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Viaje en busca de uno mismo
Yo Héctor. Héctor Monsalve V. Ajiaco Ediciones. Santiago de Chile, 2015.

Por Astrid Fugellie Gezan
Poeta.






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El nombre de este poemario, Yo Héctor, del poeta Héctor Monsalve, me alude y me llama, a otra obra introspectiva, Yo, Claudio, del escritor británico Robert Graves, (1934). En su novela, Graves, aborda la vida del emperador romano Claudio desde su propia perspectiva. La diferencia no obstante, es la condición del protagonista cuya supervivencia, en una dinastía asesina, depende de la presunción incorrecta de ser un demente inofensivo.

En Yo Héctor, por el contrario, el sujeto poético de nuestro autor en referencia,  inicia un viaje interior con el recurso del desdoblamiento, cito:…Yo no soy Héctor./ Dejé de serlo un día/ en que me vi caminando hacia la luz,/ en una calle perdida de Ciudad de Panamá…

De esta forma, nuestro poeta, se interpela a sí mismo como un adolescente en una especie de ejercicio psicológico de individuación, que, en definitiva, es la ciencia del comportamiento que se atribuye a esta etapa, aquella, cuando adolecemos de algo. El joven se descubre a sí mismo, sin embargo, no se priva de esta fase etaria, cito:…Pienso en partir,/ en dejar algunas cosas,/ en regresar...

El poemario se estructura sobre la base del viaje ontológico, del desplazamiento psicológico en busca de la identidad perdida, cito:…Aquí, en México D.F.,/ mientras Héctor nada en la piscina/ lo contemplo...

En efecto, el recurso de desdoblamiento a partir del extravío del nombre, de la fuga de la palabra que designa sentido, se refuerza en los versos a través de la obra, cito:…Un niño muerto juega en mí./ Su juego es preguntarme:/ ¿No tenemos padre?/ ¿Todos somos huérfanos?/ No, le respondo/ -Sé que miento-/ Yo soy tu padre bueno...

En alteridad al mismo sujeto poético desdoblado, hay diálogos, interpelaciones a la otredad. Esta estrategia verbal, en sus imágenes sugerentes, recuerda la película de Raúl Ruiz Tres vidas y una sola muerte, (1996). Al culminar dicho   film, existe una escena donde los protagonistas caminan de la mano: el abuelo, el padre y el hijo, vale decir, un anciano, un hombre y un niño, lo que alude a  encarnaciones de las distintas etapas de vida, en un sujeto determinado.

Pues bien, no es sólo y simplemente una reflexión de la identidad presente, también es ineludiblemente una revisión de la memoria, cito:…Yo soy mi padre./ Me veo nacer y me recibo./ Asustado,/ me tomo en brazos conteniéndome./ Temo/ por lo que haré/ y que repaso/ como un hombre a punto de morir…

Asimismo, el sujeto poético incluye en su viaje la ascendencia, y la tradición genética, cito:…Las voces de otras vidas aún me hablan./ Por la puerta de los siglos,/ me atraviesan…

Acerca de la pérdida del nombre, hay una reflexión en este poemario sobre el lenguaje. Haciendo un punto de inflexión sobre la premisa lingüística de Heidegger, cito: el lenguaje es la morada del ser.

Como sustento del discurso, la obra se despliega sobre la base pos-estructuralista de la de-construcción de Jaques Derrida. No hay un vínculo natural entre el referente y el significado-significante, por lo que se produce lo que el filósofo francés calificó como una diseminación de sentido. Esta operación lingüística se articula en el desdoblamiento del sujeto, del nombre, y en la diferencia que construye el sentido.

Sin embargo, el poemario avanza hacia el reencuentro del sujeto y sus nombres prófugos. En la sección Yo, se lee:, cito:…Vuelvo a mí con temor/ como enfrentado a las puertas de un oráculo/ que pregunta lo exacto./ Y no logro encontrar la respuesta/ que me salve...

El devenir del sujeto es observado con desconfianza, aún en fuga de sí mismo, cito:… Cae mi cuerpo por la borda./ Sale de la palabra…

Subyace una suerte de trashumancia de virtudes en el sentimiento del poeta, trashumancia referida al clan, y su herencia, cito:…Todo lo que hice lo hizo otro./ Otro más osado, más vivo/ y por eso más bueno./ Yo miré su desborde,/ sin intervenir./ Como desde lo alto de un cerro/ se ve el mar./ Toda la alegría de la tribu/ toda el ansia…

Sin embargo y no obstante lo dicho, existe en Yo Héctor, un sentimiento de reconciliación consigo mismo, cito:-…Yo te perdono Héctor/ y te devuelvo a ti./ Ser y sed de mis intentos…

Este reencuentro del sujeto poético se atisba desde el enamoramiento, cito:… Dices: dentro de mí la princesa/ corre inconmovible hacia la sala./ Vestida de azul, de verde, de rosado/ corre inconclusa hacia la sala…

La última parte de este bello poemario lo confirma, cito:…Un niño habla con las piedras./ Un viejo habla con las piedras./ Hay otro sol también./ Es Héctor enamorado,/ náufrago, inconsciente…En su epílogo, Héctor aúna su misterioso triángulo: el viejo, el hombre, y el  niño.

Así, el poeta encarna al amor, con esa inasibilidad que identifica al arte, donde la verdad, y la belleza construyen la unidad del libro. Poemario sutil, sugerente, pleno en combinaciones poéticas, magistralmente cohesionadas y articuladas que, necesariamente,  llaman a la trascendencia y, al recogimiento, cito:…Mi abuelo se llamó Héctor./ Mi padre se llama Héctor…, otra cita:-…Entonces,/ yo voy hacia el gran río que brilla./ Como una hoja que se desprende/ y se olvida del árbol,/ yo voy hacia ese río./ No escribo en el agua en movimiento./ Cabe mi canto en el gran canto./ Yo soy Héctor./ Aprendí a caminar sobre las aguas…

Gracias Héctor querido, por tu fascinante, conmovedor e inasible, Yo, Héctor.


Santiago de Chile, Otoño, 2016


 

Fotografía superior: Jaime Fouillioux M.



 


 

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