Conversamos con Ismael Rivera y Rodrigo Pereira, voz y guitarra, respectivamente, de Errante, banda que acaba de debutar con Desbautízame, un poderoso EP de seis canciones que se distribuye al interior de un libro de poesía que lleva la firma de Rivera. Si te interesa el cruce entre rock y poesía, esta banda es para ti.
— ¿Cómo nace Errante? — Ismael: Errante nace casi de casualidad. Una amiga me invitó a recitar a una feria que estaba organizando, Mejunje, en la cual había un poco de todo. Ahí estaba también invitado a tocar Rodrigo con su proyecto de solista, Fanga. Conversamos y tomamos chelas un buen rato. Después de un par de semanas, Rodrigo llegó a vivir a la casa que yo administraba, ahí nos reconocimos y me pidió mis poemas para musicalizarlos. Yo llevaba tiempo probando proyectos musicalizando los poemas, pero nunca cuajaban bien. Tenía el manuscrito listo para publicarlo, pero sentía que faltaba música para lo que decía. Y él ya había musicalizado poesía antes. A los tres días sale de su pieza con 15 de los poemas hechos canciones, y me voló la cabeza. Dijimos “vamos con esto” y se nos empezaron a sumar amigos. Ahí entró Paloma, la acordeonista, que tocaba en la banda anterior que tenía Fanga, Dark Side Of The Cumbia, y el Juan, amigo poeta que se adueñó del bajo y la segunda guitarra, y se armó el sonido base.
— ¿Cómo definirían su estilo y cuáles son sus principales referentes e influencias a nivel compositivo? —Ismael: Rock errante, jajaja. Influencias hay desde el folklore al punk gitano. Desde Víctor Jara y Gogol Bordello, hasta el rock más sucio de los 70, como Iggy Pop. El rescate que hace el Bloque Depresivo es la raja, y lo de 8 bolas con de Rokha una patada en el hocico.
—Rodrigo: Errante no tiene un estilo en sí, si no que los estilos se adaptan al ritmo que cada poema entrega. Personalmente, influencias inevitables son el flaco Spinetta, Charly García, Rolling Stones. Referente absoluto el trabajo que hizo Ferrer con Piazzolla, donde la música estaba al servicio de la letra. Los otros músicos de la banda también aportan sus propias influencias, y eso resuena en el sonido que se va armando. Desde Beirut gracias a la acordeonista, pasando por 2 minutos de parte del bajo, y llegando al jazz, con la llegada del Alex, que nos dio mucha frescura en la batería.
—Me gustaría que nos hablaran del proceso de composición. Entiendo que Ismael escribe los poemas y luego Rodrigo compone las canciones, ¿es así? —Rodrigo: Efectivamente. No existe un proceso pensado de antemano, pero para este disco, lo primero que hice fue leer el conjunto de poemas. Algunos de estos gatillaron inmediatamente sonidos en mi mente, donde la métrica fue haciendo de guía junto al contenido de los poemas.
Luego vino el trabajo junto a Ismael, de ver cómo su voz congeniaba con las melodías que yo componía (o sea, cómo le enseño a cantar a este weón).
—¿Cómo es que eligen los poemas que luego se convertirán en canciones?
— Rodrigo: Justamente, como te decía antes, aquellos poemas en los que existe mayor coherencia entre contenido y ritmo fueron los que inevitablemente fueron quedando. Los que no lograban esta conjunción, fueron quedando solitos en el tintero. La premisa inicial de Errante es devolverle el contenido a la música.
— ¿Cuáles creen que son las principales dificultades que se presentan a la hora de realizar este cruce entre poesía y música? — Rodrigo: De todas maneras, lograr que la música logre realzar el texto, interpretarlo a cabalidad. Las limitaciones técnicas, de instrumento, también son complicadas. Yo compongo con guitarra, y hay poemas que me pedían otros recursos sonoros más allá de la guitarra. Otra dificultad es encontrar a músicos que comulguen con la idea de no ser protagonistas, y de mantener una línea musical al servicio de los poemas, mantener la simpleza de la composición sin llenar de arreglos.
— Ismael: Para mí lo difícil fue lograr cantar lo que Fanga pensaba (o sea, cómo interpreto a este weón). Hacer que el canto o el recitar la letra no quede completamente separado de la música, si no que estas dialoguen de forma armónica.
—Desbautízame fue lanzado hace poco más de un mes, ¿cómo evalúan la recepción del público? —Ismael: La recepción ha sido positiva. Igual causa extrañamiento en la gente, eso de no saber por qué se recita. Se sorprenden también por lo variado de los estilos, ya que cada canción es bien distinta, a pesar del hilo que las une.
—Rodrigo: Buena. La variedad en el sonido creo que es algo que llama la atención, no deja indiferente. Cuando tocamos, la gente se queda callada poniendo atención a las letras, y creo que eso habla de que se logra el objetivo.
