En el nombre del padre
            Tú que quitas el pecado del mundo:
              ten piedad de los otros: defini-
              tivamente creo existes, de ex - sistere: 
              estar fuera: conforme con lo cual voy 
              a exigir siquiera el pan: papá fue hoy
              como hijo, flores en las manos, al 
              cementerio y no halló la jardinera 
              en el mármol negro donde la lápida de
              su padre: debió pintar, naturalmente, otra 
              de blanco y en color grabar el apellido: es
              la ilusión, sin embargo, el caso se revierta: 
              existan las causas generadoras de dolor
              y dejes tú, en cambio, de hacerlo, de suerte
              tal las plegarias se perpetren: lo mismo
              va para la muerte, a pesar de la sintaxis. Sea
            
                              
            Interacción comunicacional
            Sí, dijo esa noche con el vaso  de ron vacío, después de
              la conversación que  derivó en temáticas no adecuadas
              para el fin sexual  que la reunión tenía como propósito:
              porque después del  diálogo, después de comprar el diario 
              de madrugada al  chico de 6 años, después de años de
              no comer monedas de  chocolate, después de ella y de mí
              es decir después de  nosotros que parecíamos para siempre
              la idea de llegar  hasta su cuarto a desordenar las sábanas
              empezaba a  convertirnos en objetos: quizá por eso la deci-
              sión de tomarla de  la mano en calle Mitre y caminar hasta
              Alem, para subirme  al colectivo y dejarla ahí en la esquina
              parada, diciendo  ahora con la mirada un auténtico sí,  un sí
              legítimo: el sí que había sido no empezaba, con sus íconos
              gestuales o  metalingüísticos, en el momento menos indicado
              a ser sí: la palabra del otro, el habla ajena  introducida en otro
              contexto, sea cual  fuere la exactitud de su transmisión, se ve
              sometida, siempre,  a determinadas modificaciones semánticas:
              cuando yo recupero  el sí que dijo, inevitablemente dejo fuera
              una constelación de  lo que también dijo con sus ojos: quiero 
              decir que el  lenguaje nunca tuvo la facultad de ser la forma
              absoluta del  pensamiento: lo supe después, cuando ella quedó
              sola en la esquina  diciendo sí, mientras yo me  preguntaba
              sobre la ventanilla  de la 500 cómo se lee una mujer
            
                              
            Asma
            Intentando saltar el alambre en 1988, la línea  divisoria
              empezaba a recorrer el camino hacia la  cicatriz, la
              marca para siempre, con todo lo que para  siem-pre
              implica: suturada una vez la herida, se pretendió  que dos
              partes desiguales fueran convocadas en una integridad
              armónica: la conciencia debida que una línea  divi-
              soria merece no fue considerada: una simple cicatriz  pero
              detrás se oculta y se muestra a la vez una  causa, el sistema
              de condicionamientos que contextualmente  operaron para
              que ahí las cosas no quedaran iguales: un  componente más
              en el proceso de gestación de la identidad:  una huella que
              no es más que otro lenguaje: porque nadie es hasta que abre
              la boca o la letra, y cae en el abismo, la  abertura por la distancia
              el no puente, y siente al caos en carne  viva, tras el esfuerzo y el
              dolor, el esfuerzo y el dolor de intentar decir y caer y caer y venir
              a darse cuenta de que el grito sería más: entonces  el lenguaje se
              vuelve cicatriz, lugar que siempre será un límite,  a la vez que
              marca que quema, individual, intransferible,  entre la ima-
              gen objetiva y subjetiva del mundo, un camino  imposible, un
              surco que marca un no camino, una construcción  equivocada
              insuficiente: una auto-herida que el hombre se  ha hecho
            
                              
            El ella real
            Decididamente sintomáticas y divididas mi  mente y psique
              por el límite producto de la involuntaria  violencia 
              ordenadora que estructura y jerarquiza sin  tenerme en 
              cuenta, y sin piedad ensueña y golpea, golpea  y ensueña
              al punto tal de dolorosamente situarme a luz  plena subalterno
              indefenso frente al ella real y la pre-mujer,  temporalmente frágiles
              ambas; desesperadamente amando no la  totalidad sino mínimas partes:
              me refiero claro a ésta que no es no es: y no  es: que canta no cantando
              cuando extiende y no extiende sus manos que  no son manos y
              las abre cerrándolas para despedirse sin irse  ni haber llegado
              para luego finalmente lejana hacer las  típicas señales del adiós
              hasta que yo mucho más allá de lo  inevitablemente preciso
              incierto como la letra, como lo oscuro a los  ojos, vuelvo arrodillado
              a la construcción escritural, a dar sentido a  esta vida, fundando un
              territorio en el que comprensión y pregunta  se desleen: como aquélla
              que ni canta ni extiende ni cierra ni abre  porque no hay ni canto ni
              llegada ni manos para las típicas señales del  que puede partir:
              han fundado una y otra dialógicamente dis-cordia en mi pobre corazón
            
