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¿Y quiénes nos han contado el “Cuento” estos últimos
años?
Por
Hugo Quintana Q.
Diario La Discusión de Chillán.
Domingo 14 de mayo de 2006.
En las últimas dos décadas, algo pasó con el
cuento en Chile. Esta clásica forma, tan bien descrita y definida
en cuanto a estructura y al “efecto” que busca lograr en el ejercicio
de su lectura, ha producido libros notables en la pasada década,
dejando entrever nuevas temáticas, denunciando nuevas realidades
y sobre todo, haciendo uso de una velocidad narrativa más delirante
y decidida. Sé bien que estas miradas panorámicas a
veces resultan un poco ingratas,
debido a que se corre el riesgo de dejar fuera de comentarios a alguna
preferencia en especial, pero asumiremos tal peligro confiando en
que si “olvidamos” a alguien en particular, el lector sabrá
perdonarnos de antemano.
LA SOBREDOSIS DE FUGUET
El primero de los cinco títulos que quiero citar es “Sobredosis”
(1990) de Alberto Fuguet. Quien fuera sindicado como el líder
de una nueva narrativa a nivel latinoamericano, una suerte de nuevo
“García Márquez”, por parte de una revista especializada
en Norteamérica, se despacha -sencillamente- un librazo, una
intensa y potente selección de cinco cuentos que nos dejan
la sensación del “boquiabierto”, de habernos quedado completamente
sorprendidos.
Y no es exageración, quienes se acerquen a deambular entre
sus páginas, tendrán la experiencia de una generación
de sobre-estimulados, como bien señala su autor, de gente con
sobredosis de todo: política, cine, rock, publicidad, televisión,
etc., tendrán justo enfrente de sus rostros, el bufido desalentador
de un mundo que se cae a pedazos, en la certeza de que todo se viene
mal, cuesta abajo. ¿El mejor de todos los relatos?, pues sin
duda, “Pelando a Rocío”. Algo que una gran amiga me sentenciara
hace ya mucho, pues la forma escritural es una conversación
de dos amigas, en un Happy Tour, que dialogan de la trágica
historia de una ex-compañera de colegio, mientras fuman y beben
un par de pisco sour.
GRIFFERO
Es cierto que Fuguet tiene muchos detractores, pero el mérito
de este gran libro es algo innegable, categóricamente hablando.
Así mismo nos merece incluir en este listado a Ramón
Griffero. Este notable dramaturgo y director teatral, publica una
colección de siete relatos en 1992 (agregaría otros
cuatro en la re-edición de 1994), bajo el título de
“Soy de la Plaza Italia”, donde no hace más que continuar con
una línea de preocupaciones que dicen relación con personajes
reales, tratados desde una perspectiva metafórica, aunque habitualmente
mantenidos en los bordes, en los márgenes de la estructura
social. Personajes desesperados, que buscan el amor o el éxito
desde el desamparo vivencial en el que se encuentran. Personajes ingenuos,
transgresores, místicos o ferozmente terrenales, que revelan
el aquí de un Chile muy actual, embarcados en un “eterno presentizado”,
es decir, de una apuesta constante por el ahora más extremo.
ANGELES NEGROS
El tercero en esta lista cronológica es “Ángeles Negros”
(1994) de Juan Pablo Sutherland (quien por esas casualidades del destino,
participó de un encuentro de escritores en nuestra ciudad en
agosto de 1996), texto que re-lanza la temática homosexual
-recuérdese “El Lugar sin Límites”, de José Donoso,
sólo como un antecedente de lo expuesto- y que fuera blanco
de una inusitada e injustificada polémica a propósito
del financiamiento que el Fondart otorgó a su autor, y que
puso el acento en lo “homosexual”, descuidando de manera irresponsable,
la gran calidad literaria de este importante libro, aspecto refrendado
por la aparición de “Santo Roto” en el año 2000.
“Ángeles Negros” es un texto que trabaja con la corporalidad
de quienes buscan una relación distinta, diferente, y que se
embarcan en un tránsito a través de bares, avenidas,
parques, puentes, o el baño público de una discotec,
y que escenifican el aire de un entorno neo-liberal, en la pretensión
de vivir sólo de una superficialidad. Personajes “reventados”
que no cuestionan su sexualidad. En síntesis, los expulsados
del paraíso, como dijera su propio autor, aquellos que escandalizan,
inquietan, pero nunca dejan de evidenciar los desastres terrenales,
la crisis del amor como un valor natural del ser humano, enmarcados
en el tráfago de un espacio urbano, sea este Santiago o Barcelona.
MUJER DESNUDA
Otro de los imperdibles es “Mujer Desnuda Fumando en la Ventana” (1999)
de Marcelo Leonart (escritor, guionista de la serie de TVN “Los Treinta”
y dramaturgo), que le significó el premio Juan Rulfo en 1998,
es un texto descarnado en algunos trazos y, al mismo tiempo, de una
gran ternura, ya que sus protagonistas sueñan con el presente,
con un futuro mejor, aunque arrastran el cruel desencanto producido
por rompimientos y debacles en el plano de las relaciones de pareja.
Una recomendación, el mejor de todos los cuentos es el que
le da el nombre al libro. Un gran cuento.
BOLAÑO
Hemos dejado para el final la nominación de “Llamadas Telefónicas”
de Roberto Bolaño, editado originalmente en 1997, pero cuya
presencia se dejó ver en nuestras tierras a partir de 1998,
ya que su autor -por ese entonces- residía en Barcelona, específicamente
en Blanes, pequeño lugar cercano a la ciudad condal, y que
pudimos conocer solamente gracias a los comentarios que le dedicara
la prensa española, a propósito de su potente calidad
literaria, y es que Bolaño es lejos, el autor más influyente
entre los jóvenes lectores y escritores en el hoy por hoy.
Sus constantes polémicas, sus dichos certeros y categóricos,
su increíble talento, le hacen merecedor de antipatías
por parte de algunos, y de un considerable afecto y veneración
por parte de muchos.
Los 14 relatos que lo conforman tienen la fluidez de quien posee
una natural habilidad para manejar las narraciones con absoluta maestría,
donde se da el lujo -por ejemplo- de recordarnos fugazmente en dos
personajes que dialogan a “los asesinos” de Hemingway, o de matarnos
con “Sensini” (uno de los mejores cuentos que he leído), un
viejo escritor argentino que vive en España, y que subsiste
enviando relatos a concursos literarios, a los cuáles ¡sólo
les cambia el título!. Un grande de nuestras letras, que desapareció
demasiado pronto.
Hay que recordar, al finalizar este comentario, que son libros relativamente
nuevos que escenifican nuestro entorno, con una sinceridad absoluta,
que no trepidan en mostrar todo lo bello o lo grotesco que la imagen
de nuestra actualidad pueda contener, que ninguno -en último
caso- suaviza la nota, y que temas como la moral o la ética,
se muestran desde la crisis y la confusión más contemporánea.
Pero a decir verdad, a modo de conclusión, es una muy buena
selección para nuestras lecturas de otoño-invierno,
a propósito de las publicidades habituales de nuestra aldea
global.