—¿Qué opinión tienen de la escena actual, donde el pop nacional parece vivir su mejor momento? —Rodrigo: ¿Su mejor momento? La industria independiente ha crecido, efectivamente. Hay más variedad de bandas, hay más posibilidades de grabar y de producir obras, sin tanto presupuesto. Sin embargo, hay pocas iniciativas musicales con contenido. Con esto no me refiero solo a temas políticos, pero la gran mayoría se ha quedado en una perfección del sonido donde la letra es un adorno, es puro artificio. Pongo como contrapartida algunas bandas pop de los 80, donde encontrabas sentido y profundidad en el decir, como Los Prisioneros o los Electrodomésticos. Con esto, no quiero decir que todo tiempo pasado fue mejor.
—Ismael: Creo que el pop, como siempre, sigue teniendo excepciones notables. Briceño, Fernando Milagros, Vilú, son bandas que se escapan de ese vacío letrístico, pero no hacen que la “escena” pop se salve. Sí seguimos encontrando esa riqueza en bandas que no caben en esto de escena pop. A menos que entendamos el pop como algo super amplio. Pienso en Tripulante de Soma, Ramírez Neira, la Asociación Musical Remolino en general, Ártica y las Magnéticas, por nombrar un par.
—En un contexto político social como el que vivimos, con la serie de escándalos de corrupción que han salido a la luz y la resistencia a las reformas sociales por parte de los grupos de poder ¿Qué rol creen ustedes que la música debería jugar en este escenario? —Ismael: Creo que si vas a hacer música con letras, lo mínimo es que esas letras digan algo, si no, mejor hacer música instrumental. En nuestro caso, Errante hace crítica, denuncia e invita a ver y hacer las cosas de otra forma, alejados del sobajeo mafioso, rechazando las relaciones utilitarias y pensando más en el apoyo mutuo, en la colaboratividad. De hecho, iniciativas como Asociación Musical Remolino entienden la labor social del músico. Cumplir un rol en acciones barriales, organizarse, abordar la enseñanza de la música como gesto de resistencia. La música debe ser más que solo tocar.
—Rodrigo: La música independiente tiene el deber de participar en este contexto. Denunciando incluso su propia realidad. Donde instituciones como la SCD no cumplen con lo que prometen ser, incluso favoreciéndose de conceptos tan criticables como el derecho de autor. Además, hay que considerar que con internet el derecho de autor ya está fuera de forma. Hay iniciativas como Creative Commons donde puedes compartir libremente tu trabajo, sin que quede de lado tu autoría.
—Nómbrenme tres proyectos musicales actuales a los que el públicodebería prestar atención
La oficina del sueño, porque han sabido trabajar conceptualmente el imaginario de las letras de Francisco Lillo, tanto musical como audiovisualmente. Es una música que logra generar emoción, conmueve.
Miguel Ángel Candela. Músico electroacústico, que ha levantado el género en el país, pero aun así no tiene el nivel de difusión que debería tener en la escena independiente. Él hace de puente entre la academia y lo popular. Un capo. Poetas Marcianos. Por el impacto de ver a poetas convencidos de su propuesta. Generan un tipo de hipnosis, te cagai de la risa, tienen discurso potente. Te envuelven con la propuesta que tienen, electrónica-bailable-crítica-espacial.
—Nómbrenme tres libros de poesía a los que la gente debería prestar atención
Sospecha de nada (Gramaje Ediciones), del Francisco Martinovich. Un poemario seco y tierno. Los poemas te agarran fuerte, imágenes que te dejan con una pena tremenda. Son simples en su composición y súper densos en el contenido. Paralogismos de la sombra sin mundo (Ajiaco Ediciones), del Fabián Burgos. Son poemas que recuerdan a de Rokha, intensos, desgarrados, repetitivos musicalmente. Además son profundos filosóficamente, y reflexionan con el sonido de las palabras y su significado.
Sacar a 200, (Ediciones Askasis) del Marcelo Valdés. Son poemas sin pretensión, en el mejor sentido de la palabra. Te sacan carcajadas, lo que es muy difícil de lograr en la poesía manteniendo un contenido.
Y hay un libro que me gustaría leer, pero ella no publica. Así que dejo la invitación a que vayan a verla en vivo. La Coté Avello es, hoy por hoy, la mejor poeta que uno puede encontrar para escuchar, por lejos. Recita con una fuerza que deja helado. Es imposible que los ojos no se te llenen de lágrimas por la emoción y rabia de sus versos. Un discurso marcadísimo, lúcido en su criticar.
—¿Qué planes tienen para el presente año?
Vamos a grabar el disco. A los seis temas de este EP, le vamos a sumar 6 más, de poemas que no aparecen en este libro. Lo sacaremos con Remolino Discos.
www.letras.s5.com:
Página chilena al servicio de la cultura dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Desbautízame: un disco que es un libro, un libro que es un disco
Por Luis Cruz
http://ballantinesrecords.cl/