Proyecto Patrimonio - 2005 | index | Hernán
Valdés | Autores |
"Fantasmas
Literarios. Una convocación", de Hernán Valdés.
Resurrección
de una gran época
Por Camilo Marks
Revista de Libros de El Mercurio. Viernes
16 de Diciembre de 2005
"Fantasmas Literarios"
se aleja de los últimos trabajos de Valdés -"A
partir del fin", "Tejas verdes"- y deviene
uno de los
testimonios culturales más apasionantes en torno a una etapa
crucial de nuestras letras.
"¿Quién oirá hablar más
tarde de Víctor Lówenthal? ¿Quién recordará
a Venancio Lisboa, Jorge Onfray, Arturo Soria, Pancho Huneeus, a tantos
otros? Casi todos ellos, tan llenos de vida, de expectaciones, de
recuerdos, culpas y acusaciones desaparecerán de la memoria,
se echarán a sí mismos al olvido antes aun de que otros
les olviden... De pronto, nos conocemos todos. Probablemente
nadie recordará cómo ha ocurrido, quién ha introducido
a quién. En el estrecho Café Jamaica de Huérfanos
con Estado pasan un momento o toman asiento Jaime Laso, Hugo Berti,
Marta Jara, Enrique Lihn, Gabriel Carvajal, Jorge Cáceres,
hermano del poeta Omar, Perico Müller, Onfray y Vélez,
Esther Matte, Claudio Giaconi y últimamente Luis Oyarzún
y Roberto Humeres". Las personalidades mencionadas son los Fantasmas
literarios. Una convocación, de Hernán Valdés;
habrá fulgurantes apariciones —Stella Díaz Varín,
Mauricio Wacquez, Armando Uribe— y conoceremos a figuras con las cuales
Valdés compartió su juventud: Teófilo Cid, Nicanor
Parra, Jorge Teillier.
Fantasmas... se aleja de los últimos trabajos de Valdés
—la novela A partir del fin o la estremecedora crónica
Tejas Verdes— y deviene uno de los testimonios culturales más
apasionantes en torno a una época crucial de nuestras letras.
Es un tiempo, los años 50, 60 y 70, devuelto a la vida gracias
al estilo culto, divertido, agudo de este autor que nunca más
volvió a Chile desde 1974; a pesar de esto, sabe más
sobre nosotros que decenas de historiadores y parece ser, él
mismo, una biblioteca viviente de nuestro pasado cercano.
Estamos ante una narración donde se cuentan las aventuras,
las ideas, los sueños de estos inolvidables seres de carne
y hueso. Fuera de exponernos algo de su biografía, en verdad
casi nada, Valdés se borra del relato y haciendo gala de una
memoria prodigiosa, deja actuar a la vasta galería de hombres
y mujeres de fuste que forjaron nuestro mundo espiritual e intelectual.
Fantasmas... presenta una visión inédita en el
tratamiento de estos temas. Valdés no muestra atención
hacia la obra de sus colegas escritores, siendo evidente que domina
su producción. Lo que le interesa es la anécdota, las
relaciones amorosas, las redes interpersonales que se entrecruzaron
a lo largo de varias generaciones; el resultado es un tejido argumental
que expone a una sociedad que debe ser una de las más incestuosas
del planeta. En esos días, debió haber sido también
muy permeable, puesto que coexisten delincuentes o vagos con gente
del poder político y financiero, literatos frustrados o en
ascenso con sujetos de dudosa procedencia, individuos famosos con
una amplia gama de advenedizos, alcohólicos, pechadores.
Enrique Lihn, por ejemplo, entra en escena al promediar el primer
tercio del volumen y la historia finaliza cuando Valdés se
despide de él en la calle, poco después del golpe militar.
Sus tempestuosos amores, las peleas campales que libra con distintas
parejas, las complejas opciones políticas que adopta
ocupan numerosas páginas de la trama. Además, cada vez
que se encuentran, Valdés nos describe, mediante certeras pinceladas,
su voz, sus gestos, sus tics, su incongruente vestimenta, proporcionándonos
uno de los mejores, si no el mejor retrato escrito del poeta. Con
Jorge Teillier sucede algo parecido, aunque esta vez hay una desmitificación
de los versos láricos: la naturaleza, el paisaje, los pueblos
que evocan habrían dejado de existir a comienzos del siglo
XX y son sólo una fantasía para un vate esencialmente
urbano. Teófilo Cid, una de las leyendas terribles de la poesía
nacional, fue maestro y amigo de Valdés cuando ya comenzaba
su decadencia. Luis Oyarzún, quien hiciera tanto por la plástica
y las artes en general, es el más próximo a Valdés;
fiel a su propósito de contarnos las vivencias de estos caracteres
excepcionales, el narrador se detiene en las atormentadas infatuaciones
de Oyarzún por muchachos más jóvenes que él.
Fantasmas... constituye un tesoro de información, indispensable
para todos los interesados en nuestra literatura. Para el resto del
público también es, debido a su amenidad, un título
iluminador, refrescante, colmado de revelaciones.
Hernán Valdés:
Es autor de los libros de poesía Salmos (1954) y Apariciones
y desapariciones (1964), así como de las novelas Cuerpo
creciente, Zoom, A partir del fin y La historia
subyacente. Es autor, además, de Tejas Verdes, diario
de un campo de concentración en Chile, publicado en Barcelona,
en 1974.
Desde hace dos décadas vive en Alemania, luego de permanecer
varios años en Inglaterra y España. Nunca ha vuelto
a Chile.
Fantasmas Literarios. Una convocación.
Hernán Valdés
Aguilar, Santiago, 2005.
197 paginas