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Hernán Miranda: “La poesía ha sido mi tabla de salvación”
Por Javier García Bustos
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Hace 50 años hizo su debut literario con Arte de vaticinar (1970) y en 2018 su trabajo fue recopilado en el ejemplar Poesía reunida. Ahora sus versos saldrán en formato electrónico por Ediciones Tácitas. Agitador cultural en los 80, hoy a los 78 años, vuelve a ser postulado al Premio Nacional de Literatura.
Por estos días ha leído poemas inéditos frente a una cámara de celular, pero sobre todo ha estado encerrado en su casa, en Santiago, cumpliendo una estricta cuarentena producto de la pandemia del coronavirus.
“He vivido en completo enclaustramiento, leyendo y escribiendo. Desde 1973 que no me tocaba una situación similar”, comenta vía email Hernán Miranda Casanova, hoy de 78 años.
Nacido en Quillota, en 1941, ya instalado en Santiago, pasó por el Instituto Pedagógico, de la Universidad de Chile, donde conoció a parte de sus compañeros de la generación del 60: Gonzalo Millán, José Ángel Cuevas, Floridor Pérez y Cecilia Vicuña.
En sus inicios obtuvo varios reconocimientos antes de publicar su elogiado debut literario, Arte de vaticinar, en diciembre de 1970, con un epígrafe demoledor de Tristan Tzara: “No es que yo esté loco,/ Es que yo sé ver el revés de las cosas, Multiplicarles el porvenir”.
Editado hace medio siglo por Ediciones Clavileño, Arte de vaticinar incluye los textos más memorables del poeta y periodista Hernán Miranda que marcan su sello: poemas desarrollados como breves crónicas de la realidad. El poemario de hace 50 años contiene los títulos Doralisa se lanzó bajo el tren de las 14, Insectario, Historia de un hombre que perdió un mal día toda su documentación y “A nadie daré una droga mortal…”.
Raúl Zurita, Premio Nacional de Literatura 2000, escribió que Miranda “sobresale como una de las muestras más altas de precisión y exactitud y, al mismo tiempo, de profundidad y delirio”, agregando que “Ya es hora de que Hernán Miranda ocupe el lugar de honor que merece en la poesía chilena y en la poesía en castellano de nuestro tiempo”.
Desde su hogar, leyendo y escribiendo Miranda especula sobre los días post confinamiento.
—¿Es optimista del futuro, sobre lo que sucederá después de la pandemia?
—Sí, soy optimista. Pero creo que muchas cosas cambiarán, por ejemplo, teniendo en cuenta que, como quedó en evidencia, la naturaleza actúa de modos muy distintos a como se suponía. Expertos pronostican que en el futuro habrá nuevas epidemias y que hay que enfrentarlas con la actitud que ahora se ha visto.
—Se cumplen 50 años desde la publicación de Arte de vaticinar. ¿Qué ha significado para usted la poesía?
—La poesía ha sido mi tabla de salvación, yo siempre digo que soy el resultado de la Educación Pública, el compromiso con las causas progresistas, el compromiso político, en especial en mi juventud, y el ejercicio de la escritura.
NOMBRE VERDADERO
Después de publicar Arte de vaticinar, Hernán Miranda ha dado a conocer una docena de poemarios, donde sobresalen Versos para quien conmigo va (1986), Trabajos en la vía (1987), De este anodino tiempo diurno (1990) y Anna Pink y otros poemas (2000).
También Miranda ha obtenido reconocimientos como Premio Casa de las Américas 1976 por La Moneda y otros poemas y el Premio Municipal de Literatura de Santiago 1991.
“Miranda es sin duda uno de los mayores poetas chilenos vivos, pero su grandeza siempre ha estado en sordina, acallada acaso por su propia humildad”, anotó el poeta Leonardo Sanhueza. Es más, una vez Nicanor Parra le mandó un recado a Miranda para que se promocionara más.
Aunque como agitador cultural, en los 80, Hernán Miranda no pasó tan desapercibido. En marzo de 1984, se encerró en una jaula del zoológico del Parque Metropolitano junto a un escritorio y una máquina de escribir. Los asistentes que pasaban leían en un letrero: “Hombre. Nombre científico: Homo sapiens. Hábitat: En todo el mundo”. En su acción de arte lo acompañaron Enrique Lihn y Nicanor Parra.
Al terminar esa década se proclamó aspirante “Callampa” a parlamentario. “Miranda diputado: un poeta al parlamento” fue la performance que levantó en pleno Paseo Ahumada, en agosto de 1989.
“Mi candidatura es de fantasía, aunque a medias. No estoy disfrazado ni me presento con una personalidad falsa. Comparezco ante los transeúntes con mi nombre verdadero”, apuntó en un reportaje del suplemento Buen Domingo, del diario La Tercera.
Ahora en días de pandemia y en un año en que se otorga el Premio Nacional de Literatura, la obra de Hernán Miranda regresará en formato electrónico. En 2018 salió en un solo ejemplar su trabajo en Poesía reunida, en una edición a cargo de Hernán Ortiz González, publicado por Ediciones Tácitas.
En las próximas semanas, el mismo sello, editará 10 poemarios en formato e-book con un prólogo distinto de un poeta que reflexionará sobre la labor de Miranda. Además, será postulado al máximo galardón de las letras locales, donde suenan como favoritas las poetas Elvira Hernández, Rosabetty Muñoz y Carmen Berenguer.
En 2008 Miranda fue postulado al Premio Nacional por el Círculo de Periodistas de Santiago. Entonces señaló: “Lo mío es una crítica a los premios que da el Estado. Cada cuatro años se premia a un poeta y, si me pongo a la fila, quizá en 50 años me lo den”.
—Este año se otorga el Premio Nacional de Literatura y al parecer las mujeres corren con ventaja, ya que no se premia a una poeta desde Gabriela Mistral…
—Pienso que, evidentemente, las colegas poetas se merecen el reconocimiento puesto que como se ha comentado, no se premia a una poeta desde que el galardón lo obtuvo Gabriela Mistral en 1951, a quien por cierto se le reconoció primero en el extranjero. Creo relevante mencionar también que en mi infancia la figura que más me marcó, antes que mis profesores, para lograr un cercamiento a las letras, fue mi madre Berta quien, lamentablemente, sufrió los embates de un esposo, que opacaba sus dotes literarios. Me gustaría destacar también, la influencia ya en mi adultez tardía, de mi última compañera de vida Palmira Rosas, poetisa de una sola publicación, pero de vasta aptitud poética y criterio literario. Creo que, en esta oportunidad, independientemente, de quien sea favorecida o favorecido con el premio hay pienso yo, un consenso tácito entre colegas sobre apoyar a quien finalmente reciba el estímulo más renombrado y no siempre justo del ámbito nacional de las letras.