                              
            † Nihil aut de gemina elegeia: funus æ† 
                                               
                                               †
            Después de todas las teorías, Caroline
              literarias, después de todos los
              movimientos de avanzada, ahora, septiembre
              dos mil seis, ahora, que la litera-
              tura no existe, ahora, que el poema se nos  vuel-
              ve tan íntimo, porque, repito
              hoy, ahora, la lit no existe, elijo el poema
              para construir, así en la forma
              como en el fondo, este signo, estético, que
              muestra la nada que hay, hoy, en sus prin-
              cipios, lo imposible que se vuelve el verso
              para arar con el lenguaje la re-
              presentación, Caroline, de tus ojos, fe-
              roces, por ejemplo, regresando
              mansos, al presente, de las drogas; un a-
              gravio, una imprudencia, un ultraje, el tu-
              yo, Caroline, dejarme, así, como si nun-
              ca, así, como si nada, así, como
              hoy la lit, de suerte tal que deba, en  nuestros
              tiempos, recurrir a esto, lo que, ahora
              septiembre, dos mil seis, no es, meramente,  más
              que, de momento, cicatriz, recuer-
              do, esto que, hoy, no es, repito, ahora,  septiembre, nue-
              ve, dos mil seis, cuando la lit no exis-
              te, y yo me lo apropio para, con la forma
              decir, también, no hay, no queda, acá, nada
                                           †
             
            De El  ella real (2009)
            
                              
            Hysteron
            Tendida en la  tierra, rodillas al cielo, como
              convexa contra el  mundo, ve, lejano, detrás
              del rostro  interpuesto, difuso el cuadro por
              las lágrimas  propias, el rehilar indiferente de
              los astros en lo  oscuro: en la unión de las
              extremidades  inferiores se encuentra el hueco
              donde el macho  pondrá por amor o por fuerza
              semillas de vida  (de cada tres mujeres: una: 
              no ya la ruinosa  cifra del mundo: de cada tres
              mujeres: una: va a  repetirse este patrón, según
              encuestas  invariablemente: de cada tres
              mujeres será una  violentada, basado el caso
              en el hecho sólo de  su sexo femenino): tendida
              en sábanas,  rodillas al cielo, como convexa
              contra el mundo,  ve, difuso el cuadro por las
              lágrimas propias,  el rostro que la asiste detrás
              del mínimo cuerpo  que ensangrentado se interpuso
              tras dejar, también  los ojos inyectados en agua, la
              noche oscura del  vientre: entre aquello que no
              termina de morir y  su sí mismo que no termina
              de nacer: una  mínima vida asomada a la vida
            
                                  
                              
            Escrituras
            Ha de haber ido conociéndola, bajo este cielo  cívico
              cada día, ha de haber ido intentando ir conociéndola
              cada día, bajo este, y no otro, cielo cívico:  la que está
              muriendo: pareciera dios no puede ya consigo  mismo:
              Simón Pedro dijo: <<¿adónde vas?>>, y respondió:
              <<no puedes, a donde voy,  seguirme ahora>>. Pedro
              entonces, preguntó: <<Por qué no puedo seguirte ahora?
              Daré mi vida>> y respondió: <<¿Darás, tú, por mí la
              vida? No cantará, te aseguro, el gallo antes de  que tres
              veces me hayas negado>>: tenía, bajo este y no otro
              cielo cívico, una decisión política tomada: no  estrellas
              sino una pared “cuando el cáncer y la  desocupación
              vienen juntos: persecución política: niegan  trabajo y
              ayuda, dos discapacitados, en la indigencia  forzados a
              vender su casa, pruebas a la vista aquí ahora”,  de espalda
              al mar, bajo el cielo cívico de esta no tajamar  sino costa
              del Atlántico vuelta rédito plusválico: y dios  que ahora
              no puede consigo mismo: (…) a Simón Pedro: <<Simón
              hijo de Juan, ¿me amas (agapás) más que estos?>>, y
              Simón: <<Sí, Señor, sabes que te quiero (philo)>> 
              (…) volvió por vez segunda entonces: << Simón, hijo
              de Juan, ¿me amas (agapás)?>>, y Simón respondió:
              <<Sí, Señor, sabes que te quiero (philo)>>. Por vez
              tercera, entonces, preguntó: << Simón, hijo de Juan
              ¿me quieres (phileis)?>>, y por vez tercera, Simón:
              <<Señor, lo sabes; sabes que te quiero  (philo)>> 
            
