuosismo versus lo corrompido, lo móvil versus lo estancado, la vitalidad versus lo enfermo, el modelo versus la copia, etc.

Sabido es por los estudios del lenguaje, sean estos filosóficos, retóricos o lingüísticos, que las oposiciones recíprocas estabilizan significados entre elementos que coexisten, creando un enlace sostenido mediante antagonismos violentos, los cuales llevan a cabo operaciones fundadoras que recortan o subsumen jerárquicamente las diferencias. Es por eso que en la tradición chilena la pregunta que interpela a pensar la provincia siempre tendrá un estatuto contemporáneo, por su rol fundante, es decir, por el desafío que conlleva de combatir la estabilidad discursiva que se asienta en la oposición recíproca. De allí entonces la importancia de este libro, porque el desafío lanzado por sus editores de pensar lo provinciano y sus condiciones se transforma en una escritura en contra, debido a que una ley que asoma en el intento por desestabilizar antagonismos fundantes es que no se debe caer en posiciones que ya han sido previamente estabilizadas, lo cual se traduciría en la aceptación tácita de las condiciones sobre las cuales yace el binarismo. Se podría argumentar que adicionar posiciones divergentes a las ya estabilizadas es, también, otro modo de aceptar implícitamente las condiciones en las que se asienta la reciprocidad jerarquizada, pero cuando un antagonismo fundante se encuentra arraigado con tanta historia y fuerza no se puede descartar tan rápidamente la opción de movilizar y diversificar lo que ya ha sido mitificado. En este aspecto, una de las cosas que resalta en Felices escrituras es que toma distancia de una de las operaciones discursivas más características de los esfuerzos por dinamizar la representación provinciana en la literatura chilena en décadas pasadas, esta es, la contra-parodia (véanse los mismos casos de Gallardo, Mellado y Verdugo). El libro se encuentra atravesado por un tono mesurado y reflexivo, que rehúye tanto de la parodia como de la nostalgia. Tras ese ejercicio, Felices escrituras acaba proporcionando un itinerario, en el sentido que los antiguos romanos le daban a este vocablo, como un mapa de carretera, en el que van apareciendo puntos de referencia, polos relevantes (entre ellos las zonas de, y aledañas a, Valdivia y Aconcagua), redes de circulación, modos de producción, un muestra antológica breve pero significativa de las y los poetas convocados, etc. Si en términos retóricos la consolidación nacional es una operación de características metafóricas, Felices escrituras intenta restituir las manifestaciones metonímicas obliteradas tras esa operación totalizante al dar lugar a relatos personales de cómo cristalizó en cada poeta tanto su palabra fundante como sus imágenes movilizantes, vinculadas ambas a territorios específicos.

Ya que en la presentación al volumen se menciona un proyecto de libro no publicado, considerado un antecedente fantasma de este que ahora se vuelve a publicar revisado y aumentado, permítanme también mencionar un caso personal de libro sobre las provincias que, como tantos otros, tampoco alcanzó a pasar por la imprenta. Hace unos cuantos años atrás, con Mario Verdugo nos lanzamos a la ejecución de un volumen colectivo que inicialmente habíamos titulado La cuestión territorial en Chile: residuos y emergencias. En la convocatoria invitacional señalábamos que

“En un presente marcado aún por la crítica a los mapas hegemónicos y por fenómenos políticos que los medios, el Estado o la academia han llamado “conflicto mapuche”, “proceso constituyente” y “huelgas de ciudades” (Calama, Aysén, Magallanes, Freirina, Arica y Chiloé, entre otros), La cuestión territorial en Chile se propone como una antología de investigaciones y ensayos recientes que problematizan el statu quo cartográfico, aquella lógica dominante de visualización cuyo horizonte habitual es la imagen de una nación uniforme y estable en lo que respecta a sus fronteras internas y externas. Surgidos desde diversas disciplinas (historiografía, antropología, geografía, estudios literarios, crítica de arte, etc.), los trabajos que ahora nos proponemos reunir tienen como denominador común el registro de espaciamientos alternativos, racionalidades, escalas, formas y experiencias territoriales que tensionan el modelo nacional-centralista y sus mecanismos de control”.

Nos proponíamos compilar unos quince o dieciséis trabajos que tensionaban la estructura y los imaginarios centralistas, a partir del estudio de casos puntuales: Aysén, la frontera norte, Concepción, el Maule, Colchagua, etc. Finalmente, por una serie de problemas, entre ellos de financiamiento, el proyecto se disipó y nunca fue publicado. Cuento esto porque me parece una noticia significativa la re-aparición de estas Felices escrituras, en un momento en que pueden acompañar, con sus ritmos y sus imágenes, con sus circuitos y sus redes, la transformación de los imaginarios y las estructuras centralistas que han atravesado a este país durante su historia republicana.

 

 

 

Hugo Herrera Pardo. Chile, 1985. Doctor en Literatura. Profesor del Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Ha co-editado los libros Vestigio y especulación. Textos anunciados, inacabados y perdidos de la literatura chilena (2014) y Precisiones. Escritos inéditos de Martín Cerda (2014). En mimesis ha editado La querella de realidad y realismo (2018) y Las máscaras democráticas del modernismo (2e. 2021), de Ángel Rama, y prologado la segunda edición de El discurso sobre el ensayo en la cultura argentina desde los 80 (2019).


 

Fotografía superior de Antonio Quintana (1904-1972)


 



 

 

Proyecto Patrimonio Año 2022
A Página Principal
| A Archivo Hugo Herrera Pardo | A Archivo Claudio Guerrero | A Archivo Cristián Cruz | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
La provincia, nuestra contemporánea
Felices escrituras: poetas chilenos y chilenas pensando la provincia
Varios autores. Casa de Barro, San Felipe, 2022. 268 páginas
Por Hugo Herrera Pardo
Publicado en Revista Elipsis, 2 de julio de 2022