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Poesía/Bar Abierto/Hernán Miranda
Por Ignacio Rodríguez
Revista de Libros de El Mercurio.
Viernes 3 de Marzo de 2006
Adán Méndez está realizando una labor notable. Ya celebré, emocionado, su recopilación de los poemas eróticos (Te amo y te odio) de Armando Uribe. Vengo a celebrar ahora su selección de la obra poética de Hernán Miranda. Bar abierto se llama. Bar, con sus viejos mesones oscuros y sus mesas que cojean y sus sillas al borde permanente del derrumbe. Bar y no pub, esos de los happy hours y de las velitas tísicas. Es una clave, y lo de abierto también. Aquí nadie anda con hermetismos ni jerigonzas que me he encontrado en tantos poemarios; aquí se escucha una voz a medio filo entre la confesión y las ternuras, el abrazo y el regalo: la voz del amigo que se nos entrega en toda su llaneza y amplitud sentimental.
El libro se lee de un tirón, como de un tirón arrebatado y cálido se consumen y consuman la conversaciones vinosas en un bar de mala muerte. Me reconcilio ahora con la criatura humana, me quedo más en paz con el mundo, recupero mi filiación a la bondad. No es menor que un libro produzca esto. Me pasó con Trilce, de Vallejo; con Rayuela, de Cortázar; con El lugar sin límites, de Donoso... Me pasó con Carlos Droguett cuando leí sus Materiales de construcción. Me pasó que ya no era el mismo, que un nuevo aliento se acoplaba a mi libertad. Y lo mismo me está pasando en este momento con esta obra de transparente sinceridad, de sortilegio y de amor. Así de simple y así de complejo: amor, prefiguración interior de la dicha y del desastre, impulso limpio hacia el compromiso y el abandono final. Sitúo a Miranda (sin afán de entomólogo, por favor) entre Teillier y Parra, es decir, entre la nostalgia y la inmediatez. Pero si leen detenidamente el poema Un despreciable clochard se apoderó entonces de la palabra, entre otros de poderosa factura y militante humanidad, verán que los supera o, al menos, los hace trastabillar. Lástima que no haya conocido ese texto sobre el vagabundo ya épico del barrio Lastarria antes de opinar para esta misma Revista acerca de los diez mejores poemas chilenos. ¡Es uno de los mejores!
Una vez más, echo de menos para este poeta una edición como las que inmerecidamente se le prodigan a tanto poetita mediocre. En todo caso, tienen buen ojo los de Ediciones Tácitas.
Ficha:
Poesía
Bar Abierto/Hernán Miranda.
Ediciones Tácitas, Ancud, Chile, 2005, 129 páginas.