                              
            Soler 618
            A juzgar por prejuicio o por mandatos  establecidos
              hubiera jurado eras analista, secretaria,  mujer de
              empresario, corredora de bolsa, doctora; sin  embargo
              evidenciando tu no ser de la ciudad, o bien  poéticamente
              embelleciendo la culpa, la vergüenza, soles a lo último 
              dijiste, porque hubiera semejado, en tu voz,  al estruendo
              del trueno o la ráfaga de rayo Ballantines night club, Jac-
              queline: estás quebrada. Porque nadie va a  pensar qué pasó
              por tu corazón para que volvieras mercado tu  cuerpo ni qué
              cuando la no correspondencia entre forma y  fondo quedó des-
              cubierta, y devino la mujer que ahora te  habita: estás social-
              mente quebrada, Jacqueline. Ninguno va a  escuchar que estabas
              cansada de la espera en hospitales públicos,  urgida por el ácido
              en la sangre, que sólo querías cobertura  social y mantel dignos
              que el sacrificio está destinado también a la  cirugía en Chile
              y a tu tan  necesaria luna, blanca, en polvo sobre la mesa
            
                                  
                              
            Oración a Karl Marx
            El caso es que no puedo ni más empobrecerme ni
              con mis contradicciones: no voy esta vez a  pedir
              dejar de padecer la plusvalía esta de cada día  ni
              evitar enajenarme, así en lo real como en la
              consciencia; sin ir más lejos “trabajo”,  siendo
              apenas un número, “que les dean trabajo”, hoy
              dijo el 054, denunciando la naturaleza  exclusiva
              del acceso a la lengua (ácido de la ría hizo  la
              zona industrial, y malformación en los peces:
              dejaron el agua y tomaron el fuego los  pescadores
              artesanales: barcos enormes, de enormes  capitales
              capturan la fauna con métodos de avanzada allá
              en altamar). El qué de mis palabras es como  rechazo
              abrir de un tajo incluso más vacío que el  lenguaje
              un espacio irrevocable entre esta escena que  hoy
              habito y la alta clase, para, en lo moral como  en lo
              político, sentirme liberado de esta dinámica  económica:
              lo que antes camino y vista al paisaje, ahora  enrejado
              y cientos de containers más control de prefectura (ni
              gaviotas en el cielo ni cañas en muelle:  manchas
              industriales oscuras, feroces flotan sobre el  agua
              como aquellos que a lo lejos conquistan la  marea
              sometiendo a los peces y a las lanchas en el  puerto)
            
                                  
                              
            Oración
               
              viene del norte,  padre nuestro, pero hay mucho
              del sur aún: que  estás en el cielo: y una carencia:
              santificado: en los  vínculos primarios, empobrecido
              por tanto, a la  intemperie: sea tu nombre, venga a
              nosotros la paz: de  tanta plusvalía: y hágase- aunque
              me cueste- tu  voluntad, así en la tierra como en el
              cielo: fueron  demasiado las palabras para ella; no
              entendí: perdona  nuestras ofensas: que su infancia
              fue abusada: así  como nosotros perdonamos: y mi
              entrega como pan: a  los que nos ofenden: para siem-
              pre fue también  demasiado: junto entonces ahora las
              manos: no nos  dejes: porque es mucha la carga: caer
              en la tentación: se  me ha hecho un silencio: y líbranos
              del mal: por tanto  filo hundido: amén: alégrate, María:
              y un viento  pareciera: llena eres de gracia: que ni un
              pájaro: el señor  es: en el aire y: contigo: ha hecho, en
              fin, su trabajo sin  embargo el corazón: bendita
              eres entre todas  las mujeres: para fundar vida: y
              bendito es el fruto  de tu vientre: y ahora que entiendo:
              santa María: que  fue temprano: madre de dios: vi-
              olentada su  entrega: ruega por nosotros pecadores:
              no encuentro el  camino: ahora: no puedo: y en la hora:
              interrumpir el  pensamiento: de nuestra muerte: amén
            
