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POESIA
DESCLASIFICADA 1973-90
Gonzalo Contreras (el Malo)
http://poeticasdechile.blogspot.com/
Por
José Ángel Cuevas
Lo que habría que agradecer a Gonzalo Contreras es no haber
dejado en la Nada, como tantas cosas y objetos perdidos, aquella escena
post 73 -90, la poética que partió desde el Vacío
en un país.
¿Habrá que repetir la visión de una ciudad Ocupada
por los regimientos, con todos los derechos anulados,
¿recordar la Vida en Toque de Queda, allanamientos masivos,
y cantar a la fuerza "vuestros nombres valientes soldados..."
?
Aquella otra vida de líneas poéticas, revistas, polémica,
pensamiento, con la presencia de Neruda, Parra, los jóvenes
Lihn, Teillier, Waldo Rojas, Hahn, Escuela De Santiago, Millán...
Titho Valenzuela, Grupo Trilce, Arúspice, etc.etc, ese espacio
bello y fecundo: Cayó y rodó.
Casi todos se fueron al exilio. ¿Qué pasó después?.
Me pregunto qué hubiera sucedido con esa generación
de poetas si no hubiese acontecido esa tremenda catástrofe
nacional.
Yo mismo formo parte de quienes habían comenzado a escribir
a fines de los 60. Pero no estuve conectado a nada. Por lo cual no
conocí a nadie. Sino a mis amigos del "perraje del pedagógico".
Mis verdaderos compañeros, con los que empecé a juntarme
fueron aquellos jóvenes que de la Nada comenzaron a montar
una escena. Tote España, Bruno Serrano, Gregory Cohen, Díaz
Eterovic, Teresa Calderón, Natacha Valdés, Carmen Berenguer,
Jaime Lizama... Horacio Ahumada, amén de César Soto,
Rodrigo Lira, Zurita, Martínez, Quezada, Floridor, Hernán
Miranda, Palmira Rozas.
No se trata de poesía política en el sentido más
bajo sino una escritura distinta, corrosiva, hecha de happening, teoría
del arte de los 60, o textos de una violenta subjetividad de la Polis
intervenida.
Todo lo que había terminado esa germinación de formas
de la cual Raúl Ruiz es un ejemplo vivo.
Escribir al interior de una Dictadura. Cierren los ojos y piensen
en la vida de Alemania desde los años 38 al 45, en la ocupaciòn
militar de París...
A mis amigos los recuerdo en la Sech, con sus libros a mimeógrafo
como el mio de 1979 "Efectos personales y dominios públicos"
amarrado con alambres, llevar los originales al Edificio Diego Portales
(ex casa de la Juventud Gabriela Mistral durante Allende) y dejarlo
allí con un sargento, volver al mes siguente y escuchar la
palabra "negativo" "hay que cortar ciertas partes,
tiene que volver".
Es para la risa. La Sech como un increíble refugio lleno de
jóvenes y saltimbanquis como dice Giaconi, pero también
la Stela Díaz, el Chico Cárdenas, Coloane, Sánchez
Latorre... Todo aquello provocaba un tremendo afecto, la solidaridad
era la palabra más usada, en un cierto sentido de heroismo
de estar allí. En esa especie de reconstrucción tiene
un lugar el movimeinto poético del Sur, de Valdivia y Chiloé,
unos encuentros entrañables junto a la leña de las casa
de Trujillo y Rosabetty, Jorge Torres el profesor Iván Carrasco.
Esta antología "desclasificada" de los trípticos
y noches de borrachera de toque a toque. No es que la antología
73-90 sea eso porque se podría preguntar ¿Y qué
de los Grandes Nacimientos textuales de Martínez, Zurita? Okey,
es así pero eso yo no lo viví. Con Martínez hablé
una vez el año 90. Y a Zurita lo conocí el 94. Y como
yo soy un tipo que privilegia la experiencia, lo vivido. Es decir
nunca discutí las tésis de Zurita del Proyecto Mein
Kampf, los pasos hasta llegar a la Vida Nueva, pero que cuando leí
Anteparaíso me di una vuelta de carnero. Pura emoción.
En esta poesía desclasificada se halla la Generación
NN, las hilachas de láricos, los primeros posmos, pedazos de
los grandes relatos ya muertos. Hay algo muy bueno: que se eligen
poemas en general de versículo largo, voces ardientes, fuertes,
llenas de mundo, cargados de vida. No esos textos limpiecitos, exquisitos,
tiernos y bellos que se escribieron en otro momento.
Desclasificada pero no a la manera de los documentos que desclasifica
la CIA cada cierto tiempo privilegia ese tipo de poesía venida
de la fisura, la locura del vivir. No se olviden que se trata de 17
años en la vida de un ser humano. 9000 noches en la vida de
un país.