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UN ACERCAMIENTO A LA NOVELA “UN PEZ EN EL OJO DE LA NOCHE” DE
WÁLTER LINGÁN
Por Fernando Carrasco Nuñez
Un pez en el ojo de la noche (Lima, Arteidea editores, 2009) de Wálter Lingán nos presenta la sugestiva y dramática historia de Ernest, un joven columnista alemán y novelista en cierne, que desde la prisión, a la manera del protagonista de la novela El túnel de Ernesto Sábato, va reconstruyendo la historia de su crimen. No obstante, la historia de Ernest se configura también a partir de visiones violentas y eróticas, así como de sueños extravagantes y evocaciones infaustas que han marcado la vida del narrador autodiegético o protagonista. La novela se mueve en diferentes niveles narrativos. Por un lado percibimos a Ernest, en su celda, desde donde da inicio al acto narrativo, este nivel solo es percibido al comienzo de la novela, pero cumple su rol de presentar la historia y de despertar en el lector el deseo por conocer los pormenores del encarcelamiento del protagonista. De otro lado, nos encontramos ya con los recuerdos de Ernest que refiere su historia amorosa con Junia Ewen, una bella e inteligente mujer dedicada a la crítica literaria, y su posterior internamiento en un hospital de la ciudad alemana de Colonia de donde luego es traslado a un centro de rehabilitación para, por fin, llegar a su nuevo departamento al lado de Junia donde puede dedicarse a sus continuas lecturas literarias, mientras prosigue su lenta recuperación hasta el momento del develamiento del crimen. Este plano es el que abarca la mayor parte de la historia. De este segundo nivel se desprenden de manera fragmentada otros niveles en la narración, pues nos hallamos ante visiones y sueños que nacen de su vida de postración y convalecencia rodeado de enfermeras, su familia, su novia Junia y personajes oscuros y violentos como Bixente vinculados a grupos neonazis. Estas visiones y sueños se relacionan también con sus viajes al Perú, muchos años antes, al lado de su padre, con escenas traumáticas de su infancia y con pasajes de la historia de Alemania como el holocausto judío o la caída del muro de Berlín. Las imágenes oníricas que aluden al Perú nos permiten entrever un subtexto ideológico que denuncia la corrupción de los grupos hegemónicos y se solidariza con las clases seculares más oprimidas. Como podemos notar la historia general se constituye también de pequeños fragmentos interpolados que tejen una urdimbre particular y dotan de riqueza inventiva y variedad temática al texto. La sintaxis narrativa y el elemento onírico que muestra la novela de Wálter Lingán la relacionan con diferentes novelas contemporáneas como las del norteamericano Paul Auster o del japonés Haruki Marakami.
Otro aspecto importante de la novela que debemos resaltar es el complejo perfil psicológico del protagonista. Si seguimos la tipología planteada por E. M. Forster podemos señalar que nos hallamos ante un personaje redondo, entendido éste como aquel personaje que no muestra una personalidad definida, puesto que su caracterización va modificándose de manera casi imprevisible. En este sentido la imagen de Ernest se configura sobre la base de sus ideas sobre la literatura, la sociedad y la política que muchas veces se tornan contradictorias, sus manuscritos literarios y sus descripciones lúdicas y oníricas así como sus diferentes reseñas de las novelas que va leyendo. Pero principalmente ese rasgo imprevisible del personaje lo notamos en sus acciones finales que dan cuenta de un hombre atormentado por sus traumas y obsesiones del pasado que estuvo pisando siempre los bordes de la locura.
En el plano discursivo Un pez en el ojo de la noche está conformado de 28 capítulos. Como hemos señalado el primero nos introduce en la historia de Ernest quien dará inicio a sus evocaciones. Mediante la aplicación de la analepsis el lector irá conociendo la historia amorosa de Ernest y Junia, pero de pronto se produce un salto temporal en la historia pues, súbitamente, encontramos a Ernest relatándonos su traslado desde Cuidados Intensivos hacia la estación de cirugía debido a una parálisis generalizada. El uso de la prolepsis en la narración no resulta gratuito, pues en realidad lo que se busca es escamotear los motivos que llevaron al protagonista a esta horrenda situación, dato que no se llegará a conocer explícitamente a lo largo de la novela y que queda como un cabo suelto que invita a la participación del lector. Seguidamente la historia discurre dando paso constantemente a pequeñas historias interpoladas hasta los capítulos finales. Todo lo narrado en Un pez en el ojo de la noche es presentado mediante una prosa fluida, cadenciosa y tersa, pero que solo por momentos cae en el precisismo. Así mismo en el plano lingüístico la novela adolece de ciertos deslices sintácticos.
A todo lo señalado en esta breve reseña podemos añadir que esta novela de Wálter Lingán trata de enlazar dos tendencias muy notorias en nuestro canon narrativo. Un plano vinculado a lo fantástico y descontextualizado que recrea escenarios lejanos o simplemente inventados para ahondar en el mundo interior del protagonista y el otro que desarrolla la problemática política desde un punto de vista realista y crítico. Wálter Lingán logra un equilibrio en su novela, pues tal vez siguiendo a la bella Junia Ewen también considera que:
“La literatura tiene que ser innovadora, revolucionaria, en el sentido que debe destruir viejos mitos que no sirven para nada y crear nuevos. No interesa vender millones de ejemplares, sino dejar huella”.
Un pez en el ojo de la noche de Wálter Lingán, tal vez, no venda millones de ejemplares, pero tiene los méritos suficientes para dejan huella en nuestra literatura.