                              
                                   Kénosis
                                           †
            No lo inefable en  cuatro letras, no: Barbeló
              Yahvé, Zeus =  Deus = Dios, no. Dijo amor
              y no entendieron:  Sanedrín: transcripción
              del griego synedrion, presbyterion, ‘cuerpo
              de ancianos’ y gerousia,  ‘senado’. Blasfemo
              se dijo: oculto en la noche el interrogatorio
              no fue sino un  perfilar cargos hacia la pena
              capital, y el praefectus: ‘hasta acá la vida’:
              en el Gábbatha:  insuficiencia hepática y dis-
              función renal a  golpe de flagrum, afecciones
              neurálgicas,  excoriaciones en los hombros
              por el madero horizontal (hay elementos
              que indicarían en cuanto a la legalidad del
              juicio error judicial): 500 metros hasta el
              Gólgota desde el Pretorio de Pilato
              (Bienaventurado el hombre de Cirene
                  llamado Simón / porque él no buscaba a
                  Dios y se lo encontró / en qué monte en qué
                  valle en qué epifanía / en la desgracia en la
                  desgracia del mismo Dios / iba pasando y le
                  echaron la cruz encima/ bienaventurado ese
                  desgraciado bajo la cruz / porque él quiso
                  escapar pero ya no quiso / porque él no
                  buscaba a nadie y se encontró a Dios / en
                  la desgracia en la desgracia del mismo Dios):
              en los metatarsales segundo y tercero clavos
              ya colgado en el palo vertical, asfixia por los
              brazos extendidos, en la cavidad pleural fluido
              hemorrágico a punta de lanza: un pájaro quieto
              atrapado entre clavos: Iesus Chystus Rex
              Iudeorum: Kyrie, eleison, Christe,  eleison, Kyrie
              eleison: danos hoy nuestro amor de cada día
                                              †
            
                              
            La guerra en que andamos
            Más que casi todo nos faltábamos: éramos lo
              urgente. Pero nos involucramos, quizá sin
              saberlo, en aquel juego, e hicimos manifiesta,  de
              la noche al sol, nuestra incompetencia en  materia
              de conciliar estructuras, la tuya y la mía,  afectivas, y
              volvimos des- trozados a esta realidad que  convocamos:
              tornamos necesario lo contingente: no  contemplamos
              esta partida en la que lo único invariable  fuera el sinretorno
              el cada quien en su sino, ajeno, distante:  este apocalipsis tras
              encontrar la escena montada de fracaso.  Empobrecerme, claro
              de tu tacto cotidiano, después de haberme,  Julia, tanto hundido
              talado sin vos, adquirir la siempre costumbre  de ya irme fue
              la única y más sincera maniobra en esta ahora  guerra y no
              juego. Vas, desalma, en mí como filo de lo  real
            
                              
            Como un portazo,  como un golpearse fuerte de
              la puerta: eso que  al parecer era la puerta y que
              al cerrarse  decididamente como una puerta con
              violencia clausuró  un espacio: lo que era, lo que
              parecía ser aquel  conjunto sólido, aquella masa
              con la que estaba,  con la que parecía estar dis-
              puesto el cuadro  del que incluso también yo era
              parecía ser, parte:  la pared, el piso mismo donde
              estábamos, donde  estuvimos, donde parecimos
              estar de pie: me  refiero a mí y a ese ella tan am-
              biguo hoy, que  antes identificaba con una voz
              y unos ojos  respectivos: ese complejo de datos
              ese compuesto de  materia al que aporté, lo confieso
              más de la cuenta:  más de mí que de vos, Caroline
              y que di en llamar  Caroline: este dispositivo absurdo
              casi tan vacío como  tus gestos de ternura: después
              bajar los párpados,  mis párpados bajados para que
              lo compacto, lo  homogéneo en apariencia, empezara
              a resquebrajarse:  esta torpeza tuya en el proceder
              Caroline: tu optar  por el mar cuando dijeron cáncer:
              se dio vuelta, en  efecto, el viento: nombrarte
              intentar nombrar  esa imagen sustitutiva y difusa
            
                              
            no diré: fluye suave hasta que mi canto  finalice
              ni veo el muro de Saint Magnus Martyr ostentar
              su esplendor de blanco y oro jónicos: esto no  es
              el dulce Támesis: es Bahía Blanca, Buenos  Aires:
              una ría destruida por la zona petroquímica, y  ahora
              cáncer acá en los pulmones y asma en la  infancia: da
              la ría, sí, a la  mar, pero ella misma también es el morir
            
                              
            gente que espera,  un mínimo decorado de plantas
              revistas sobre el  vidrio de la mesa, telas ajustadas
              donde hubo cabello:  pareciera el color un modo de
              resistir al claro  hospitalario: acorde a las paredes
              hay también un  hombre: no fue un mal sueño esto:
              es la clínica y  está de pie el oncólogo: C. P. :  grado
              cuatro: (en  números) 4, (en letras) cuatro: no queda
              ningún margen para  interpretar: fue a quemarropa
              sin clase alguna de  piedad: fue todo miseria, de un
              pleno vaciado  afectivo: no habrá tampoco ningún
              cuerpo azul, lleno  de grasa y sangre llorando al ver
              el mundo: 200 mg en  píldora de una toma rasparon
              el óvulo alojado:  fue íntimamente abrasivo, a destajo:
              en veinte  milímetros anunciando el sonido algo como
              etimológicamente  una metáfora nuestro amor: va ella
              ahora haciéndose  hacia el mar, haciéndose a sí en su
              hacerse hacia el  mar, hacia la arena del centro turístico:
              vendrá, Caroline,  entonces la muerte y no tendrá tus ojos
            
                              
            todo podría haber  quedado sencillamente en el
              blanco del  comienzo: pero esta insistencia, este
              filtrarse como en  sueños: cada mundo posible de
              mi lengua materna  está comprometido: los motivos
              fueron íntimamente  personales: el hecho es que
              fue nuestra la  voluntad de traer hasta nosotros la
              miseria más propia:  a consciencia clara hicimos
              esa basura de  diciembre: y ahora este destello
              Caroline, de luz  irreversible: así en tu cielo como
              en el mío hay pájaros  repartiéndose, pero es cívico
              el que habito y  ninguna ave marina va a cruzarlo:
              la verdad hoy son  tus huellas, el agua que va leve
              a morir en la  costa: tu andar entonces es el reverso
              la mitad del  corazón que exige alejarse de noticias
              en las que va a  aparecer no sólo la palabra sino el
              cáncer mismo,  diseminado ya de los pulmones a
              la totalidad del  organismo: la otra mitad fue mera-
              mente imaginaria:  tu posibilidad fue sólo un centro
              turístico: ciento  veintiséis kilómetros al norte de la
              clínica y ni una  palabra para regresar de esa imagen 
             
            de a-letheia / ramalaje (2012)
              Si hubiéramos al menos ayer asumido que
              no es que fuera el  desencuentro de las partes
              las nuestras, en sí  desmedido sino que guardaba
              la proporción  posible, pero en relación a hechos
              en tiempo y espacio  alejados del vínculo, el nues-
              tro: no hubiera  venido, entonces, después de quince
              o veinte años, a  dar con esta imagen que logra hacer
              que entienda el por  qué de la mínima esfera desde
              la que es ordenado  el diseño previo al armado: dieci-
              siete árboles en  relación de profundidad, no más que
              pasto a cada lado:  imaginaria al medio de esta lámina
              una línea, vos del  lado izquierdo, simbólicamente el
              corazón entonces,  al otro lado ella, de un tono que no
              coincide con el de  otro tiempo: vi el rojo casi negro
              esta misma tarde,  de la sangre bajando por las piernas
              a fuerza de golpe,  anunciando terminado el embarazo
              y una mujer, por el  oro, de la edad tercera, en el suelo 
              jurado con amor hace  años, madre de dios, ante el altar:
              vine a comprender  también el estatuto azulado que
              adquieren las cosas  a lo lejos: no vi la imaginaria, y
              es que hay, sí, la  tal línea, pero doble, paralela y con
              andenes: si hubiera  al menos estado a nuestro alcance
              asumir las  dimensiones propias de la historia, o bien
              que  irreparablemente fuimos un fracaso, pero bello
              al fin: seríamos  dos en este cuadro, probablemente
              hundidos en una  intermitencia, y no tan sola vos ahí
              hacia lo que, fundido  con lo azul, pareciera algo como
              una cumbre: vos  marchando, Claire, hacia donde fuga
              el paisaje, donde  cerro, pino y piedra, sin solución de
              continuidad,  se ven, sin embargo, a misma altura, juntos
            
                              
            la poca alma en queda, la queda,  rota, pues
              tras el venido apague en tres am sobre el al-
              ma, alma de lo amado en queda ahora: sým-
              bolo de una Grecia antigua, la bella antigua:
              a caer lluvia, caída al fin, gotas, tal como si
              cuentas, tal cual perladas cuentas sucesivas
              cuentas cultivo en la infancia vistas, cuentas
              a saldar incluso de la infancia, interrumpida
              una infancia a saldar, la infancia: en rejas  hoy
              detenida, tras caer, tal estalagmitas, en  queda:
              gotas tal el alma acaso, tuya, mía, tuya y mía:
              oscuro el fondo un cielo, el cielo oscurecido 
              por Hystan Hugh en duelo, median detenidas
              tal lo ya caído, gotas a caer que caerán al fin
              en su caer, el caer, el dar al deshacer, el  des-
              hacerse al fin en impactar, un violento impacto
              el violento impacto que deshace: absoluta, pues
              la incerteza esta de tener por absoluto un no  saber
              el no saber, tal la única certeza: aplasta,  solápase
              a tiemp, min, seg: recíbese un impacto, el  impacto
              el impactar a la intemperie, tal Phlebas el  fenicio
              en su yacer de días, ya días el yacer de  Phlebas
              el fenicio, en que olvida el grito de gaviota,  los
              gritos de gaviotas, el hondo marítimo en oleaje
              de mar oleado en olvido, el olvidado mar por
              Phlebas el fenicio, que olvídase también al  punto
              casos relativos a pérdida o ganancia: una  corriente
              la corriente submarina, suave, ha recogido sus  restos
              los restos de Phlebas el fenicio, quien hace  días yace:
              la mar en baja o plena su vejez atravesó, su  juventud
              las de Phlebas el fenicio, en tristes  remolinos: acaso
              quien gira la rueda, quien hace girarla, quien  gírala
              y avista vientos contrarios mientras piensa en  Phlebas
              semejante la belleza, Materna, a la tuya,  contraria tal
              los vientos avistados por quien piensa en el  yacido 
              tras guardias de ceniza, mis guardias de  ceniza, las
              mías, de memoricido por las tres am: no pájaro  que
              tal cual Phlebas el fenicio yace: sé en mí, tal  cual
              un Bennu egipcio, el Bennu egipcio, antiguo  Bennu
              egipcio, de donde acaso fueres: sé en mí, sé en  mí 
            
                              
            tal cual quien  busca en Claire a Claire, erígese confuso
              en volumen un  deseo: confuso el deseo en volumen que
              se erige, hundido  en un fracaso: húndese en plural fracaso
              quien búscala,  quien urde tal suceso, y en Claire a Claire
              no lógrala: quien  urda una busca, la busca, buscárela acaso
              y en tal suceso  diera con el sino, la busca en sí, y no hallare
              lo ya urdido: pues  no descansa Claire en Claire, el siempre
              sino este, de  Claire sin Claire: hállese donde acaso fuere:
              sea Claire lo  visto: bellamente diose al ver, al avistar: lo
              avistado bello, lo  que hase avistado: avístase aun tal cual
              refucila Claire, el  avistado refucilo de Claire intempestiva
              en esto que  desarróllame acá como consciencia: este: diose
              en tiempos Claire,  inextricable sino, al modo en que huye
              lo que acaso era  firme: en siempre estalle un salvaje mundo
              salvaje el mundo y  tan profundo en nosotros habitados tan
              de ensueño: eidos  mismo del ensueño, fracaso siempre en acto
              el siempre acto del  fracaso sucesivo: horror que cae, el que cae
              en cavidad junto a  la lumbre tras el paso por jardín fundando
              en deudas, el  jardín fundado en deudas: fúndase un estallo
              en tonos varios,  pagos de la siempre deuda: sostiénese este
              amor en queda, tardo  hálito amado, tardo el quedo, un hálito
              extinto, el tardo  extinto este quedo amor de estallo en tonos
              varios sostenido:  fuera dulce acaso el tiempo en vista, nieve
              sin caer, mientras  su lado, pasible el lado suyo de avistarse
              en contrarias  formas a, blanda, la nieve: negro un mármol
              y contraste en  tonos varios en que dase a espectar la nieve
              imaginaria: nieve  inverosímil ante sol que huméala, pues
              en gotas inauditas  de rocío, quietud que sigue al aguacero:
              otra vez regreso,  tentando torpe el regreso a tu lado otra vez
              regreso a un lado  en que no hay tu lado, hay la calle inhóspita
              sin puertas ni  ventanas donde tiembla mi habituado corazón
              en espera dase a  temblar: el corazón que tiémblame, donde
              no hállase lo  urdido, la espera de la mano, hállase en la espera
              mi habituado  corazón, de una mano, singular espera de tu mano
              tal cual quien  búscala en Claire a Claire, mi corazón espera ya
              desesperado a la  intemperie, la intemperie pues que lluévelo
              dans il pleut,  sobre la vida, en lo apagado: tu mano ahora en
              mnémicos fulgores  retentivos, súbitos retales de lo amado que
              no es ahora sino en  la distancia, tal cual Ophélia sobre un río
              el río regro en que  Ophélia pasa como un bello lirio triste, tal
              un fantasma bajo  lluvia intempestiva de hora cero este veinticuatro:
              rompe el nuevo día:  hay vacía la ciudad, no un febril comienzo, el
              febril comienzo  acostumbrado en que dase el murmullo de la vida
              tal cual Ophélia  hermosa donde en agua se desliza lenta, tan lentamente
              en doble sueño  suave arrastrada por un río negro, el negro río que
              arrástrala, su  frente en sueños, la suya, de Ophélia en sueños como
              lirio sobre la  marea: ella, tal cual Ophélia previo al doble apague
              tal cual Ophélia  antes de su frente hundida en sueños: estanco sueño
              de la vida que  transita lentamente como lirio en sueños sobre un río
              el negro río en  contrarios modos a la nieve tarda, tal cual ya tardo un
              rostro en que pasa,  el tardo rostro en que pasa, estanco, como un lirio
              lento que flota,  tan lentamente, ya hundido y tardo el sueño de la vida
            
                              
            tal cual Ophélia  sobre calmas aguas, lenta
              como un gran lirio  flota, tal cual un lirio, el
              lirio, tan  lentamente en su flotar, recostada
              flota, pasa Ophélia  hace tiempo, tal, blanco
              un fantasma blanco,  el fantasma blanco, pasa
              por un gran río  negro, el río, en que luce suave
              su locura suave  Ophélia, la suave locura: en un
              mundo, el mundo,  donde llueve, dans il pleure
              tal cual cae en un  corazón la lluvia, en el mundo
              el corazón en que  llueve: despliégase un antiguo
              sýmpatos, el  sýmpatos de la bella antigua Grecia
              por la frente de  Ophélia llena de sueños: mínimo
              un temblor, el  mínimo temblor en que sáfica abre
              Ophélia, mientras  despierta de un sueño, el sueño
              Ophélia, los ojos,  los suyos, sus ojos, al punto que
              cae, cuando sáficos  abre Ophélia los ojos, miterioso
              áureo un canto, el  canto, de los astros tal cual nieve
              sin misterio que no  cae y cae en su tristísimo no caer
              de nochebuena  absurda sin cordero, hossana ni piedad
              tristísima, tal  cual Ophélia en sueños arrastrada por un
              río, el río negro,  tal un escrito, construido mar que rom-
              pe nuestro corazón  acaso, tuyo, Claire, mío: y es que un
              día no de abril,  sino julio, nueve sobre tres am, un pálido
              el pálido, tal la  recién nacida hierba, fundíaste en él como
              sobre fuego, nieve:  ahogábase, terrible, tu palabra, mi pala-
              bra, ante un apague  intempestivo, el intempestivo apague
              nuestro, tuyo, mío,  de párpados: párpados que ciérranse
              en doble noche,  contrario a párpados que ábrense ante el
              masivo hueco  doloroso de lo ido: acaso si flotaras como
              Ophelia, tal cual  un bello lirio, y por flores volvieras un día
              no llovería, Materna,  en el mundo, tanto como en el corazón 
             
                                                                    de Materna (2013)